Capítulo 18

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27 de agosto de 2020
23:00 p.m.


Arnie Weeler

Las botellas encima de la mesita yacían vacías mientras mi mente daba vueltas sin parar. Llevaba mis manos ante mis ojos para rascarlos y todo se distorsionaba a peor. Habíamos comenzado a beber cuando terminamos de comer, algo repentino pero nada de que arrepentirse hasta el momento.

-Ya vete. - le grité mientras empujaba su espalda fuera de mi cama. -Es muy tarde, solo quiero dormir. - traté de levantarle pero mi fuerza fue inútil. Si normalmente soy débil, en éste estado lo era aún más.

-No me iré, Weeler. - se sentó cerca de la esquina de la cama.

Traté de volver a empujarle, su agarre se hizo intenso mientras sostenía mis muñecas.

-¿En serio quieres me vaya, Weeler? - le miré.

Mi boca se encontraba entreabierta mientras asimilaba lo que acababa de susurrar en mi oído, luego de su pregunta: ¿En serio quieres que me vaya, Weeler?

-No es de la misma manera. - le respondí-. Acaba de irte, Sten -. grité al ver que no me había respondido mientras señalaba la puerta como podía.

-Solo mírame mientras me marcho, Weeler. Solo hazlo -. me soltó del mentón al decir eso, y caí en la cama con la mayor facilidad del mundo.

-¿Lo harás hasta el día en que muera? - pregunté haciendo referencia al comentario que había susurrado en mi oído, por lo que se detuvo de inmediato. Rasqué mis ojos y él apoyó su cuerpo en la puerta.

-Quizás si, llevo tiempo haciéndolo ya, pero... ¿Tú quieres que lo haga? - me quedé en silencio-. A lo mejor Brad si me ama de la manera en que tú dices hacerlo.

Y fue entonces que sentí mi vista nublarse, ésta vez las gotas de lágrimas brotaban por mis ojos cayendo en mis mejillas y terminando sobre entre las sábanas. El rímel corría por mi cara otra vez, era inevitable. Podía sentir todo mi mundo caerse ante su comentario.

Pero fue peor aún asimilar que por culpa de aquella chica yo había hecho el ridículo esa noche, por culpa de Brad, quién ese día mientras charlabamos ligo mi bebida con unos medicamentos y fue entonces que me comporté de tal manera. Prince lo sabía, pues fue quién me lo confesó luego de haber peleado con la chica. Y eso era jodidamente inexplicable, ¿Por qué luego de eso aún me la menciona, por qué ella le importaba tanto?

-No eres buena en este juego, Weeler. ¿Por qué no me dices de una vez lo que en verdad sientes?

Se sentó en la cama. Acarició mi pelo y sacó una servilleta de su bolsillo trasero. Limpió mi rostro para hacerme una coleta y luego le miré para soltar un suspiro hondo.

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