Narra la autora:
Sin duda por todo lo que había pasado Kagome fue increíble, pero ahí se hallaba, en la época del Gran General Perro al lado del padre de "los terribles Taisho".
Habían pasado algunos días desde su llegada y se sentía mal por no poder explicarle o decirle lo que realmente le sucedía a su amiga Irasue, aunque en este punto sabía que aquella era la madre del frío Youkai.
—Kagome —llamo Irasue, mientras se sentaba a leer un pergamino.
—Sí, Irasue —respondió sin algún título, por pedido de ella. Ya que habían empezado una agradable amistad.
—Como sé que te quedaras —afirmó muy alegre debido a que le alegraba —solo hay una manera que estés a mi lado y es ser mi doncella, ¿te gusta la idea?
—Claro, ya sabes que estoy encantada de estar a tu lado —decía también alegre, sin embargo aquella alegría se fue de un golpe por la nostalgia de recordar a su familia, más que nada a su madre.
La Inu vio que su rostro mostraba tristeza y que su sonrisa se esfumó, había querido saber la procedencia de Kagome pero ella evadía siempre el tema.
—Kagome, no quiero que pienses que soy entrometida —empezó así atrayendo la atención de la Miko que aún se hallaba con ojos tristes y callada— pero de ¿dónde vienes?, al parecer hay algo... —pero en eso la Miko habló.
—... no deseo ser descortés ya que me has tratado muy bien —interrumpió mientras se sentaba al lado de la Inu— pero es mejor que no lo sepas, es realmente necesario que esa parte de mí no lo sepas —recalco con la voz entrecortada porque los sentimientos de nostalgia la golpeaban— solo te puedo garantizar que mi estadía aquí no te causara problemas. Por favor comprende —rogó, ante la mirada seria de la Inu— por favor —volvió a repetir.
Irasue viendo que el secreto que Kagome tenía sobre sus orígenes, debía seguir culto y más aún viendo el semblante de su amiga que no era otro más que preocupación, decidió dejar el asunto.
—Está bien —contestó la Inu, agarrando una de las manos de Kagome— veo en tu mirada que decirlo te causa dolor, pero me hubiera gustado saber, pero respetaré tu silencio. No volveré a insistir con este asunto.
—Gracias —respondió aliviada, mientras volvía a respirar con normalidad.
Aunque la Inu deseaba saberlo, debía respetar el deseo de Kagome, no imaginaba que aquella jovencita venía de un futuro donde ella misma era "tan diferente". Haciendo caso al pedido de Kagome decidió seguir como si nada.
Ambas siguieron con otra conversación sin importancia y las horas pasaron llegando la tarde y también un invitado.
La puerta de la alcoba de Irasue se hallaba abierta, era su costumbre dejarla así.
—Buenas tardes —saludó una varonil voz, haciendo que la Inu y Miko giraran.
—Bienvenido Toga —respondió Irasue y luego volvió su mirada al pergamino que tenía en manos.
Por su parte Kagome que iba a contestar se quedó con el saludo en labios, debido a que era la primera vez que lo veía.
Aquel día en que ella estaba en cama no pudo observar. Aquel Inu era muy guapo, eso explicaba de dónde habían sacado el porte los hermanos Taisho.
Narra Kagome:
¡Oh por los Kamis!, señor qué hermoso Youkai y que porte. Ya veo de donde saco Sesshomaru toda esa belleza. Es más, llevaba el cabello suelto como lo llevaba su hijo. No lleva armadura sino un bello yukata de color celeste con blanco y flores de loto como estampado.
Respira, respira me repetí, sin duda estar viéndolo vivo y no los huesos que vi, era tan irreal y no olvidemos la voz tan varonil.
ESTÁS LEYENDO
Un Giro Al Tiempo
Fiksi PenggemarLes contare brevemente así como dice el titulo, esto se trata de "Un giro al Tiempo" algo que debía hacerse si realmente se quería la paz entre dos hermanos. En medio de una lucha, Kagome termina viajando varios de cientos de años al pasado de ese p...