La Búsqueda (Inuyasha Fanfic)

21 | Traición

CAPÍTULO 21
"TRAICIÓN"

Kagome siguió al señor Takashi por el largo pasillo de la primera planta de la mansión. Estaba llena de grandes puertas que daban a diferentes habitaciones. El suelo enmoquetado y las grandes alfombras le daban un distintivo de elegancia.

—Kagome, soy yo —murmuró una voz a través del pinganillo de su oreja. Era la inconfundible voz de Sesshomaru.

—Si me recibes, tose una vez.

La sacerdotisa tosió para demostrar que lo estaba escuchando. El hecho de tenerle al otro lado de su auricular la tranquilizaba enormemente.

Después de unos minutos recorriendo los largos pasillos, el señor Takashi se detuvo para abrir una puerta que daba a un enorme despacho con lustrosos muebles de madera. Lo siguió hacia una gran mesa de mármol que se situaba en medio de la habitación.

—Siéntese, señorita Takada.

Kagome se sentó en una de las sillas que rodeaban la mesa. El anfitrión también se acomodó en otra de las sillas, no sin antes ofrecerle una copa que rechazó amablemente.

—Adelante. Soy todo oídos —dijo el señor Takashi.

Kagome respiró profundamente.

—Verá... soy la presidenta de un startup con sede en Tokio. Nos dedicamos al desarrollo de aplicaciones informáticas del sector médico, principalmente. Usted es el presidente y accionista mayoritario de varios hospitales. Le aseguro que la aplicación que estamos desarrollando con mi equipo le puede resultar de gran interés.

El señor Takashi la miró fijamente.

—Vaya... veo que me ha estado investigando, señorita Ikeda.

—Claro, señor —contestó la joven—. Es una eminencia en el mundo de los negocios. Cualquier empresario querría hacer negocios con usted, y es necesario conocer su trayectoria.

El hombre se levantó de su asiento para dirigirse a ella.

—Y ahora me pedirá que la deje viajar a Tokio en mi jet privado para ver las instalaciones de su empresa, ¿cierto?

A Kagome le dio un vuelco en el corazón.

—No sé de qué me habla, señor.

—¿Ah no?

Sesshomaru escuchaba la conversación a través del micrófono del vestido de la sacerdotisa. Empezó a ponerse nervioso. ¿Cómo era conocedor de sus intenciones? Kagome corría peligro si se desvelaba el plan.

La sacerdotisa intentó seguir interpretando su papel.

—Necesito un inversor de confianza que tenga peso en el mercado oriental, como usted.

—¿Me está hablando de confianza, señorita Higurashi?

—¿Disculpe? —preguntó ella, intentando disimular, aunque ya era tarde. El señor Takashi sabía quién era.

—¡Voy en tu ayuda! —exclamó Sesshomaru al escuchar su verdadero apellido a través del micrófono.

—¿Qué se creía usted, señorita Higurashi? Conozco a cada uno de los invitados de mi fiesta.