013.

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Carlos.

Habíamos regresado a Auradon solo Jay y yo, para sacar una copia casi idéntica de la varita mágica con mi impresora 3D, mientras que Evie y Mal se quedaron en la Isla buscando los químicos necesarios para realizar las bombas de humo, teníamos que salvar a Ally y a Ben cueste lo que cueste, no podíamos dejarlos mucho tiempo con Uma y sus locos secuaces, ya que los 4 sabíamos de lo que ellos podían ser capaces.

Di un paso hacía nuestra habitación, después de haber levantado a Chico y tratar de explicarle el motivo de nuestra salida de Auradon, pero antes de siquiera poder acercarme a nuestro cuarto, Jay me tomó del hombre deteniéndome.

---La puerta está abierta.--- me informó Jay en voz baja, sin apartar su mirada de la entrada de nuestro dormitorio.

Los dos nos acercamos rápidamente a esta, para ver que el que estaba en el interior de nuestra habitación era Chad, de nuevo, que estaba haciendo quien sabe qué cosa con nuestra impresora 3D.

---Debe ser una especie de broma.--- comenté con sarcasmo, viendo como el rizado volteaba alarmado hacía nosotros al escuchar mi voz.

---Golpeé.--- nos aseguró Chad con una nerviosa sonrisa.

---Vamos Chico.--- murmure mientras bajaba al cachorro de mis brazos.

Entonces me acerqué al rubio mientras extendía mi mano hacía él, de seguro tenía otra llave a parte de la que ya me había dado.

---¿Qué es eso?--- pregunto Jay mirando lo que estaba en la impresora.

---Oh, es...una figura de acción de Chad.--- comento con orgullo el príncipe mientras sacaba aquel muñeca de la impresora, pero la parecer no abía alcanzado a terminarlo por completo.--- Bueno menos la cabeza.

---Así se ve mejor.--- le aseguré, mientras lo hacía a un lado.--- Disculpa, vamos a ver.

Comencé a conectar mi celular con la impresora mientras ponía la imagen de la varita mágica en ella, con el objetivo de que comenzara a imprimirla.

---¿Por qué hacen una varita del Hada Madrina?--- pregunto con curiosidad el infiltrado mientras se asomaba por sobre mi hombro para ver mejor.

---Oh, ¿por qué hacemos una varita del Hada Madrina?--- repetí su pregunta, mientras Jay y yo tratábamos de pensar en alguna excusa.

---¡Ben y Ally fueron capturados!--- habló Chico.

---¿¡Qué!?--- pregunto sorprendido Chad, mientras miraba a nuestro perro.--- ¿Chico puede hablar?

---Lo estaba retrasando.--- le comenté al perro con molestia.

---Creí que lo habías olvidado.--- me respondió con inocencia el cachorro.

---No se lo digas a nadie.--- le advirtió Jay al rizado.--- La vida de los chicos depende de eso.

---¿En serio?--- pregunto Chad.--- Entonces...si algo le pasara a Ben, ya saben de qué hablo...

---¿Qué le pase algo malo?--- le pregunte con incredulidad.

---Espero que no, pero...si algo le pasara...¿quién creen que sería el sucesor?

---¿Me parece o eso estuvo fuera de lugar?--- preguntó Jay con molestia.

Por lo que Jay solo se colocó a lado de la puerta mientras señalaba a su exterior, mientras yo apuntaba con mi cabeza a esta, indicándole a Chad que debería irse.

---Me llevare esto.--- respondió el príncipe señalando su incompleta figura de acción.--- ¡Y si creen que...

Pero al momento en que Chad estuvo completamente afuera, Jay cerró la puerta en su cara.

---Bien Jay.--- le agradecí a mi amigo.

Ahora solo tendríamos que esperar unas horas para que la copia de la varita estuviera lista. 

[...]

No supe en que momento Jay y yo nos habíamos quedado dormidos frente a la impresora, pero fue mi amigo el que me despertó, para ver como la copia ya estaba lista, y solo porque sabíamos que era una copia si no pensaríamos que era la mismísima varita mágica. 

Aquellas mejoras que le había hecho a la impresora en verdad habían válido la pena. 

Entonces sin perder más tiempo, Jay y yo corrimos hacía la puerta de la habitación.

---¡Hey chicos! Que hay de mí.--- nos habló Chico desde su camita.

---No Chico, quédate, en serio, quédate.--- le advertí, viendo cómo se acostaba en su cama algo desilusionado.--- Te quiero amigo, volveremos pronto.

Ahora si corrimos por los pasillos en dirección al estacionamiento donde habíamos dejado la limusina, pero al bajar los escalones alguien nos llamó.

---Hey, hola.--- nos habló Doug, mientras Jay escondía la copia de la varita detrás suyo.--- ¿Han visto a Evie?

---Mmmm, decidió ir a acampar.--- le mentí, después de haber compartido una rápida mirada con mi amigo.

---¿Evie, la que quiere vivir en un castillo, dormirá en el suelo sin lugar donde enchufar su secadora?--- pregunto confundido el chico, claramente sin creer mi mentira.

---Ya sabes lo espontanea que es, amigo, ¿cierto?--- trate de persuadirlo, mientras Jay y yo reíamos nerviosamente.--- Adiós Doug.

Entonces al momento en que dimos media vuelta, Felicity se atravesó en nuestro camino, ¿acaso era el día en que todos tenían que hablarnos?

---Los acompaño chicos.--- nos aseguró la pelirroja.

---¿Qué?--- pregunto nervioso el chico a mi lado.--- No necesitamos espadas para... comer waffles.

Bien, hasta yo lo había volteado ver extrañado, ¿en serio esa fue la mejor excusa que se le pudo ocurrir?

---¡Van a la Isla a rescatar a Ben y a Allison!--- nos confronto la chica.--- Oigan, o me llevan o...se lo diré al Hada Madrina.

Jay y yo solo volteamos a vernos, sabíamos que si no accedíamos la chica haría todo un alboroto con el Hada Madrina, y era algo que no necesitábamos ahora, además de que ocupábamos toda la ayuda posible, solo asentimos ante Felicity y ella chilló emocionada, para abrazarnos a ambos, ¿por qué a la gente de Auradon le emocionaba ir a la Isla?

---¿Estás segura de querer ir?--- le pregunte curioso a la chica.

---Ben y Ally son mis mejores amigos, chicos.--- nos recordó la pelirroja.--- Si tengo que ir a la Isla para poder salvarlos, lo haré sin dudar, porque sé que ellos harían eso y más por mi.

De acuerdo, creo que nos ha convencido.

[2] Los descendientes 2 | Carlos de Vil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora