Si por mí fuera

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Marinette nadaba en uno de los estanques donde solía verse con Adrien sintiendo por primera vez que su amor por el dios era más una maldición que un acto afortunado

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Marinette nadaba en uno de los estanques donde solía verse con Adrien sintiendo por primera vez que su amor por el dios era más una maldición que un acto afortunado.

"—Vas a ser entregada a otro dios, lo he hablado con Zeus; después de la falta de respeto que cometió hacia mí, lo más justo es quitarle lo único que él ama. Pero antes de eso, quiero que seas tú misma quien lo rechaces."

Sentía unas ganas inmensas de llorar. Asquerosa Afrodita ¿Por qué le hacía esto a su propio hijo? ¿Cómo podía querer alguien herir a un ser tan pudo y bueno como Adrien? Se mordió el labio con fuerza, sintiendo que su corazón se comprimía por cada Segundo que respiraba.

—Marinette, he vuelto.— la azabache alzó la mirada y ahí se encontró a ese par de ojos esmeralda mirándola con dulzura. Sintió que se le fue el aire ¿Cómo podría hacerle esto?

"—¿Y si me niego?— replicó sacando valentía de quien sabe dónde."

Ha sido mucho tiempo sin ti.— respondió con dulzura mientras lo veía sumergirse en esas aguas cristalinas con su divino cuerpo al descubierto, sin ninguna pena ni vanidad, simplemente exponiéndose a ella con esa confianza característica de dos amantes. Él se aproximó a ella y teniendo cuidado de tocarla, como siempre, le depositó un beso en su cabellera.

No habría otro dios que la cuidara como él, que la viera como él, que le provocara tantas ganas de amarlo como él.

"—Soy una diosa olímpica. El arrebatarte de él es el castigo más suave que le puedo dar ¿Me vas a hacer probártelo?"

—Luces preocupada y tu corazón late rápido.— estaba apegada a su pecho, buscando un refugio a las amenazas de Afrodita. Imaginándose que ahí sólo existía el paraíso, que nada a su alrededor existía más que esa burbuja de amor que ambos se habían encargado de construir.

—Sólo estaba pensando en esa ninfa, ya sabes, espero que esté bien.— Adrien besó sus labios y después le sonrió con ternura, conmovido del pequeño ser que tenía frente suyo.

—Está bien, Plagg lo llevó con un dios que él dice conocer y que es de confianza.— se encogió de hombros, luego soltó una pequeña risita mirando a la nada.— A decir verdad no me imagino con quien, todos los dioses son iguales.

Marinette negó, Adrien no podía estar más equivocado.

—Daría lo que fuera porque todos los dioses fueran como tú.— el rubio no lograba entender su tono de voz. Por supuesto que lo decía con ese tono de voz enamorado de siempre, pero al mismo tiempo sonaba tan triste, tan desesperanzada.

—¿Pasó algo mientras no estuve?

Esa pregunta dolía en lo más profundo de su pecho. Se moría por contarle la verdad, por explicarle porque ella se alejaría de él y que buscara a alguien más; pero en este tiempo había conocido a este hombre que ahora amaba: él se negaría rotundamente, buscaría a Afrodita para buscar vencerla y que los dejara en paz.

She's mine (Greek AU Marichat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora