capítulo ocho

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«Me lleva el que me trajo, fuck.»

- ¡Jeonghan necesito que vayas a hacer las compras! -gritó Minsok desde la playa de abajo.

Aún así Jeonghan se quedó pegado a mi como si no hubiese escuchado absolutamente nada y su mamá no hubiese gritado fuerte, su mano bordeó el final de la sudadera que llevaba haciendo con sus dedos figuras amorfas en la poca piel que quedaba expuesta. Sus ojos estaban firmemente puestos en la pantalla del televisor frente a nosotros en tanto su cabeza estaba apoyada en mi pecho, sus brazos alrededor de mi cintura abrazándome como si fuese un peluche y mis manos haciendo mimos a su cabello suave debido a la ducha que había tomado. Una manta nos cubría mientras veíamos una serie y las cortinas estabas cerradas haciendo oscura la habitación a pesar que eran las dos de la tarde ya, habíamos pasado casi que todo el día en este plan y no teníamos piensos de levantarnos sino hasta que fuésemos a comer.

Cosa que claramente no iba a pasar porque su mamá necesitaba ayuda y era obvio que había que cumplir con lo que pidiera.

- ¡Yoon Jeonghan! -gritó nuevamente su madre y solo en ese momento se reincorporó en la cama quedando sentado, frotando su cabello con frustración- ¡Sé que me estás escuchando!

- ¿Por qué no envías a Hana? -preguntó en un grito, rascando su brazo- ¡Seguro acepta encantada! ¡Estoy ocupado!

- ¡Hana salió con Mingyu! -informó nuevamente antes de agregar:- ¡Deja de ser perezoso y mueve tu flaco trasero al supermercado, sé que no estás haciendo nada!

- ¡Mamá! -se quejó.

- ¡Ya he hablado! -concluyó la señora haciéndome sonreír, quizás los vecinos también se habían enterado de su plática.

El castaño refunfuñó como niño pequeño dejándose caer nuevamente a la cama con la vista fija en el techo, los brazos cruzados y su ceño fruncido levemente, me reí acomodándome hasta subir la sábana a mi rostro ocultando la sonrisa de burla que había en mis labios. Después de unos segundos me dio una mirada de ojos entrecerrados y ceño fruncido, haciendo una mueca con sus labios mientras sus brazos se iban detrás de su cabeza aflojando la tensión en ellos.

Miró por unos instantes el techo antes de girar su cabeza de nuevo en mi dirección, dándome un golpecito en la pierna con su pie.

- ¿Por qué tanta risa? -preguntó alzando una ceja- No es como si no vayas a acompañarme.

- Ah ah, estás loco si piensas que voy a salir de la cama con este frío. Esta señorita se queda viendo el maratón de Criminal minds mientras tú vas de compras. -sonreí señalando el televisor antes de mover mis ojos hasta este- Suerte con las compras, no tardes.

- Oye, no me dejes morir de esta forma tan cruel, esto es lo más divertido que seguramente haremos en todo el día. -me dio una mirada de cachorro- No seas mala conmigo.

- Pero no tengo ganas de abandonar la cama. -pataleé haciendo rabieta de niña- Quiero quedarme aquí todo el día, la cama me ama y yo la amo a ella.

- Vamos a volver rápido y podrás pasar tirada en la cama todo el jodido día si quieres, Mack. -me tomó de la cintura arrastrándome por la cama hasta dejarme sobre él- Además, compraremos dulces y veremos algunas películas mientras comemos, es mejor así.

Me quedé pensando, analizando la forma de su rostro y como su cabello se había alborotado. El color verde le quedaba más que bien en aquella sudadera y las palmas de sus manos apoyadas en mis muslos mientras su mirada estaba fija en la mía, me gustaba.

𝐌𝐎𝐔𝐓𝐇. ━ Jeonghan. (𝗖𝗮𝗻𝗰𝗲𝗹𝗮𝗱𝗮)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora