La extensa carta de Hajime fue encontrada por la hermana Tojo, quien había estado brindándole cuidados al joven castaño hasta aquella madrugada de primavera. Sin haberla leído previamente, la fémina corrió presurosa por los pasillos del convento con aquel escrito en mano en búsqueda de alguien quien pudiese ayudarle a localizar al hermano Hinata, puesto a que no había rastro de él dentro de su dormitorio y ciertamente esto era una mala señal debido al debilitante estado físico del chico.
Ni siquiera era hora de que el sol comenzara a ascender por el cielo. La muchacha recorrió múltiples de los pasillos del convento en búsqueda del chico de los opacos ojos oliva o de alguno de los demás chicos que pudiera ayudarla a encontrar al joven anteriormente mencionado, sin rendir muchos frutos.
De pura casualidad encontró a una de las damas saliendo de su habitación, quizá por algo de agua para calmar su inmensa sed. La fémina en cuestión seguía vestida en el blusón que utilizaba para dormitar, pero Kirumi no dudó ni un segundo en solicitarle una mano.
—¿Hermana Nanami? —Llamó la de grisáceos cabellos a la chica que encontró para llamar su atención, logrando obtenerla después de solo unos segundos. Una vez Chiaki tenía su atención sobre ella, se encargó de caminar con agraciados pasos hacia esta para poder conversar de forma tranquila—. ¿Podrías por favor reunir a las jovencitas en el comedor principal? Hay algunos asuntos urgentes que debo dirigirle a los demás —solicitó con formalidad en su tono elegante, no esperando una respuesta verbal, ya que estaba algo apurada y cualquier atraso podía costarle bastante—. Yo me encargaré de buscar a los jóvenes —Soltó antes de retirarse.
—¿Ocurrió algo? —Preguntó adormilada la muchacha de los mechones de tonos cálidos, estaba tan cansada que apenas pudo procesar la información que se le había sido brindada de manera tan repentina. No sabía lo que Tojo necesitaba a esa hora de la mañana, pero era mejor ayudarla para que no recayera toda la responsabilidad en una sola persona. Lamentablemente, la hermana Kirumi continuó apresurada hacía los dormitorios masculinos antes de siquiera poder escuchar su duda—. E-está bien, espero no haya ocurrido algo malo —soltó alterada, intentando despertar de su trance de sueño para poder hacer lo que se le había pedido.
Se había levantado por una tisana de frutos rojos, de las múltiples que había en la cocina. Después de todo no había podido dormir bien y encontró que el remedio a su insomnio sería aquella infusión tibia. El hecho de que había topado caminos con la otra fémina no había sido más que una inocente coincidencia, pero quizá era mejor que fuese así, el destino la había llamado para complacer a su prójimo.
Prontamente, aun en sus prendas para dormir, la joven comenzó a caminar por los pasillos cercanos, tocando las puertas de sus hermanas para convocarlas donde se les había solicitado. No solía tomarle más de un par de segundos en los mejores casos, y en los peores, sus hermanas solían preguntar para que eran convocadas.
Para su desgracia, Chiaki no podía responder aquellas dudas. No estaba dentro de su conocimiento por qué la joven Tojo las había llamado hasta el comedor principal, pero debía ser algo importante si lo había solicitado con tanta urgencia.
Las chicas solo solían acceder sin mucho más, a pesar de no ser respondidas sus preguntas de la razón, solamente porque vivían en una comunidad muy servicial y harmoniosa. Si se les requería en un sitio, debían poner todos de su parte.
Después de un rato, las jovencitas convocadas fueron caminando detrás de aquella de ojos rosados, siguiéndola a un paso moderado hasta el lugar de su reunión, donde deberían encontrarse con los hombres del convento a petición de la hermana Kirumi.
Todos los muchachos, dentro de un rango de edades similares, no tardaron en tomar asiento junto a la mesa del comedor principal. Había todo tipo de formas de cuerpo, variedad de tonos de piel, una gama de ojos coloridos, múltiples estaturas, gran diversidad de rostros y personalidades, le daba cierta chispa a la reunión que estaban teniendo.
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↳ 🍃₊˚. ··· Divine »-Komahina/Kamukoma-«
Hayran KurguHajime Hinata es un joven dentro de un convento que alaba a un trío de dioses contemporáneos. Es después de un tiempo de su llegada que unos extraños síntomas se le presentan, ¿Qué significaran aquellos malestares? ↳ Parte 1 de la trilogía de dio...