Capítulo 8: ¡Cuerpo humano...!

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Nota del autor: ¡Discúlpenme por no publicar en toda esta semana y parte de la anterior! Estuve bastante ocupado, y bueno, tuve el mayor bloqueo de escritor en la historia (o al menos para mí). Sin más, ¡disfruten!

🔸✴️🔸

WEISS.

Habían pasado dos años desde que acepte a Airis como mi… legitima esposa, y si puedo comentar, muchas cosas han pasado desde entonces. El tiempo lo había pasado tratando de conseguir experiencia venciendo a las bestias que están en la isla, y uno que otro dragón que se interpusiera en mi camino.

No basta decir que Airis me ha acompañado desde entonces; y bueno, me sorprendió que, a pesar de no poseer una buena defensa, sus ataques no eran de bromear. Airis tiene control sobre todos los elementos debido a que es una Dragón Arcoíris, y eso es verdaderamente increíble. Podrían pensar ahora, ¿Por qué acepte a Airis como mi esposa? Y si les tengo que responder, yo mismo no tengo la más mínima idea. Ese día cuando me dio la pregunta, y vi que su mirada era firme… sentí que podía confiar en ella, algo bastante extraño ya que había decidido cerrar mi corazón a las demás personas.

Y esa vez que me miro con tanta firmeza, sentí que podía confiar en ella sin importar que, la sensación de poder confiar en ella era abrumadora, y por ello, me vi abrumado por la sensación de aceptar. Y de esa forma, Airis se convirtió en mi esposa, aunque solo de nombre ya que no hemos hecho nada formal de una pareja. Mas bien, hemos llevado una relación de amigos.

Justo como ahora.

«¡Airis, a tu izquierda!» —le advertí a la vez que liberaba un potente Aliento de Luz al dragón que trataba de morder a mi compañera, quien lo esquivo y se abalanzo contra Airis. Ella sin titubear me hizo caso tirándose a la derecha, para que luego con su mano izquierda brillando de verde, unas raíces salidas de la tierra enredaran las patas traseras del dragón.

Sin perder la oportunidad batí mis alas y me acerque al Dragon Rojo que libero un Aliento de Fuego en mi dirección, le hice caso omiso y mi habilidad pasiva Protección Etérea hizo que el aliento pasara como si nada por mi cuerpo. Sin recibir daños, note como el dragón quedo en shock al ver que no me hizo nada. Disfrute un poco esa sensación para que luego…

— ¡Toma esto! —Airis me robara mi experiencia asesinando al dragón con una guillotina de aire…

[Dragon Rojo de Fuego NV.102 eliminado]

[Puntos de soporte: 14722EXP]

Felicidades! ¡Ha subido al nivel 175!]

Sin decir una palabra, descendí en un pequeño espacio de los arboles viendo como mi compañera se posaba encima del cuerpo descabezado del dragón. Esta saco su abundante pecho con orgullo diciendo:

— ¡Soy increíble! —no le di importancia y la observé con mis ojos entrecerrados.

«¿Puedo saber porque robaste mi experiencia?»

Ella tembló ligeramente. — ¿D-de que hablas? ¡Tenemos experiencia compartida! A-acaso… ¿no subiste de nivel? —Verán, hacia un tiempo que estaba tratando de subir a nivel 175 ya que por más que vencía a enemigos fuertes, no subía de nivel.

Esto se debe que a medida que subo de nivel, la cantidad de experiencia necesaria aumenta en consecuencia. Por ello, habíamos estado luchando contra enemigos fuertes en el sur de la Isla Dragón. Cosa que fue molesta ya que a Airis le gusta dar el ultimo golpe de gracia; lo que conlleva a que gran parte de la experiencia se fuese a ella.

Juego de Héroes: La venganza del Dragón Blanco ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora