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-No me gustan los juegos Weeler. No hagas que mi paciencia estalle una vez más. - dio un paso hacia atrás para luego acercarse a mi.
Dobló el cuello de mi camisa y se paró en frente de la silla en la que me encontraba. Me dirigió un...
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Arnie Weeler
Como me había dicho anteriormente, Sten se acercó a mi una vez terminé en el escenario. Su paso era firme, movía sus hombros de un lugar a otro con gran seguridad de sí mismo, y una vez llegó a mi lado me sonrió.
-¿Estas lista? - preguntó y lo miré confundida. -Te presentaré alguien importante, no tengas miedo. - pasó mi brazo rodeando su codo y bajamos juntos las escaleras.
-¿A dónde me llevas? - pregunté bajo mientras le seguía.
Era la primera vez que ponía un pie fuera del escenario con tantos hombres alrededor. Me miraban, ponían billetes por toda mi ropa mientras caminaba y uno que otro trataba de tocarme de más. Sten dió una mirada de muerte a estos hombres atrevidos, y fue entonces cuando me dejaron en paz.
El camino se hacía eterno, ésta vez fui la primera en salir por lo que las chicas estaban a punto de hacer su actuación. Vi a lo lejos a ese chico, el que siempre estaba junto a Prince.
Mantenía en sus manos una copa de champagne y le dio un sorbo una vez llegamos a su mesa solitaria.
-Ella es Arnie Weeler.
Comentó Sten al otro chico mientras soltaba su agarre. Éste se puso de pie y me miró muy cautivado, dio un paso hacia el frente y extendió su mano para saludarme. Le devolví el gesto y sonrió.
-Me llamo Colin, Colin Bancroft. Un gusto princesa.
Le sonreí, sus palabras eran bastantes bonitas para el lugar en que estábamos, aunque de igual manera no me fiaba de él.
El rubio se sentó y acarició su cabello llevándolo hacia atrás. Le hizo una seña a Prince y este asintió devolviendole su complicidad.
-Te dejo en buenas manos, Weeler. - comentó el chico de ojos celestes y me alarmé.
¿Acaso no me había dicho que no follaría con nadie? Claramente me había mentido, y yo de tonta había creído en su palabra.
Caminé hacia él, había dado unos cuántos pasos y me fue fácil adelantarlo.
-Eres un cretino, Sten. - susurré en su oído. Se dio la espalda y me miró. Puso sus manos sobre mis hombros y su mirada se dirigió al lado. Me voltee y allí estaba el chico de ojos verdes con el que se suponía que me quedaría.
-Te dejo en buenas manos, Weeler. - volvió a repetir y se alejó de mi. Mis ojos se cristalizaron un poco y mi nuevo acompañante me tomó de la mano para dejarme llevar hasta la mesa.
¡No había otra salida!
-¿Quieres algo para tomar? - preguntó el chico rompiendo el silencio que había entre nosotros. La música sonaba alta y prácticamente me gritó si quería un trago.
-No puedo aceptar tragos de los clientes. - Sten me había advertido que no lo debía hacer, aunque claramente no quería beber con un desconocido.