El que se iba a burlar, ayudó

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Cuando llegamos a la cafetería, sucedió algo completamente DE LA NADA. Que definitivamente me dejó atónito.

Estábamos entrando y, de pronto, se escuchó un ruido tremendo. Pude ver a lo lejos una figura resbalándose en medio de la cafetería. Una bandeja volando en los aires y comida cayendo encima de la misma figura que ahora estaba tirada en el suelo.

La sorpresa duró un segundo y luego todos empezaron a reír. Algunas mesas de manera disimulada, pero la mayoría sin reparos y muy fuerte. Al lado, un grupo lo señalaba y un chico en particular hacía señas como si el que había caído fuera un estúpido.

Podrá haberlo sido por caer con una... esa era una... ¿cáscara de plátano?, ¿en serio?

Já, y adivinen en qué mesa había otro igual. Si bien esto no demostraba mi punto. Que ellos habían sido, porque podría haber sido cualquier persona la que dejó ahí la cáscara tirada, yo definitivamente quería golpear a alguien ahora.

Quería golpearlos a todos ellos, sobre todo a ese baboso de la mesa de al lado. No me importaba que el chico fuera un estúpido por caer con algo tan irónicamente estúpido también. El más estúpido de aquí era ese calvo que se creía la gran cagada.

Bueno, y yo que estaba aquí pensando sin hacer nada.

No sé cómo, en menos de 2 segundos, me encontraba agachado al lado del chico del plátano o el chico azul, lo que sea.

Le estaba dando la mano.

Alzó la mirada y pude ver que su cabello, que estaba lleno de sopa, goteaba sobre sus ojos. En realidad, sobre sus pestañas y se los tapaban. El chico no podía ver. Así que le pase unas servilletas y empecé a recoger lo que había caído de la bandeja para llevarlo al tacho.

Para ese entonces la gente ya se había callado, hasta la mesa de al lado. Todos volvían a sus asuntos y yo volví a donde estaba el chico para ver si se había hecho daño.
No sabía porque me preocupaba tanto, pero esa caída fue fea. Debió de haberle dolido.

Cuando volví a arrodillarme a su lado, él estaba sentado y apoyado con una mano. Tenía una pierna estirada y la otra doblada en donde apoyaba el otro brazo.

Y ... su mirada. Estaba sonriendo mientras alzaba las cejas hacia mí.

-Qué - le dije, un poco arrepentido de haberme acercado a ayudarlo cuando vi su sonrisa y recordé todas las veces que lo había visto riéndose de mí.

-Pensé que si me caía alguna vez, lo primero que ibas a hacer era reírte. Podrías haberlo hecho ahora, ya sabes. No me hubiera dado cuenta porque todo el mundo se estaba riendo también.

Me quedé estupefacto. Es verdad que hace unas horas había pensado que quisiera que algo así le pasara para reírme de él, pero lo primero que había pensado al verlo caer era en ayudarlo. Ni yo me entendía.

-Es para enseñarte qué debes hacer al ver una caída. -le dije lo más petulante que pude con una media sonrisa.

-Yo también lo hice con una buena intención.

Lo miré como preguntando de qué rayos estaba hablando.

-Para enseñarte cómo caer con estilo y dar un buen show. Porque debo decirlo, el tuyo fue malísimo.

Lo dijo con una sonrisa de lado que le llegó a la oreja. Aún lleno de sopa tenía más seguridad que yo y hasta se acercaba al decirlo.

Ahora definitivamente estaba enojado. Me sentía un idiota por haber ayudado a este tipo. Ni siquiera estábamos de pie y él me miraba hacia abajo con esa mirada de burla que ya conocía perfectamente.

-Mira, si yo no te hubiera ayudado ahora...

Paré en seco cuando sentí una de sus manos cubriendo la mía. Ahora estaba muy cerca y esto era ya muy raro.

-Gracias. - sus ojos fueron tan sinceros por ese momento que puedo jurar que lo estaba diciendo en serio.
Pero luego su mirada se enfrió nuevamente.

Solo dijo eso y se paró.
Dos minutos después ya estaba fuera de la cafetería.

Hey BlueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora