Serie de relatos donde un dios abnegado se enamora de una mortal y una mortal se gana el odio de su pueblo por no ser "aceptada por el dios" como ofrenda.
—Plagg, los rumores corren rápido en el Olimpo ¿Lo sabes?— el corazón del sátiro se aceleró con velocidad ¿Se habrán enterado? Pasó saliva con dificultad.
—P-perdone ¿De qué está hablando?— en su cabeza recorrían imágenes de ella, de esa ninfa de cabellos cobrizos y ojos de un profundo color azul similar al de un río frente al brillo del sol de Primavera.
Recordó sus indiscreciones con ella, sus pequeñas risas cuando su nariz acariciaba su oreja, su tierna voz clamando lo hermoso que era, pidiéndole amarse a sí mismo. Las imágenes de ella frente a una de las costas del mar Mediterráneo siendo besada por Poseidón jamás desaparecerían, ni las palabras que más tarde le dijo a Tikki sólo por su quebrado autoestima.
Y es que, a pesar de ser hijo del gran sátiro Sileno, no valía absolutamente nada, ni siquiera era de los predilectos. No sabía siquiera porqué, de entre tantos otros sátiros, él había sido asignado a cuidar de Adrien.
¿Tikki le habrá dicho todo lo que dijo sobre Poseidón? ¿Alguien más habrá oído esas palabras? ¿El romance que tuvo con esa ninfa ya habrá sido escuchado por el dios de los mares? ¿Eso le habría de importar a él? ¿Acaso Tikki significaba tanto como lo significaba para él?
—Sobre Adrien. Ni siquiera parece interesado en la joven, pareciera estarle gastando una broma al Olimpo, y ya sabes cómo Zeuz se pone con esas cosas; no fue fácil convencerlo para que no tocara a esa mortal y se la dejara a un simple niño.— Plagg soltó un suspiro. Su secreto todavía seguía siéndolo.
Aunque Chloe de algún modo se tuvo que enterar.
—Adrien no se relaciona como otros dioses, mi señor; él... es más cauteloso, incluso temeroso. Pero puedo decirle que en verdad aprecia esa joven, ha pedido ayuda de una ninfa floral incluso con tal de marcarla como suya sin tener que tocarla.— el dios se paró y empezó a caminar con tranquilidad por el cuarto.
—Debe haber una manera de acelerar su relación. A este paso Zeuz se esperará y tomará a la mortal, se volverá intocable para él; no volverá a tener una oportunidad como esta.— el sátiro dio un paso hacia en frente.
—No quiero sonar, pero él es un dios, mi señor, ustedes tienen encanto sobre cualquiera que deseen tener.— "incluso sobre ella" pensó Plagg. El dios regresó su mirada hacia él denotando seriedad y cierto grado de molestia, después sólo suspiró y lo dejó de lado.
—No todos los dioses tienen el privilegio de ser adorados, hay muchos cuyos nombres incluso los mortales evitan nombrar por ideas absurdas. Si Adrien no aprovecha está oportunidad para conseguir alguien que lo acompañe, tocarán más años de soledad para él.
¿Por qué no sólo darle a Chloe? Ella también lo deseaba. Si pudo intervenir para que Zeuz no tocara a Marinette, no veía lo imposible en intervenir para que Ares dejara a Chloe para Adrien. Igual, no veía tan difícil que Adrien tuviera sus admiradores: era buen parecido y seguía teniendo el título de dios; eso ya debía ser atractivo para cualquiera.
