Habían pasado unos días del accidente de Xavier en el laboratorio y no lo había vuelto a ver desde entonces. Una vez lo vi de lejos saliendo del comedor y mi mirada se dirigió directo a su brazo que ya no tenía puesta la venda. Parecía que sanaba, aunque probablemente ese idiota se la había quitado antes de tiempo.
Tenía muchas ganas de ir a chequear que estuviera bien, pero no sabía si hacerlo. Cuando comimos pizzas charlamos un poco más y nos fue todo bien, pero sentía algo extraño cada vez que estaba cerca de él, algo un tanto confuso. No quería sentir eso ahora y me gustaba pasar el rato con Leyla como siempre, hacía que todo se sintiera un poco más normal.Aún así no podía dejar de darle vueltas a la idea de ir a ver al azulado.
Me empecé a levantar de mi asiento cuando vi que nadie estaba viendo. Leyla y yo estábamos sentados en una mesa redonda con muchos amigos y si me iba no sería problema.-Hey, ¿a dónde vas? Tenemos Física luego de esto, ¿recuerdas? - pensar que Leyla no lo iba a notar fue una completa equivocación.
- Ah si. No es nada. Me duele un poco la panza. Creo que iré al tópico a ver si me recetan algo.
- Aish Samu, te dije que no comieras esas alitas pasadas anoche. - casi me río, pero hubiera perdido toda mi excusa.
- Tenías toda la razón. Ahora si me disculpan. Los veo en Física.
Salí de allí haciéndome el adolorido y cuando llegué a la puerta doblé hacia el otro pasillo para acortar mi camino hacia el laboratorio. Realmente no entendía por qué estaba haciendo esto. Qué tenía ese chico que de repente había pasado de caerme tan mal a querer ir a ver si estaba curando su herida.
Me paré en seco. No Sam, es extraño que vayas de repente. Mejor regresa. Haz tiempo yendo a la vuelta a comprar unas cervezas.
No sabía a qué pensamiento hacerle caso, así que tomé una decisión. Iría al laboratorio, pero sólo lo vería de lejos. Para ver si su brazo realmente ya estaba bien. Lo miraría desde afuera. De todas formas, siempre que pasé por allí Xavier estaba tan enfrascado en el microscopio o lo que sea que estuviera haciendo que seguro que no me veía.
Doblé la esquina y pude ver el laboratorio a lo lejos. Realmente este lugar era increíble. Era enorme con todas las paredes de vidrio transparentes. Se veía todo desde afuera y los árboles rodeaban la magnífica estructura que tenía una forma extraña como de piedra preciosa. Como si hubieran cortado un diamante y lo hubieran clavado contra la tierra. Lástima que nadie sabía apreciar el lugar. Realmente no muchos entendíamos eso de la ciencia, o al menos no de ese tipo de ciencia.
Estaba ya muy cerca, tratando de evitar que desde adentro se me vea cuando noté que no había nadie allí. Salí de mi escondite detrás del árbol para acercarme más a la puerta.
- ¿a quién espiamos? - dijo una voz gruesa detrás de mí y casi me causa un paro cardiaco.
Volteé asustado para ver a centímetros atrás de mí la cara de Xavier que me miraba con una enorme sonrisa en los labios. Era espeluznante. Espeluznantemente atractivo. Espera ¿qué? ¿Atractivo?
-Perdón, creo que el susto te quemó el cerebro. - dijo riendo.
Me había quedado mucho tiempo en silencio.
-¿Ah? No. No... No estaba espiando a nadie, yo solo...
-¿venías a verme? - y ahí estaba. Esa expresión burlona de siempre. Mis cachetes estaban enrojeciendo, pero no podía delatarme. Definitivamente sería muy incómodo si él supiera que realmente era así. Que había venido por él.
-No, yo... estaba de paso. Yendo a comprar unas cervezas.
-La cervecería está del otro lado del campus. - dijo con frunciendo el ceño.
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Hey Blue
Teen FictionCinco amigos. Una universidad de mierda y un café. Una buena vida con estrellas.