/Fin del flashback/
-Já, gracias por el pase. Que amable de tu parte, Samuel. -dijo Leyla con cara de apestada.
-No hace falta que seas sarcástica, ya sé que te molesta hablar, por eso te di el pase. -dije con muchas ganas de hacer a Leyla enojar y aguantando una carcajada.
Entonces, sí que se escuchó una risa y tremendamente burlona del otro lado del círculo.
Fruncí el ceño al instante al ver de quien se trataba. Este chico nuevamente. Estaba viendo su regazo y y riendo por lo bajo.
Me estaba haciendo perder la paciencia. Ya no lo bancaba más. Solo una cosa, una cosa graciosa que hiciera y de la que me podría burlar, sería mi salvación.
Y Dios sí que me reiría y mucho.- ...y me gusta el lila porque suena como Leyla.
-Gracias Leyla, pasamos a Blanca.-.-.-.-
(3 horas más tarde camino a los lockers por el pasillo de la escuela. Mochilas en brazos y Samu agarrando con ambas manos las tiras de la suya que era azul oscuro. Samu tenía un polo blanco de cuello triangular con rayas azules verdosas separadas y pantalones pegados verde oscuro. Zapatillas Adidas blancas con verde, Stan Smith)
-Samu... -dijo Leyla con un tono raro. Parecía confundida y eso me preocupó porque Leyla era la persona más segura que hubiera conocido.
- ¿si? - no sé si temía más a ese tono o a la respuesta que me fuera a dar.
-tú...
-¿Yo?...
- ¿tú viste algo raro en Blanca?
Blanca. Mmm Blanca.
-¿la chica que habló después de ti?
-Sí. Ella misma. Sentía que me miraba a ratos cuando hablaba. Me desconcentraba un poco... se veía un poco tímida, ya sabes, con la mirada gacha, pero mona. Como esas chicas sencillas que no alardean de nada.
-Esa es la clase de gente que te cae bien, ¿verdad? - dijo sonriendo de alivio porque no era nada serio.
-Excepto por ti, sí.
Nos reímos y dejamos nuestras mochilas en nuestros casilleros.
Había sido un día realmente agotador. Y eso que solo había sido de puras presentaciones. Pero, describirnos a profundidad hizo el ambiente medio denso, no casual. No sé si me gustó o no. Lo que sé es que todas mis expectativas de la clase eran erróneas. Lo que me va a costar ver a ese pitufo todos los días.
Qué tramará ese chico de azul.
-¡HEY!
-QUÉ - dije mirando a Leyla asustado por gritarme de repente.
-Estoy diciéndote que si vamos a la cafetería y no me das ni bola, chavo.
-Que sí, perdón. Tengo hambre, es eso. Definitivamente necesito tragarme un sánguche del tamaño de tu pie.
-A veces realmente dices cosas tan raras Sam. -dijo riendo.
-Ya sabes que toda la rareza la aprendí de ti, L.
Nos miramos por un segundo con las cejas levantadas y llegamos a la puerta de la cafetería medio abrazados y riendo a carcajadas.
ESTÁS LEYENDO
Hey Blue
Teen FictionCinco amigos. Una universidad de mierda y un café. Una buena vida con estrellas.