ButsuTobi / ButsuTaji - Blancanieves

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Desde que tiene memoria Tobirama supo que su padre no era como los demás y esos sentimientos comenzaron a crecer cada día más, incluso cuando su madre de manera curiosa terminó pidiendo el divorcio. Que chistoso eso y que alegría sintió. Ese día quiso reír, pero decidió callar porque estaban sus "hermanos" y su padre. Si seguía escuchando la voz en su cabeza tendría que acabar con sus hermanos, en especial con Kawarama quien parecía ser el más apegado a su padre.
Nunca olvidaría como su madre gritaba a todo pulmón que él era su monstruo y debía ser abandonado en un manicomio. ¿Y qué? Poco le importaban las palabras de esa horrorosa mujer, las únicas que importaban eran las de su padre, el hombre que siempre lo defendió.

Tu príncipe. —Su propia mente le decía eso cada vez que su padre aparecía o le hablaba.

Con el paso del tiempo la situación se comenzó a volver peor hasta que llegó el divorcio.
Su madre se quedó con Kawarama, Hashirama e Itama y su padre con él.
¿Debía arrodillarse y agradecerles a todos los dioses por eso? Por fin no tendría que compartir a su padre y mucho menos soportar a su despreciable madre.

Tuvo esa enorme alegría por casi 5 años en los cuales no deseo saber de otras personas que no fueran su príncipe. O eso fue por largos años.

(...)

—¿No quieres comer? —Interrogó Tajima Uchiha a Tobirama.

El joven lo miro con completa desconfianza. Nunca quiso saber de este hombre, pero debía de verlo todos los días y estar a solas a su lado cuando su padre trabajaba.
Odiaba compartir techo con ese sujeto, pero en estos momentos no podía estar solo y tenía hambre, así que sin más opción tuvo que acceder.

—Si. —Respondió con frialdad.

—¡Bien! Haré una cena.

Y sin responderle al mayor se dedicó a esperar la hora de la cena.
En el momento en que la cena ya estaba preparada Tobirama se dirigió a comer. Al principio comió sin mencionar nada en lo absoluto hasta que comenzó a sentir sueño y escuchó la voz del mayor:

—Descansa, pequeño Senju. —Tobirama logró escuchar esas palabras que daba el Uchiha, ese tono burlesco que tanto odiaba de ese hombre malvado.

Se preguntaba miles de veces donde estaba Butsuma y porque no lo salvaba.
Cayó en un sueño parecido al de un cuento de hadas que ocurrirá.
Quería ser besado para despertar y salir del blanco ataúd. Debía de admitir que era suave pero no debía de estar dormido, debía de estar con quien amaba a pesar de que lo comenzaba a ver de otra manera.
Odiaba entrar en sueño porque se imaginaba a sí mismo como una princesa de un cuento ya conocido: Blancanieves, pero en este caso esta Blancanieves le suplicaba a su príncipe para que la sacara de allí.
Con esto podía confirmar que su vida era la de blancanieves que dormía en un bosque, pidiendo ser rescatada porque si no moriría de amor.
Tenía su cuento de amor, pero ese Uchiha los dividió y ahora lo destruía todo con facilidad ese cuento amor del que no quedaría nada.

(...)

Poco a poco comenzó a abrir los ojos al sentir el horrible dolor en su cuello. Estaba tirado en el suelo de la cocina con ese desgraciado encima suyo, estaba siendo estrangulado.
Las manos el Uchiha apretaban con brutalidad su cuello ¿Así quería tener a Butsuma solo para él? ¿Matándolo?
Tobirama observó a todos lados mientras sujetaba esas muñecas con el objetivo de quitarse al mayor de encima sin éxito alguno o eso creyó hasta que vio un tenedor en el suelo. Sin pensarlo dos veces estiró a duras penas su mano y en el momento que lo sujeto apuñaló con brutalidad una de las piernas del Uchiha.
Fue gratificante escuchar el grito del mayor y poder golpearlo para liberarse. Inmediatamente corrió tambaleándose por las escaleras hacia la segunda planta, notando allí diversas manchas de sangre cada vez que iba subiendo. ¿De quién eran estas manchas? ¿Por qué estaban allí? ¿Por qué cada vez eran más abundantes?

Una vez que logró llegar al segundo piso lo primero que notó fue el móvil de su padre destruido en el suelo.
No encontraba alguna explicación alguna hasta que alzó la vista y al final del pasillo recostado contra una pared estaba... Su príncipe sin vida.

No comprendía que pasaba e inmediatamente cayó de rodillas al suelo, gateando lentamente hacia él. ¿Qué hacía allí? ¿Por qué estaba así? ¿Quién le hizo eso? Tobirama comenzó a acercarse poco a poco hacia él hasta el punto que por fin había logrado su cometido que jamás pudo. Otorgarle un beso en los labios.
Estaba frío y tenía sabor metálico debido a la sangre. Reconocía con claridad que lo habían apuñalado, quiso quitar el cuchillo del abdomen de Butsuma pero con brutalidad fue jalado de sus cabellos y tirado hacia el suelo.

—¡Monstruo! —Gritó Tajima mientras se subía encima de Tobirama y comenzaba a estrangularlo con más brutalidad que antes.

—¿Q-Qué? —A duras penas pudo preguntar mientras luchaba por no ser estrangulado.

—¡LO MATASTE! ¡LO MATASTE! ¡MATASTE A MI PAREJA, AL HOMBRE QUE ES TU PADRE! —Gritó Tajima entre lágrimas mientras buscaba acabar con la vida del menor.

Tobirama al inicio no comprendió en absoluto a que se refería el mayor hasta que... Esa voz nuevamente le habló y por fin obtuvo el recuerdo:

Si. Tú mataste a tu príncipe.

(...)

—Tobirama. Te presento a mi nueva pareja: Uchiha Tajima. Tajima, te presento a unos de mis hijos: Tobirama. —Ese día Butsuma lo hizo presentarse ante el hombre que le generaría nervios.

—Un gusto en conocerte Tobirama. ¡Espero algún día poder traer a mi hijo Izuna y que te conozca! Ha de tener tu misma edad. —Respondió alegremente el Uchiha.

—Yo... Yo también... Espero lo mismo. —No quería conocer a ese hombre.

(...)

—Tobirama. Lamento que deba colocar esas pastillas en tu bebida, pero tu padre me dijo que tú no las tomas por propia voluntad porque no admites tu trastorno. Esas voces no son buenas y para calmarlas debes tomar estos medicamentos.

—¿¡Tú qué sabes!? ¡Solo quieres alejarme de mi padre!

—¡No es cierto! ¡Quiero acercarme más a él y a ti! ¡No me molestaría formar una familia con ustedes!

—¡Yo no quiero que él bese tus labios! ¡No quiero nada contigo!

—¿Qué...?

(...)

El día del suceso luego de comer la cena y caer en un sueño profundo logró escuchar la puerta principal abrirse. Siempre a la misma hora se abría y sabía quién era: Era Butsuma.
No paraba de escuchar la voz que le decía que le entregará su cuerpo, que se desharía del Uchiha o que tomaría para siempre lo que le pertenecía. Cada vez esa voz era más y más fuerte hasta que la dejo ceder.

Tobirama podía escuchar los pasos de su padre y el simple comentario de "No despertaré a ninguno de los dos".
Podía escuchar como subía las escaleras mientras el celular sonaba. Decidió ir a la cocina y tomar un cuchillo. Decidió seguirlo a escondidas. Decidió esperar a que cortara la llamada frente a la puerta del baño... Decidió tomar lo suyo.

...

Allí estaba, había apuñalado una y otra vez a su padre con el pretexto de que, si no era suyo, no sería de nadie.
Por momentos lo abrazó, permitiendo que la sangre lo cubriera y con calma bajó las escaleras hasta que llegó a la última y logró toparse con un sorprendido Tajima.

—Ni tuyo, ni mío. —Musitó para que Uchiha lo escuchará.

Logró ver como se ponía más palido que nunca. Escuchó el insulto a su persona y empezó la brutal lucha hasta que soltó muy lejos el cuchillo y terminó en el suelo con el Uchiha encima.

(...)

Las lágrimas cayeron de los ojos de Tobirama al saber que no tenía la razón por la cual quería estar vivo. Y sin más, dejó de luchar. Colocó ambas manos a cada lado de su cuerpo mientras permitía que el mayor acabará con su vida y poco a poco, con la saliva cayendo de su boca, cerró los ojos.

PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora