capítulo cinco

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«Hansol y Mackenzie»

— Ahora tú y yo vamos a hablar muy seriamente porque somos amigas, las amigas no se ocultan cosas y tu me las estás ocultando a mí, ¿Okay? Okay. —hablé sin parar, respondiendo a mí misma mientras cerraba la puerta de la habitación de Hana con seguro y me quedaba de pie ahí.

Me miró asustada a lo que no pude evitar reírme internamente.

— Me estás asustando y si es porque aquella vez desapareció tu chaqueta de cuero, te juro que yo no tuve nada que ver con eso. —se apuró a hablar moviendo su mano rápidamente— De hecho creo que fue Zachary quien se la llevó o sino, Axel.

Un momento.

Fruncí el ceño haciendo memoria de lo que se me había confesado previamente y fruncí el ceño cruzándome de brazos mientras elevaba mi ceja izquierda, aquello no lo recordaba yo o al menos a Zac con mi chaqueta.

— ¿Y para qué carajos iba a querer Zac mi chaqueta? —pregunté sin encontrarle la lógica.

— Qué se yo, solo estoy diciendo que pudo ser él. —la menor se encogió de hombros.

— Luego le preguntaré. —sacudí la cabeza, recomponiéndome— Ahora, eso no era de lo que debíamos hablar, sino de: ¿Qué te traes con Mingyu?

Observé atentamente cómo se atragantaba con su propia saliva y comenzaba a toser, me reí sin poder evitarlo cuando me miró con los ojos abiertos mientras seguía recomponiéndose de su ahogo. Alcé mis cejas cuando se tranquilizó y tomó asiento en la cama, recostado la espalda en la madera detrás de mí y sonriendo de manera pícara cuando un suave sonrojo se extendió por sus mejillas, amaba la facilidad con la que mi mejor amiga solía sonrojarse.

— Ah, cuéntame. —la alenté sonriendo— Esa reacción no es por nada y no quieras mentirme, Yoon Hana.

— Somos solo amigos, no hay nada más que contar. —se encogió de hombros, tratando de restarle importancia al asunto.

— Amigo el ratón del queso y sin embargo, se lo come. —alcé ambas cejas de forma sugerente obteniendo una mala mirada y un golpe de su parte— Vamos Han, esa química y las miradas cómplices que hay entre ustedes no son por nada.

Suspiró, subiendo los pies a su cama mientras me indicaba con la mirada que me pusiera cómoda también porque íbamos a hablar por largo rato. La imité unos momentos después y esperé a que quisiera decirme que era lo que pasaba con el guapo chico alto que parecía chicle pegado a ella, porque sí, no se habían separado en los días en los habíamos llegados aquí y eso sumamente sospechoso eso.

— Es complicado, antes de irme de aquí siempre coqueteabamos y todo eso. Digamos que ambos sentíamos algo por el otro, pero el nunca se animaba a decirme algo. —me contó, había empezado a hablar en inglés así que supuse que no quería que su familia se enterara de eso a pesar que no estaban en la casa— Cuando supo que me iba a Los Ángeles vino corriendo a decirme que le gustaba y que quería intentar algo.

— Y le dijiste que no, puedo suponer. —la interrumpí a lo que ella asintió teniendo una mueca en su rostro, jugué con su mano mientras me contaba.

— No quería tener una relación a distancia, mucho menos una que iba a comenzar de esa manera. Digo, quería estar con él aquí sin tener que vernos por una pantalla, abrazarlo, besarlo, no tener que esperar para hacerlo en poco tiempo y luego volver a lo mismo. —sonrió con tristeza— Cuando me fui seguimos en contacto, hablamos casi todo el tiempo como si nada hubiese pasado y nadie hubiese dicho nada. Pero cuando llegamos comenzó a tratarme más atentamente, no cómo tratas a un amigo.

𝐌𝐎𝐔𝐓𝐇. ━ Jeonghan. (𝗖𝗮𝗻𝗰𝗲𝗹𝗮𝗱𝗮)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora