Un Giro Al Tiempo

Entrenamiento

Narra autora:

Habían pasado alrededor de dos semanas, desde que Kagome había llegado al Gran Palacio del Oeste.
Como era de esperar, había una cantidad considerable de humanos, al igual que youkais y hanyous.

Sin duda alguna mantener semejante palacio requería mucha mano de obra. Solo que a diferencia de ser marginados, los tres tipos de clases vivían en armonía sin discriminación alguna.

Kagome miraba maravillada, como los humanos se acercaban a sus señores sin temor alguno.

También se percató que no se aproximaban al heredero y mantenían su distancia.

Días después caminando por los jardines de tan majestuoso palacio se pudo percatar como una humana de apariencia seria se acercaba a Inuyasha y que él se puso muy serio, y solo bastó verla bien para saber qué se trataba, si aquella también estaba viva.

—Kikyo —susurró para sí misma, mientras la observaba desde lejos— es ella.

—¿La sacerdotisa Kikyo también tuvo un cambio de vida? —preguntó desde atrás Toga, que se había aproximado sin que Kagome se diera cuenta.

Algo asustada por el repentino acompañante, volteo hacia él.

—Sí, Kikyo también ha tenido una oportunidad —respondió seria.
—Parece no alegrarte que ella esté viva —dijo mientras veía que Kagome se puso algo pálida.
—No, por supuesto que no— respondió con premura algo nerviosa— ¿Cómo podría yo desear que ella no viva? —en eso giraba para ver que Kikyo trataba con indiferencia a Inuyasha— ¿no se llevan bien? —preguntó rápidamente a la vez que Toga, posaba los ojos en Kikyo.

—Inuyasha provocó eso, él siempre ha sido algo inmaduro y al parecer a Kikyo no le gusta su trato infantil —dijo algo cansado al ver como su hijo menor era dejado solo en el patio.

—Nunca cambiara —respondió con voz baja para sí misma.

—Por cierto debería presentártela, ella puede ayudarte con el desarrollo de tus poderes espirituales es una excelente sacerdotisa —preciso, mientras daba un paso hacia adelante.

—¿Es la única? —cuestiono algo incómoda, ya que Kikyo no le caía y vio que Toga sonreía algo divertido y apresuro a decir— no me malentiendas, solo que no deseo incomodarla, además...

—...Ella es la indicada —se apresuró a decir interrumpiendo—, ya verás que te enseñara bien —respondió mientras mantenía la sonrisa y la agarraba la mano derecha— ¿o le temes?

—No le temo —respondió algo molesta, soltándose de su agarre y empezando a caminar hacia la mencionada.

Viendo eso Inu No le dio alcance y agarrándola del brazo izquierdo la llevó donde Kikyo porque ella debía aprender y tendría que ser pronto.

Mientras que Kagome era prácticamente arrastrada, en los pasillos del oeste, se hallaba una youkai molesta y eso era poco. Estaba que se ponía roja del enojo. Nunca imaginó que fuera desechada de tal forma.

—¡Irasue! —gritaba sin un mínimo de respeto—, ¡este acuerdo fue desde que éramos pequeños! —decía con voz chillona y exigente—. ¡Cómo puede hacerme esto a mí! —se señaló a ella misma—, ¿acaso no sabes que he rechazado a muchos pretendientes por cumplir nuestra palabra?

La Lady del Oeste se abanicaba con bastante paciencia a la vez que parecía no importarle los chillidos de la que una vez pudiera haber sido su nuera.

—Querida, deja el drama —empezó con paciencia, mientras cerraba de golpe el abanico— eres bella y joven. Tu padre no ha replicado nada al respecto...