La Búsqueda (Inuyasha Fanfic)

27 | Confesión

CAPÍTULO 27
"CONFESIÓN"

ERA FEUDAL
PALACIO DE LA LUNA

Irasue se puso en guardia. Varios demonios pertenecientes al ejército de Kirinmaru habían asaltado el castillo y sus soldados luchaban a muerte por salvarla. Se miró en el espejo de sus aposentos y sonrió maliciosamente. Sabía que tarde o temprano el cobarde del Lord del Este vendría a capturarla con sus secuaces, sin dar él la cara en ningún momento, como venía acostumbrando desde hace un tiempo. ¿Serían ciertos los rumores de que algo ocurría con su salud? Había intentado infiltrar Yokais de su confianza para averiguar la verdad, pero todo fue en vano. Sus espías acababan a merced del sanguinario Lord, sin posibilidad de regresar con noticias ni sobrevivir a su trágico destino. Una de las veces, recibió una caja con la cabeza de uno de sus más leales consejeros en su interior.

—Mi lady —dijo Touma, uno de los capitanes de su ejército—. ¿Va a continuar con el plan?

—No me queda más remedio —contestó la Diosa, con sus ojos dorados impasibles ante el espejo que reflejaba su bello rostro.

—Deberíais esperar a que llegue Lord Sesshomaru.

—No hay tiempo, Touma. Debo averiguar lo que ocurre en el Palacio del Este.

—¿A costa de arriesgar vuestra vida?

Irasue sonrió.

—Mi vida está en riesgo desde que Kirinmaru averiguó mis planes.

—¿Y la espada que estáis forjando, mi Lady?

—Está en buenas manos.

Irasue se arregló el largo cabello plateado con una coleta alta, preparándose para la gran batalla.
— Escúchame, Touma. Eres mi más fiel servidor. Necesito que te quedes en el castillo. Kirinmaru me quiere a mí, y a mí me tendrá. Mientras tanto, espera a que venga mi hijo con Inuyasha. Encárgate de acabar de forjar la espada con la sangre de la sacerdotisa.

—Pero le prometisteis a Inuyasha que no la mataría.

Aquella afirmación era cierta. Había prometido no tocarle un pelo a Kagome, pero la sacerdotisa que realmente necesitaba era Kikyo, según la información que le facilitaron Rin y Kohaku. Además, Kikyo deseaba ser encontrada, por lo que era fácil suponer que ella también vendría a derrotar a Kirinmaru.

—Cuando venga mi hijo, avísale de mis intenciones. Vendrá a rescatarme.

La poderosa Daiyokai saltó por el ventanal mientras se transformaba en un demonio completo, con los ojos inyectados en sangre y el cuerpo de un perro volador.

Después de una intensa lucha en la que se dejó derrotar por los demonios del Lord del Este, observó a su capitán a lo lejos, quien seguía la lucha a través de la ventana. No interfirió por órdenes expresas de su reina, y ella le hizo un guiño en señal de aprecio a la espera que la llevaran ante Kirinmaru.

—Os extrañaré, mi Lady...

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ERA ACTUAL
DOJO TANAKA

Era medio día. Kyoko empezaba la clase de kárate con ocho de sus alumnos que acudían dos veces a la semana a entrenar al dojo. En breve se celebraría un torneo regional y la joven artista marcial había decidido aumentar la intensidad de los ejercicios.

—¡Kyoko!

Kaori, su hermana, la estaba llamando a la puerta del gimnasio.

—Seguid entrenando, chicos. Ahora vuelvo —dijo la joven karateka a sus alumnos.