Capítulo 18: Afrontando problemas.

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«El Cataclismo del Planeta de Cristal, fue el nacimiento del devastador Destructor de Mundos, hoy conocido como Abismo, busca eternamente el renacer de su amada. Pocos lo han visto, y pocos quieren verlo. Pero los que lo conocen, le llaman Alliam, un ser que nadie puede explicar

Libro del Fin»

Airis.

Nota: este capítulo puede causar diabetes, se recomienda discreción.

Luego de unas largas dos horas volando por el amplio cielo oscuro, decidimos acampar cerca de unas montañas al oeste del continente por precaución. Claro, todo lo decidió Weiss quien parece conocer un poco sobre los planes humanos. Sin decir mucho, solo acepte. Weiss aterrizo cerca de un manantial que tiene una gran cascada, donde a su izquierda hay una gran montaña que bloquea el paso a pie, y a su derecha se extiende un extenso mar de arboles verdes. Hicimos de nuestra base la punta de la montaña, ya que hay había una pequeña cueva.

Nos encargamos de limpiarla y explorar, así como encender una pequeña fogata a las afueras de esta, para finalmente crear algo parecido a una cama hecha de hojas y pequeños arbustos. Todo para acostar a Whinne, quien no ha despertado desde hace horas. Weiss parecía un poco preocupado, pero ya que me encargue de curarla por precaución con magia, se tranquilizo un poco... o eso creo. Después de todo, ahora nos encontramos frente a frente en unas rocas al lado del gran manantial.

Weiss observa a la distancia fingiendo no sentir mi mirada en él. Tch, es molesto como sus ojos azules me atraen tanto... pero no, hoy tengo que encararlo.

A espaldas de Weiss, puedo ver perfectamente el caer de la cascada, acompañado del hermoso sonido del agua. Si veo aun lado, el agua cristalina del manantial me permite ver las hermosas lunas reflejadas en ella. Es hermoso... pero bien. Tomo una bocanada de aire, para luego exhalar tratando de calmar mi corazón.

—Weiss —a mi llamado, el cuerpo de Weiss tiembla un poco, un poco renuente vuelve su rostro hacia mí con una expresión un poco graciosa. Pero él lo sabe, muy pocas veces me he molestado, y si lo he hecho, ha sido a todo menos él. No obstante, hoy estoy molesta—. Creo que tienes muchas cosas que explicarme.

Al igual que yo, tomo una gran bocanada de aire cerrando sus ojos, para luego exhalar y verme con seriedad. —Si... aunque la verdad es un poco difícil de explicar...

— ¿Qué es tan difícil? —fruncí el ceño sintiendo como mi antes calmado corazón, comenzaba a latir con fuerza—. ¿Cómo es que conoces a esa niña? ¿Cómo ella te conoce a ti? ¿Q-que es lo que me has estado ocultando? ¡Dime!

Ah... ¿Qué es esta sensación? Es como si mi cuerpo pensara por mí, de un momento me acerque mas a él, y como si fuese poco, mis manos ahora estaban enterradas en la dura piedra... si, mis garras la habían destruido un poco. Weiss me vio asombrado, para luego tomar mis hombros un poco nervioso.

—A-Airis... y-yo... ­­­—trago saliva y desvió su rostro unos segundos, para luego mirarme de frente—. Yo no he querido ocultarte nada, es solo que... es algo complicado, y un poco difícil de creer. Además, tengo miedo en cómo lo tomaras.

— ¿Tan desconfiable... soy? —cielos, mi vista se está nublando, urggg... —Yo...

­— ¡No es eso! ¡N-no llores! — ¿Estoy llorando...? Sorprendentemente, sus brazos de pronto me trajeron hacia él, abrazándome con bastante fuerza—. ¡No eres desconfiable en absoluto! Eso no es lo que quise decir... umm... Te lo contare todo, ¿esta bien? No llores más.

Ahora sentada en su regazo, abrace también su cuerpo. Enterré mi cara en su cuello, asintiendo a sus palabras. Aunque no es como si pudiera parar mis lagrimas en un segundo. Aun así, escuchando el latir de su corazón, escuche toda su historia.

Juego de Héroes: La venganza del Dragón Blanco ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora