Sunghoon, el vecino de Seol-min parece alguien muy... triste. Seol-min comienza a mostrar interes por ese chico e intenta acercarse a el, pero es un poco dificil.
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Los Park estaban por venir, y ya todo estaba preparado. Estaba cepillando mí cabello cuando el timbre sonó. Mí mamá abrió y mientras bajaba las escaleras los vi entrando. Saludé y mi madre los invitó a sentarse.
Los padres de Sunghoon y Yeri, hablaban con mí madre. Yeri decía alguna que otra cosa, mientras que Sunghoon y yo solo nos manteníamos en silencio.
La cena fue bien, aunque no dije más que un par de palabras cuando me hacian preguntas.
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— ¡Sunghoon! — llamé antes de que se vaya. — mañana te enseñaré Seúl, ¡pasaré por ti a las 15:30!
— ¿m-mañana? — asentí.
Creo que no le agrado la idea... O quizás yo no le agrade...
— supongo que está bien. — dijo frío.
A decir verdad, el era guapo, y su visual era increíble, pero el se veía realmente cruel. Eso me asustaba un poco. Era tan serio y distante...
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Luego de que la familia Park se retirara, me cambié dispuesta a dormir. Pero no podía sacar a Sunghoon de mí cabeza. Y no, no es que me guste ni nada de eso; más bien me intriga. El sé vé tan frío, distante... Triste.
Me asomé por la ventana, que daba directo a la ventana de la habitación de Sunghoon. Sujetaba lo que parecía ser un patín, de esos que son para patinaje sobre hielo. ¿Sunghoon patinaba? Lo observé unos segundos más, y luego comenzó a sobar sus ojos. Bajo su cabeza y paso sus manos por su hermoso cabello oscuro. Él estaba llorando, pero... ¿Por qué?
Miré la hora, era tarde y al siguiente día tenía clases. Me fui a dormir.
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Otra vez estaba parada frente a la gran puerta del instituto. Volvía a sentir este sentimiento de que nunca iba a acabar ésta tortura. Me coloqué los audífonos, armé valor, y entré.
Traté de pasar desapercibida, no quería para nada encontrarme con Heeseung, aunque sé que sería imposible, puesto que compartíamos la misma clase.
Me senté en la última fila, en un rincón. El aula se llenó y el profesor entró.
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Antes de que la clase termine, voy a formar las parejas para el trabajo. Recuerden que vale un 40% de la calificación semestral.
Dijo algunos grupos antes de mencionarme, pero cuando dijo quien sería mí compañero en el proyecto, mí sangre se heló.
— Choi Seol-min y... — hizo una pausa mientras sacaba el papelito del cesto. Siempre me había parecido divertido que las parejas las elija por soreteo, hasta que mencionó a mí pareja. — ¡Lee Heeseung!
Heeseung me miró fijo, de eso estoy segura.
Cuando todos salieron el se acercó a mí.
— ni en sueños haré este trabajo contigo. Hazlo tu sola, o sufre las consecuencias. — tenía miedo. No quería discutir con el, así que solo asentí y se fue.
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Llegué a casa a eso de las 14:10. Comí algo rápido y fui a bañarme y prepararme para salir con Sunghoon. Había estado pensando en el todo el día, no podía sacarme de la cabeza lo que había visto el día anterior por la noche ¿Por qué lloraba Sunghoon?
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— ¡Seol-min!
— buenas tardes señora Park, ¿Se encuentra Sunghoon en casa? — pregunté.
— claro, enseguida baja. — dijo con su característica sonrisa.
La señora Park llamó a Sunghoon y el bajó. Mierda, el se veía tan bien. Pero... Aún así sentía su aura triste, y eso me hacía sentir mal.
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Habíamos estado por un tiempo merodeando por las calles de Seúl. Le indiqué algunas paradas, le mostré algunos lugares. Podría decir que fue muy divertido, porque hicimos cosas divertidas... Pero no fue así en lo absoluto. Sunghoon se mantenía serio y callado, incluso si trataba de conversar con el, o le preguntaba cosas, buscaba la repuesta más corta posible para responder. Finalmente le ofrecí un helado. El accedió. Los compramos y nos dirigimos a un parque cerca.
— Es delicioso. Es la primera vez que voy a esa heladería, ¡pero creo que podría decir que ya es mí favorita! — seguí con mí helado. — últimamente han estado abriendo muchos lugares por aquí.
Sunghoon se mantenía callado. Completamente. Ni siquiera había probado su helado; lo tenía entre sus manos apoyadas en sus piernas y lo miraba cabizbajo. Lo único que hizo que el alzara su cabeza fue una dulce voz.
— disculpa... — habló una chica, muy linda por cierto. — umm... Yo me preguntaba si podrías darme tu número... Ya sabes, porq-... — Sunghoon la interrumpió.
— estoy en una cita con mí novia en este momento. — abrí los ojos como nunca antes... ¡¿NOVIA?! Si me lo hubiera dicho antes, le hubiera hecho pagar por el helado, después de todo era como nuestra primera cita.
Sunghoon pasó su brazo por mis hombros y me miró sonriente. Su sonrisa era realmente hermosa, aunque sabía que estaba fingiendo.
— ¡Lo siento mucho, no tenía idea! — la hermosa chica hizo reverencias para ambos en modo de disculpa y se alejó tímidamente.
Él invediatamete volvió a la posición que antes describí, su sonrisa se borró por completo, y otra vez estaba en silencio.
— soy tu novia, y encima de que me haces pagar tu helado en nuestra primera cita... ¡Ni siquiera lo has probado! — dije burlona.
Sunghoon rió...
El rió verdaderamente. Me hizo sentir muy bien. Sonreí inconcientemente también.
— Lo siento Por lo de antes...— hizo una pausa mientras veía su helado con una sonrisa. — y por el helado. — ésta vez el alzó la cabeza y me miró a los ojos, la mano que sostenía su helado, la movió un poco, indicando que hablaba de ese alimento.
El dió una última mirada a su cremoso postre y comenzó a probarlo al fin.
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Estábamos en la puesta de su casa. Iba a despedirme de él pero habló.
— Me divertí mucho. — bajo un poco la mirada. — lamento que no puedas decir lo mismo. Creo que te hice sentir incómoda todo el tiempo. No fue mí intención.
— ¡Descuida! También me divertí contigo, Sunghoon. Deberíamos repetirlo pronto. — ante mis palabras, el sonrió. También sonreí y me despedí de el.
