La Búsqueda (Inuyasha Fanfic)

25 | A Solas

CAPÍTULO 25
"A SOLAS"

ERA ACTUAL
TOKIO

Kyoko se levantó de la mesa. Necesitaba salir al balcón para tomar un poco de aire. Demasiada información que asimilar, después de haber tenido una larga y extraña conversación con aquellas personas que decían pertenecer a otra época y que la estaban buscando para acabar con un ejército demoníaco. Pero no parecían personas enajenadas mentalmente, sino gente preocupada por el futuro de la humanidad.

La luna brillaba intensamente aquella noche, y la brisa era agradable. Una mujer normal se hubiese asustado con aquellas extrañas revelaciones, pero algo en su interior le provocaba creer en lo que le habían contado. Sentía una poderosa fuerza que la incitaba a confiar en cada una de sus palabras. ¿Sería el alma de la poderosa sacerdotisa que habitaba en su interior? ¿Cómo serían capaces de despertarla para guiarlos en aquel peligroso camino?

Inuyasha salió al balcón para ofrecerle un vaso de agua.

—Ya sé que es todo increíble y extraño — le dijo a la joven.

—Pero por alguna extraña razón, os creo —contestó ella, mientras observaba el cielo estrellado—. Hay algo que me incita a confiar en vosotros, y estoy segura de que es el alma de Kikyo, que está dentro de mí.

Inuyasha la observó, pensando en lo injusto que era el destino. Por alguna extraña razón Kikyo decidió alojarse en el cuerpo de aquella chica tan llena de vida, y debido a su decisión, la había sentenciado a muerte.

Kyoko se giró para mirarle a la cara.

—¿Estabais enamorados? —preguntó ella, para asombro del Hanyo.

Le costaba mucho confiar en la gente, y más aún expresar sus sentimientos, pero aquella chica, a pesar de ser una desconocida, le resultaba tremendamente familiar.

—Tuvimos una historia en el pasado —respondió Inuyasha—. Nos amábamos. Lo hubiese dejado todo por ella. Hasta quise convertirme en ser humano para vivir una vida normal con ella. Pero por una jugarreta del destino, murió en mis brazos.

—Suena muy trágico.

—Lo fue... y lo superé gracias a Kagome.

—¿Kagome? ¿La otra sacerdotisa que estabais buscando?

—Ella es la reencarnación de Kikyo, pero son dos personas completamente diferentes. Fue mi compañera, mi salvación... hace cinco años que no sé nada de ella y ahora sé que está en otras tierras huyendo del ejército de Kirinmaru. Tengo mucho miedo, Kyoko. No puedo volver a perderla. No lo soportaría.

—Comprendo.

Kyoko caminó hacia él.

—No quiero que me malinterpretes, Inuyasha. Te he preguntado todo esto porque quería entender el motivo por el que confío en ti. Parte de mi corazón siente lo que sentía Kikyo, y se revuelve cada vez que estás cerca. Pero está claro que no son mis sentimientos, ya que yo no te conozco de nada. Son los de ella, que siguen vivos en alguna parte dentro de mí. Su amor por ti debió de ser muy fuerte y sincero...

Inuyasha sonrió con tristeza.

—Lo sé...

—Kagome es una chica afortunada.