7.

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Cuando Peter se fue en nuestra primera noche me quedé tirada en la cama por horas pensando ¿Qué estoy haciendo? jamás invité a un desconocido a casa, pero no me lo pude sacar de la cabeza en toda la semana, obviamente no le entregué demasiados detalles a Euge porque después no me la iba a poder sacar de encima con todas las preguntas y vivirlo en misterio tenía una emoción extra.

—Tengo un monólogo eterno que memorizar —dijo tirada en el sillón— No me contaste que hiciste el fin de semana —dijo acomodando una almohada.

—¿Yo? —comencé a reírme mientras pensaba en una mentira— No demasiado,  estuve... estudiando un poco, hice videollamadas con mi familia para aprender nuevos platos

—¿Qué aprendiste? —dijo riendo.

—Popcorn —respondí

—Eso no es una receta perra mentirosa —respondió y exploté de risa— Ok, si no me quieres decir significa que estás haciendo maldades, lo que me alegra muchísimo, era momento de que te saques el estiércol en los pies, tomes la pala y trabajes de verdad

—No estoy mintiendo —me reí nuevamente—Estoy omitiendo información que es diferente —me lanzó un cojín— No pasa nada, no te preocupes por mi vida sentimental, quiero estar sola, no quiero estar de novia, necesito disfrutar un poco, me di cuenta que estuve perdiendo demasiado tiempo —levantó las cejas sorprendida.

—¿Es el futbolista? —preguntó directamente

—Es un buen chico —respondí— Pero estamos jugando nada más, además te aseguro que ese hombre debe tener una lista de conquistas, no quiero que me preguntes nada más porque no te voy a dar información, es una aventura clandestina.

—Me encanta —dijo mirando su monólogo— Estoy contigo, no voy a preguntar información para no avergonzarte pero si tu me quieres contar algo divertido yo feliz te escucho, no se lo contaré a Candela —moví la cabeza riendo— ¿Te acostaste con él? —preguntó—

—Euge...

—¡Te acostaste con él! —celebró— Gracias señor por escucharme, ahora tengo que subir un cerro, se lo prometí si me escuchaba

—Tu no crees en dios —respondí

—Cierto, bueno si hubiese creído lo haría —respondió tentada— Que felicidad, por fin estás disfrutando de esta ciudad como se debe, te felicito ¿Como estuvo?

—Tremendo —respondí con seguridad— Osea, no me sentí incómoda en ningún momento, yo le tenía mucho miedo a eso de estar con un desconocido pero él no se siente de esa manera, me trató muy bien, estuvo bastante apasionado pero a la vez lindo, no sé cómo explicarlo. Él está buenísimo —confesé— En fin, suficiente.

—¡aaaaaaaahhhhh! —gritó— Si lo hacen en el camarín ¿Puedes contarme?

—Qué dices —dije riendo

—Debe ser su fantasia, preguntale. —se acomodó en el sillón— Para eso son los amantes Lali, para jugar —estaba hablando en serio— Puedes hacer todo tipo de locuras con esas personas porque después no vuelves a verlas nunca más en tu vida y te sacaste esas ganas de hacer locuras ¿Entiendes? Ya tuviste de novio un señor aburrido, es probable que vayas por ese camino pero por lo menos tuviste una aventura

—Perdón pero Benjamín no es joven —la ataqué

—Punto para ti —respondió— Disfrutalo, vivelo y mantenme informada. Quiero conocer al favorito de dios.

—No lo vas a conocer nunca en la vida, yo no conozco a tus aventuras, simplemente las escucho —soltó una carcajada con mi comentario—

—Quiero escuchar al favorito de dios —dijo riendo.

Siempre he estado aquíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora