Yoon

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Hannie siempre había sido un niño curioso, entromedito quizás y es por eso que ninguno de los demás chicos se sorprendió de verlo acercarse a la pequeña bolita triste acurrucada en un rincón

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Hannie siempre había sido un niño curioso, entromedito quizás y es por eso que ninguno de los demás chicos se sorprendió de verlo acercarse a la pequeña bolita triste acurrucada en un rincón.

─Oye, ¿qué pasó?─ Preguntó Hannie luego de avanzar unos cuantos pasos hasta llegar al niño. El más pequeño dejó ver sus grandes y redondos ojos, mirándolo son sus mejillas empapadas y Hannie sintió un pinchazo en su corazoncito ante la imagen, pero no duró mucho porque antes de recibir una respuesta, ya se había ocultado nuevamente entre sus cortos bracitos ─Yo soy Hannie─ Se presentó, tomando asiento en el suelo junto a él, incapaz de ignorar sus sollozos como el resto de sus compañeros hacía.

─Yo soy Kwannie─ Habló finalmente el niño, Hannie sonrió ante el adorable nombre y la dulce voz, pero acabó haciendo un puchero por escucharla sonar entrecortada debido al leve llanto.

─Tu nombre es muy bonito, Kwannie─ Dijo Hannie aún sin poder ver el triste rostro que insistía en mantenerse oculto ─¿Por qué estas triste?─ Quizo saber rodeando con sus manos sus piernas para atraerlas a su pecho.

─La profesora no me deja ir con los niños grandes─ Se quejó en un balbuceo, Kwannie aún no era capaz de hablar correctamente.

─¿Por qué quieres ir allí?─ Habló el mayor ahora con más interés.

─Mi noona... la extraño─ Dijo en respuesta el pequeño y finalmente alzó su cabecita, restregando sus mejillas con sus manos hechas puños para limpiar la humedad en ellas.

─Oh─Ahora Hannie comprendía ─¿Qué edad tienes?─ Preguntó, sabiendo que el niñito probablemente era menor que él. Kwannie no habló, pero alzó su mano y tres de sus pequeños dedos se levantaron haciendo sonreír al mayor ─Yo tengo seis─ Indicó, levantando sus dos manos para imitar el gesto de Kwannie.

─¿Qué haces aquí entonces?─ Cuestionó el menor en un puchero.

─Vine a hablar con tu profesora para avisarle que mi hermana menor faltaría esta semana─ Explicó en un tono suave Hannie, contento de distraer a Kwannie con la conversación.

─Ella es mala─ Protesto aún con su puchero el más pequeño, cruzando sus bracitos sobre su pecho.

─No lo es, Kwannie─ Sonrió el mayor ─Tienes que hacer amigos aquí y tu noona tiene que estudiar─ Dijo.

─¿Tú quieres ser mi amigo?─ Preguntó de forma inocente, llevando su manito hasta la del más grande ─No me gustan los niños de aquí─ Agregó, frunciendo sus labios en una mueca infantil.

─Si quiero─ Contestó con una sonrisa, le pareció adorable la pregunta y sostuvo la manito más pequeña con cuidado.

Finalmente Kwannie mostró una sonrisa después de tanta tristeza, pero la profesora habló ─JeonHannie, es momento de que regreses a tu clase─ Avisó y sin más, Kwannie frunció su rostro y el llanto inicio otra vez, la mujer suspiró y caminó de manera agotada hasta el niño para tomarlo en sus brazos y arrullarlo con una melodia tranquila ─SeungKwannie bebé, tranquilo─ Pidió ella.

JeongHannie apretó sus manos en el dobladillo de su camiseta, sintiéndose preocupado por el llanto de SeungKwannie y mordió su labio inferior desanimado por ver que la profesora no era capaz de confortarlo, exhaló frustrado hasta que dio un brinquito al tener una idea formándose en su cabeza y corrió a buscar su mochila, saliendo de la sala rápidamente por unos momentos en los que el llanto de Kwannie sólo empeoró hasta que vio asomarse otra vez a Hannie por la puerta y su mirada curiosa de ojos grandes y redondos se posó sobre el niño mayor.

─Kwannie─ Llamó JeongHannie, ocultando algo tras su espalda, capturando la atención del niño más pequeño aún en brazos de su profesora todavía chupando su dedito con tristeza.

La profesora entendió y bajó con cuidado a SeungKwannie de sus brazos, el niño en sus pequeñas piernas se paró frente a JeonHannie aún con el dedo en su boca y lágrimas sobre sus grandes y rellenitas mejillas sonrojadas ─¿Te quedarás conmigo?─ Preguntó con esperanza en su dulce voz.

Hannie negó y Kwannie sacó el dedo de su boca para formar un puchero, arrugando su pequeña nariz con disgusto ─Pero traje a Nana─ Dijo y el bebé frente a él lo miró con curiosidad. JeongHannie sacó el muñeco escondido tras su espalda y se lo mostró, sonriendo al ver los ojos del niño brillar ante el adorable conejito de peluche ─Nana cuidará de ti hasta que yo pueda venir a jugar contigo en el receso─ Explicó, dándole un besito a una de las orejas del muñeco para después ofrecerselo al menor y Kwannie lo aceptó feliz, aferrándose a Nana y apretandolo con fuerza contra su pecho, dejando de sollozar de inmediato.

─¡Gracias, Hannie!─ Dijo en respuesta Kwannie, abrazando con cariño al mayor y dejando un besito sobre la otra oreja de Nana.

Hannie se sintió orgulloso de sí mismo, había actuado como un niño grande y el pequeño bebé Kwannie ahora había dejado de llorar y lucía mucho más bonito estando feliz porque al sonreír sus mejillas se abultaban incluso más haciéndolo ver aún más adorable. El mayor sonrió desde la puerta ante la escena, viendo correr al niñito a su mesa y sacar sus lápices de diferentes colores y un cuaderno para comenzar a dibujar con Nana aún contra su pecho siendo sostenido por su pequeña y regordeta manito, ahora sólo podía esperar ansioso hasta la hora del receso para jugar juntos.

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| 𝒂𝒅𝒐𝒓𝒆 𝒖 | ˢᵛᵗ ♡'𝐬 ᵇᵒᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora