Confesiones

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Narra Autora:

Pasaron dos días para la partida de Toga.

En ese tiempo Irasue había hecho lo posible de controlar su enojo.

Kagome, era como la hermana que nunca tuvo, sentía que podía confiar plenamente y que los secretos que había contado nunca saldrían de aquellos labios.

Aunque extrañaba salir del Palacio del Oeste, sabía que sería por poco tiempo. Así lo veía ella.

Ambas se encontraban en los jardines, Irasue le enseñaba a leer esa escritura como pasatiempo y la Miko se sentía feliz por aprender a leer aquellos pergaminos. Sin duda para algo en un futuro le servirían.

Narra Kagome:

Estuve pensando mucho en que decirle a Irasue, me refiero al futuro pero no tengo idea de cuándo hacerlo o de cómo. Solo quisiera que la Perla de Shikon aparezca y cuando la tenga poder decirle lo necesario para luego partir.

También considero que podría decirle que una relación no solo se puede construir sobre una amistad y que es necesario que ese sentimiento "el amor" que es único este presente. Solo que si digo esto hará que desista de casarse, vaya veo que debo callarme.

Porque la otra idea de decirle que tendrá un hijo frío y cruel podría que odia a los humanos y quiere deshacerse de su medio hermano, no es la más conveniente, hará que desista de casarse y eso provocaría que Sesshomaru no llegue a existir. Esto es un callejón que me lleva al mismo camino.

Aparte de estas ideas hoy se me ocurrió hablar con Toga y revelarle la verdad pero si me toma por una loca, no escuchara mis palabras. Esto hace que mi cabeza empiece a estallar. Esto es demasiado para mí, ¡nadie en su sano juicio me creería! Solo tengo mi palabra y la esperanza. No puedo dejar que el destino ocurra igual del que vine, deseo evitarlo y así sabré que mi llegada aquí tuvo un propósito.

Es en medio de sus pensamientos que la voz de Irasue la trajeron a la realidad.

—Como te decía esta de aquí —señalaba una imagen en el pergamino— significa confiar y si la juntas con esta es confiar en ti.

—Ya veo —respondí sintiendo un ligero golpe de culpa —¿Cuántos caracteres son?

—Al menos unos quinientos y recién llevas 20 —contesto algo divertida por la cara de espanto que puse. Es que kamis que manera de complicarse la vida, solté un bufido por semejante trayecto que aún me faltaba.

—¿Quién inventó tantos? —pregunte aun espantada provocando la risa de Toga que recién llegaba.

—Creo que irasue se equivoca —hablo calmando su risa—no son mil son tres mil caracteres.

Iba a quejarme por semejante cantidad pero solo me quedé embobada mirando su aspecto.

Narra autora:

Inu No Taisho llevaba aquella armadura que ella vio en su tumba y el pelo no lo traía suelto, lo llevaba en una coleta, en su cintura llevaba dos hakanas y vio la famosa Sounga (colmillo nublado) que Totosai alguna vez mencionó. Para esto Irasue se había puesto en pie y estaba sujetando la mano de Toga.

—Debes tener cuidado, ya me entere que en esas tierras hay poderosos youkais sin temor a nada y por más fuerte que seas te pueden dar problemas —dijo con genuina preocupación ante los ojos de Toga que ahora la miraban.

—Despreocúpate, no me pasara nada —luego le dio un beso en la frente— cuida de la humana —pero Kagome lo vio con mala cara por escuchar llamarla de esa manera y se corrigió— digo de Kagome y espera por mi regreso.

Un Giro Al TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora