11.

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La conversación con Peter no se me salía de la cabeza, Eugenia y yo estábamos desayunando en completo silencio, después de varios minutos me di cuenta que ella estaba muy ausente.

—Euge, me está saliendo mal el juego del visitante, primero porque rompí una de las reglas principales, pasé la noche con él y ahora lo único que quiero es pasar la noche con él mil veces más porque hace tiempo no me despertaba y me sentía tan bien —comencé a sincerarme pero parecía que no estaba escuchando— además me están pasando un montón de cosas, ósea claramente no estoy hecha para este juego porque la idea de joder con un desconocido era que no me involucruaba, no habían sentimientos —hice una pausa— ¿Alguna vez te pasó? No quiero salir de una relación que terminó raro y entrar a... —estaba con la mirada perdida— También se me ocurre que este fin de semana podemos hacer un asado e invitar a todos nuestros compañeros —dije para llamar la atención, asintió sin mirarme— Ok, no me estás escuchando.

—Perdón —me dijo con una sonrisa— ¿Que dijiste?

—La verdad es que muchas cosas pero no es lo importante ahora, me quieres decir que te pasa... estás ausente y durante este mes no pasaste ningún fin de semana en casa, si te estás viendo con Benjamín lo mejor es que seas sincera con el equipo, podemos salir juntas de eso —me miró con una sonrisa y movió la cabeza— ¿Que pasa?

—Mi papá está muy enfermo y quiere pasar sus últimos días en casa —confesó y se me heló todo el cuerpo— estoy con mi mente allá todo el tiempo y si fuera por mi estaría con él pero me pidió que no deje la universidad porque le parece importante que termine mi carrera —suspiró mientras se le caían lágrimas, me puse de pie y la abracé fuerte— No sé si voy a poder, me siento en ese lugar pero no estoy poniendo atención y tampoco quiero ser la pobrecita, no quiero que se lo digas a nadie

—Como te guardaste algo tan... importante —pregunté sorprendida.

—Porque necesitaba espacio para entender todo, dentro de poco mi papá no estará y creo que no lo entiendo —suspiró con una sonrisa— Por otro lado, tengo que ser fuerte por mi mamá, iré a la universidad hasta que mi corazón me lo permita, voy a necesitar una mano con eso. Por cierto, no me estoy viendo con Benjamín—solté una sonrisa y la abracé nuevamente.

—Estoy contigo para todo lo que necesites, desde mi lugar ¿Ok? Lo que necesites ahi estaré, ya sé que no eres una persona sentimental por lo mismo no quiero ahogarte, no quiero molestar, simplemente quiero que sepas que siempre estoy contigo —me miró con una sonrisa y asintió— lo siento muchísimo amiga, de verdad lo siento mucho.

—Vamos a ir a un musical, tienes que venir con nosotros —me tomó la mano— El lunes viene

—Ahí estaré —dije triste y le limpié las lágrimas

—Gracias amiga —me abrazó nuevamente— Ahora... cuéntame algo lindo, qué pasa con tu visitante? —cambió el tema rotundamente y obvio no era el momento de dar detalles feos.

—Estamos muy bien, está un poco triste porque su hermana mas chica se fue de la ciudad a vivir a otro lugar, pero fuera de eso todo bien, tenemos una química sexual que jamás tuve, me la paso muy bien —simplemente le seguí el juego porque ella me lo pidió.

—¿Te gusta? —preguntó.

—¿Como eso? —dije riendo.

—No tengo muchos detalles sobre lo que ustedes están haciendo pero no parece un juego de visitante amiga, además tienes esa sonrisa... Si te está haciendo bien me parece que está perfecto —agregó con una sonrisa— ¿Puedo conocerlo? —negué inmediatamente— Ok, ya durmieron juntos? —asentí— Uuuuhhhh Mariana, voy a preguntar algo que no es necesario que me lo digas ¿Quieres seguir durmiendo con él todos los días? —me quedé en silencio— Eso responderá muchas de tus dudas

Siempre he estado aquíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora