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Este es uno de esos días en los que se siente, extrañamente, "cansado". Y, aunque su cuerpo no envejezca, siente la pesadez de un anciano en sus 80's.

Tal vez sea porque anoche se "desveló" en uno de esos callejones de mala muerte, arrebatando almas para nada inocentes esta vez.
Se decidió hacer un cambio en su trabajo, arrebatando almas pecadores a base de contratos con el de más arriba.
Ladrones, violadores, proxcenetas, narcotraficantes, abusadores, etc. Toda esa clase de gente que no merece estar en la tierra, perturbando la calma de las personas que solo buscan vivir su vida tranquila.
Ahora está apartando los vasitos entrenadores del estante para poder alcanzar sus tazas negras que quedaron al fondo de sus repisas.
Busca el contenedor del café entre todos esos paquetes de galletas y envases de leche en polvo, encontrandolo al fin y así poder disfrutar del líquido vital de cada mañana.

Eso es lo primordial de su día a día, hasta que los pasitos  apresurados de un pequeño resuenan en el marmol gris del gigantesco departamento.
Un niño de 6 años con mejillas regordetas y un diente chueco hace acto de presencia en la cocina, esperando a que su "papi" le sirva el cereal de estrellitas coloridas que tanto le gusta y también le de un vaso entrenador relleno de leche de fresa.

-¿Dormiste bien, Mochi?.- pregunta Yoongi, enternecido de cómo su "hijo" talla sus ojos adormilados y suelta un bostezo prolongado.
El pequeño asiente, recargando su cabeza en el mesón y dejando que sus ojos se cierren una vez más. Eso hasta que Yoongi golpea la mesa con gracia para despertar a Jimin.

-Tengo sueño.

-Sé que tienes sueño, pero debes de ir a la escuela y todavía no te bañas.- dice, entregandole el plato con  cereal y el vasito entrenador mientras da un sorbo al líquido amargo de su taza.

-No quiero ir...- susurra temeroso, comiendo con desgana y moviendo sus piesitos colgantes del banquillo una y otra vez.

Aunque Yoongi pueda leer la mente, no lo considera correcto en este punto.
Algo está pasandole a su "hijo" y desea ser merecedor de esa información.
Espera a que Jimin quiera sincerarse y decirle que está pasando, pero el pequeño simplemente deja su plato medio lleno y se retira a su habitación para meterse a bañar.
Yoongi lo sigue a pasos rápidos porque siente que algo malo le pasa a su pequeño y, por todos los libros que leyó, lo mejor es preguntarle directamente.

-¡Park Jimin!.- grita Yoongi tras la puerta del baño, pues su pequeñito está llorando y no sabe porqué.

-¡No quiero ir!.

-Mochi, debes darme una razón coherente por la cual no quieres ir.

Los llantos cesan y el pequeño  de 6 años  abre la puerta del baño para que su papi pueda entrar.

-T-taemin me molesta mucho.- se explica, dejando que las lágrimas silenciosas resbalen por sus mejillas.- Él-el dice que tú no eres mi papi. ¿Está mintiendo, verdad? ¿Verdad que tu eres mi papá?.

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Yoongi baja del auto negro junto a su hijo, Jimin. Estan frente al colegio donde estudia el más pequeño, un centro infantil donde las colegiaturas son muy costosas.

-¿Por donde está tu salón?.- pregunta Yoongi de la mano de su "hijo".

Mantiene una mirada fría y rebosnante de furia acumulada.
Es bueno que no sea un ángel de la otra clase, aquellos que tienen prohibido lastimar a niños.
¿Es legal partirle la nariz a un niñito de 6 años?
Espera que si, porque ese tal Taemin acaba de lastimar los sentimientos de su minnie.

Las mamás adineradas lo miran como un trozo de carne. Un papá joven, guapo y responsable que viene a dejar a su pequeño a la escuela.

Jimin le explica que su salón está al fondo del pasillo, la cuarta puerta de color amarillo y con dibujos de florecitas en el frente.

Camina junto a él hasta la entrada, siendo detenidos por la directora del plantel que le prohibe el paso a Yoongi.

-Señor Min, ¿qué puedo hacer por usted?.

La voz de la mujer adulta le irrita en  demasia, impidiendole poder castigar a los agresores de "su" pequeño.
Suspira hondo, conteniendose de arrancarle la cabeza para poder explicar sobre los llantos y comentarios despreciables que le dijo su Mochi esta mañana.

-Uno de sus estudiantes está molestando a mi hijo.- explica, alterando un poco las reglas de la escuela en la mente de la directora para que le permita pasar.

-¿Cúal estudiante?.

-Dile, Jimin.- apoya Yoongi, dejando que el pequeño pueda expresarse y contarle lo que está pasando en el salón de clases.
Comienza explicando entre hipidos infantiles que rompen el corazón de Yoongi, habla sobre cómo ese niño Taemin lo a empujado por los pasillos, le tira el almuerzo que Yoongi tarda mucho en hacer; pues apenas está aprendiendo a cocinar, y cómo ayer le dijo en su cara que su papi realmente no era su padre.

Yoongi sabe mejor que nadie que Jimin no es su hijo biológico, pero él no tenia porque saberlo hasta los 15 o 16.
Aunque no puede contarle la verdad sobre como le arrebató la vida a su padre y cómo este mismo lo dejó a cargo de un Ángel de la muerte.
Tendrá que alterar la realidad y sus recuerdos para que Jimin no sufra en el futuro, o en sus cortos 30 años de vida porque; en caso de que no recuerden, el trato para cuidar de Jimin solamente durará 30 años, y después de eso tendrá que esperar su sentencia en el cielo.

Yoongi acompaña a Jimin hasta su salón de clases, donde los alumnos y la maestra se encuentran de pié para saludar a la directora y al adulto de corbata azul oscura que están de pié en el marco de la puerta.
Jimin aprieta la mano de Yoongi con sus manitas, comenzando a sentirlas algo cálidas después de mucho tiempo tomandole la mano.

Su papi siempre tiene sus manos frías y eso le preocupaba, por eso le regaló unos guantes de tela el dia del padre.

-Papi...- le llama Jimin, mirando hacia arriba para tener cara a cara a Yoongi, pero este simplemente le da una sonrisita divertida y le hace señas de que tome asiento.

-¿Puedo hablar con sus niños?.-pregunta Yoongi a la directora, la cual asiente y le cede la palabra y el centro del salón para que comienze a explicarse.

-Park Jimin es adoptado.- suelta de pronto, asustandose cuando una lágrima resbala por las mejillas de su bebé.- Su padre murió en un incendio y me otorgaron su custodia, pero no por eso voy a tratarlo diferente. Si, yo no soy su padre biológico, pero lo amo como un padre ama a sus hijos. Espero que los malos tratos hacia mi hijo se terminen o voy a cambiar a Jimin de escuela y hundir en la miseria esta institución.-  eso último a sudo un susurro amenazante para la directora, quién simplemente asiente y ofrece la opción de cambiar a Jimin al salón de avanzados para evitar más molestias.

Avanza entre los pupitres hasta el lugar de su hijo, dejandole un besito en la frente y despidiendose de él pues es momento de ir a "trabajar".

El padre de Taemin va a pagar por los tratos de su hijo, pero siempre con un contrato del infierno de pormedio.

Angel de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora