Capitulo 4 [No me vas a obligar]

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Perdón por no haber subido capitulo estos días, he estado fuera de casa:(.
Estos dos capítulos marcaran algo importante.
❤️❤️❤️

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[NARRA VOLKOV]

Mi corazón se paro al verle ahí a él. Horacio con su ropa empapada por el agua que le caía encima de el, se encontraba tirado en los vestuarios de comisaría enfrente de mi, con su cabeza entre sus piernas.
Aun que Horacio y yo llevábamos meses sin tener la relación que tenía cuando este aun estaba en la maya, yo seguía preocupándome por el.
Ahora que sabía la identidad del inspector, atónito, sin saber que acababa de pasar, me di cuenta de que le judge sin saber su historia y la realidad de esta, eso me hacía sentirme mal.
Abrace al desenmascarado para tranquilizarlo, para que supiera que estaba ahí. Su respiración se fue calmando. Suspiró.
Lleve al crestas a mi despacho y cerré con llave para que nadie pudiera verlo allí. Lo deposite en mi sofá y mire cada detalle del hombre.
Baje a mi taquilla y extraje un conjunto de esta, llevándolo de nuevo al lado de este.

- ¿Horacio?- pregunté con esperanzas de una respuesta. La cual nunca recibí.- ¿Podría cambiarse? Se va a constipar.

- ¿Te puedes girar?.- pregunto cabizbajo.

Ante lo que avergonzado por no haber pensado en eso antes, me giré.

- Ya esta.

Me di la vuelta de nuevo viendo al sujeto jugar con las mangas de mi jersey mientras el agua de su húmedo cabello caía sobre sus hombros levemente.
Me senté a su lado y mirando su rostro le pedí disculpas por todo lo ocurrido.

- Perdone por haberle tratado tan mal, yo... yo no sabia que usted era...

- No hay nada que decir.- afirmó cortándome la frase.

- Ahora si no es molestia, ¿podría decirme que le ocurre?.- Cuestione directamente.- Usted siempre fue un muchacho alegre.

- Mira Volkov, yo no quiero estar aquí, no hay nada que hablar.

[NARRADOR OMNISCIENTE]

Horacio se levantó con intenciones de irse, a lo que el chico ruso le alcanzó y tomó del brazo al otro para no dejarlo ir.
Los ojos de nuestro pequeño héroe derramaron a continuación lagrimas, y girando la cabeza levemente soltó:

- Espero que usted sea feliz, pero no puedo hacer esto.

- No se puede ir así.- replicó el contrario.- Solo le quiero ayudar.

- Suélteme.

A lo que el ruso obedeció a las peticiones de este dejándolo ir.

El comisario estuvo todo el día pensando en lo ocurrido.
Volkov abriendo las puertas de su departamento, fue directo a su cuarto, sin fijarse de que su compañera de aventuras, la cual veía a este de una manera distinta, había saludado desde el salón y este ni se había enterado. Se sentó en su cama y al poco la misma se hundió algo más al notar el peso de alguien más allí.

- ¿Que tal tu día?- Interrogó Alena.
- ¿Alguna vez te hable de Horacio?- Cambio de tema el comisario mientras que su miraba seguía perdida.
A lo que ella negó con un sonido de su boca.
- Horacio. Horacio es un agente con una cresta roja muy extravagante que empezó como alumno ya hace un tiempo largo. El dejo la maya de un día para otro. Al poco tiempo de eso lo pille vendiendo droga y si la idea de que nos hubiera dejado ya me enfurecía, eso lo hizo más. Y esto provocó en mi un rencor hacia el.- Suspiró para seguir hablando.- Hasta que hoy me he enterado de toda la verdad. Y vi como me había equivocado. El caso es que me preocupo la situación del muchacho, ya que el suele verse con aires de felicidad, siendo el alma de la comisaría, o de cualquier sitio al que vaya. Y hoy no se veía así, por primera vez desde que lo conozco, lucia desanimado y deprimido, como si algo le atormentara. Me surge la necesidad de ayudarle pero yo no se como hacer ni que decir.

- Por que no ves como avanza en los días, y si ves que sigue así como dices, le ayudas con algún profesional.

Al ruso le pareció una buena idea, así que durante una semana o dos visualizó los actos del chico pelirrojo. Viendo como este parecía desvanecerse poco a poco.
Y así es como ahora se encontraban los dos agentes en el coche del ruso, fuera de servicio y con sus ropas particulares.

- ¿Que ocurre? ¿A donde me llevas? Nada mas llegó a la comisaría y lo veo ahí esperándome. De un momento a otro me hace subir al coche y ni me dice a donde vamos.
- Solo quiero ayudarle.

Los dos muchachos bajaron del coche, entrando uno detrás del otro en una clínica privada, ella que, por lo que Horacio podía leer ponía algo de unos psicólogos.

- Siéntese si quiere.- señaló el comisario al asiento de sus espaldas. A lo que H aceptó .
Las piernas de nuestro pequeño héroe temblaban mientras visualizaba cada detalle del lugar.
Una mujer de pelo azabache salió de una sala llamando al pelirrojo, el cual fue guiado hacia el interior de la sala, quedándose a solas con la mujer.
La sala estaba llena de diplomas, libros y carpetas. Una libreta roja en la mesa de esta y un boli a su lado, la cual abrió al sentarse.

- Tome asiento caballero.- hizo ver con su mano al chico de cresta caída, que se encontraba así por culpa de la mascara que le oprimía, la cual en estos momento no se encontraba en su cabeza.

Horacio se sentó.

- Buenas Horacio, me llamo Anastasia. Es un gusto conocerte, tenia muchas ganas. Me han hablado muy bien de ti.

Horacio mirando atentamente a la mujer asintió, sin saber que hacía ahí.

- Un gusto, si.- Asintió Horacio.

- Quiero que sepas que aquí podrás contarme todo lo que te apetezca, nadie sabrá nada de lo que en esta sala se suelte. Nos veremos varios días a la semana, para ver que tal te ha ido.

[NARRA HORACIO]

Aquella mujer me miraba sonriéndome, como si todo estuviera bien, pero nada lo estaba. ¿Que cojones era esto? Volkov me había tendido una emboscada pero... si así es. Si el me ha traído aquí, entonces, ¿se preocupa de mi?.
No no no. Deja de ilusionarte
La idea de tener a alguien con quien hablar no me disgustaba, hacia mucho tiempo que no tenia a nadie para hacerlo y mis problemas y pensamientos me comían por dentro.

- Las cosas no están bien para mi. Llevo meses en los que no me siento querido por nadie. Siento que nadie me comprende, nadie me apoya. Me siento solo, siento soledad en mi corazón. Y aun así, yo sigo queriendo a los demás, aún que ellos no me demuestren lo mismo. Mi hermano es un psicopata manipulador y aquel que considero como padre, se deja manipular por el.- Cuento con lagrimas derramándose sin control.- Me abuchean, me hacen sentir una mierda, me hacen sentir que no valgo para nada con sus comentarios. Pero, ¿sabe que es lo que más me duele de todo esto? Que el hombre al que sigo amando, este ahí fuera , sin tener ni idea de lo mucho que sigo enamorado de él. Aun que todos me llamen ridículo por amar a ese hombre, yo no he podido olvidarme de él aun estando distanciando meses de su compañía. Me siento mal conmigo mismo, con mi vida. Y me paso días y días llorando, cada noche es un completo infierno, mil cosas pasan por mi mente, sin dejarme así conciliar el sueño. El dolor es uno de esos lugares horribles que, una vez que los visitas, debes luchar para abandonarlos, e incluso cuando crees que has escapado, descubres que te han marcado de forma permanente. No tengo a nadie en quien apoyarme, nadie que me tome de la mano y me diga que todo saldrá bien. Así que solo me queda sujetar mi propia mano y sacarme de ahí yo misma. Yo tan solo quiero ser Horacio, ya esta.

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Espero que os haya gustado, hay una frase o dos que dice Horacio que es de un libro que leí, cuando leo libros apunto frases que me gustan para tenerlas y tal, así que vi apropiada ponerla aquí. No se si recordáis pero Horacio es bi género y por eso quise poner el "yo misma" <3

TENÍAS QUE SER TU [Volkacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora