[2] Los descendientes 2 | Carlos de Vil.

008.

Allison.

Me deje caer sobre la cama, sobre las prendas que había traído Evie, mientras veía como el chico que me acompañaba se sentaba, sin aplastar la ropa, y me miraba con una mueca.

---Nunca pensé que buscar ropa para ir de infiltrada a la Isla sería tan complicado.--- mencioné con sarcasmo, mientras tallaba mis ojos.

---Al menos tienes el vestido.--- menciono el peliblanco, tratando de animarme.

---Eso no es suficiente.--- le recordé mientras me sentaba de golpe en la cama.--- Ustedes tienen ropas geniales; chamarras, botas, gorros...¡todo de cuero! Y yo solo tengo...un vestido...

---Pontelo.--- menciono el chico mientras se levantaba de la cama.

---¿Qué?--- le pregunte confundida mientras veía como se acercaba a la puerta.

---Cámbiate, te traeré algo que quizá te puede servir.--- comentó sonriente mientras salía de la habitación.

Bien, a veces Carlos podía ser algo...extraño, pero no le prestaría atención a eso, por lo que me metí al baño de mi habitación para cambiarme; lo único que me había servido de lo que me trajo Evie hacía sido un simple vestido negro de cuero, que pensé que sería incómodo ya que nunca en la vida había usado algo con ese material pero no era tan incómodo a como lo imaginaba. 

Me miraba en un espejo de cuerpo completo en el interior del baño, quería asegurar que el vestido no se viera demasiado corto de ningún lado, hasta que escuche como la puerta de mi habitación era abierta.

---¿Carlos eres tú?--- pregunte en un grito.

---¡Si!--- aseguro el muchacho.--- Te traje algo que...era mío, pero tiene tiempo que a mi ya no me queda, y tu al ser un poco más pequeña que yo, quizá pueda quedarte.--- me aseguró el chico.

Solo entreabrí la puerta del baño, ya que aún no quería que el peliblanco me viera, y vi como por la pequeña abertura me paso un gancho donde descansaba una chamarra de cuero rojo en el, lo tome delicadamente mientras lo analizaba, sin lugar a dudas era una chamarra genial. Por lo que quite el gancho de inmediato para ponermela, y Carlos tenía razón, me quedaba a la perfección. 

---¿Si te quedo?--- me pregunto el chico desde el otro lado de la puerta. 

Ante la pregunta del peliblanco decidí abrir la puerta del baño, para ver a Carlos parado justo en frente de ella, mientras se mordía las uñas nerviosamente, cosa que me hizo reír un poco al verlo, pero cuando el chico me presto atención, vi como aparto su mano de su boca y me miraba con sorpresa.

---Wow...es decir...--- fue lo primero que dijo el chico sin apartar su mirada de mi.--- El rojo te queda bien.

---Es muy tu estilo.--- le comenté con seguridad, mientras daba una vuelta en mi lugar. 

---¿Eso crees? Es decir, si quieres te puedo ayudar a buscar otra cosa si no te gusta...

---Me encanta, Carlos.--- le interrumpí con una sonrisa.--- Y tengo los zapatos perfectos para esto. 

Me acerqué a mi cama, mientras que debajo de ella sacaba un cajón enorme donde guardaba mis pares de zapatos, donde descansaban unos botines rojos, casi del mismo tono que la chamarra, y mientras me sentaba en mi cama, lista para colocármelos, note la mirada confundida de Carlos.

---Evie me los había regalado hace tiempo.--- le confesé.--- No los había usado porque no sabía exactamente con que ponérmelos, pero creo que es el momento perfecto para usarlos... pero bueno, ¿cómo me veo?

---Ahora si pareces toda una chica de la Isla.--- me aseguró el peliblanco. 

---Bien, aún faltan algunas horas para que anochezca, ¿qué haremos hasta entonces?--- le pregunté al chico mientras se volvía a sentar a mi lado en la cama.