Seguramente que una de las situaciones más traumáticas que puede vivir un ser humano es que te asalten mientras te amenazan con quitarte la vida, son los peores segundos que vivirás alguna vez. Nunca me imaginé que todo era como en las películas, que imágenes de toda tu vida se pasaban en tiempo récord por tu cabeza, que antes de cerrar los ojos pensabas en las personas que mas amas y que nunca volverás a ver. Corrí con la suerte de volver a despertar después de dar una extensa lucha de cuarenta días donde no estuve en paz un segundo, escuchaba las voces de las personas que me hablaban pero mi cuerpo no respondía a nada.
—Sube acá —me dijo Lali acomodando la silla de ruedas.
—Pero puedo caminar —dije antes de salir del auto
—Sube por favor —me habló como madre, entonces no me quedó otra que subir mientras Enrique me miraba con una sonrisa y trataba de ayudarme, entramos al edificio donde iba a comenzar mi terapia con los kinesiólogos.
—No entiendo porque no puedo caminar normalmente si yo siento que puedo hacerlo —dije reclamando
—¿Sabes que siento yo? —dijo Lali apretando el ascensor— ¡Que puedo volar! Cuando me levanto optimista siento que puedo volar, pero ni de broma me lanzo de un edificio porque claramente no puedo. Vamos a seguir las instrucciones que dijo el doctor ¿Hace falta que te explique lo herido que estás por dentro? Por favor deja de comportarte como un niño de cinco años.
—¿Y eso que tiene que ver con caminar? —pregunté para molestarla, le dio una patada a la silla de ruedas y entramos al ascensor, entonces la vi por los espejos y estaba tentada— ¿De que te ríes?
—De lo buena enfermera que soy —dijo riendo
Entramos a una sala donde había un par de abuelitos y dos tipos de mi edad, el kinesiólogo leyó mi ficha y me miró con una sonrisa. Me puso una camilla y tuve que hacer delicados ejercicios en las piernas, tuve una leve molestia en el abdomen, así que entendí un poco a lo que se refería mi doctor. Después me llevaron a una mesa con abuelitos y tuve que jugar con plasticina, todas las veces que miré al costado estaba Lali haciéndome barra.
—¿Puedes hacer una figurita para mi? —me lo dijo en el oído y luego me abrazó— Yo creo que lo estas haciendo bastante bien, aunque tu competencia va un poco más rápido —miró a los abuelos que estaban a mi lado y me rei— Bien mi amor, paso a paso.
—Hola —se acercó un desconocido— Perdón que te moleste, ¿puedo pedirte una foto? —preguntó.
—Dale —dijo Lali con una sonrisa, siempre era gentil con las personas desubicadas, le estaban pidiendo una foto mientras su novio lisiado jugaba con figuritas.
Terminamos la primera sesión y me quedé algo adolorido, obviamente no dije nada porque era humillante que esos ejercicios de bebé me dejaran con dolor. Regresamos a casa, almorzamos, miramos una película y después de eso me dormí producto de esas pastillas de mierda, por la tarde el chino me escribió que iba a visitarme.
—Se te ve mucho mejor —dijo con una sonrisa— Estás haciendo un gran trabajo amigo.
—¿Cuándo podemos volver a filmar? —pregunté y él se quedó en silencio sin entender mi pregunta— Yo creo que en dos semanas voy a estar mejor, aunque quizás no puedo hacer muchos movimientos bruscos
—No creo que sea en dos semanas amigo, lo siento pero tienes que ponerte bien porque te necesitamos al 100%, lo que sí podemos hacer es comenzar a montar lo que tenemos, podemos avanzar con la edición, eso no requiere de tu esfuerzo físico, no podemos ponerte en peligro, tienes el apoyo de todo el equipo, cuando te pongas bien al cien, entonces vamos a regresar con todo. ¿Ya viste tu SAG? Felicidades
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Siempre he estado aquí
FanficDos personas que se reencuentran después de aventurar juntos en una divertida historia de amor que cambió la vida de ambos.