capítulo seis

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«Me estás jodiendo, Mack»

Sonreí al ver la sorpresa que comenzaba a adornar el rostro de Jeonghan y sin esperar respuesta palmeé su mejilla haciendo un leve puchero, lo observé tragar en seco mientras procesaba seguramente lo que le había dicho momentos antes.

— Tengo que volver con los demás. —comenté, quitando mi mano de su rostro después de unos segundos— Baja cuando te sientas mejor.

Sonreí suave dándome la vuelta para avanzar hasta la puerta y tomar la manija, tirando de esta dispuesta a abrir el trozo de madera. Pero, sorpresivamente lo poco que había logrado abrirla se cerró con fuerza y un estruendo a causa de la mano pálida de Jeonghan que la había empujado. Seguidamente fui tomada de la cintura en un ágil movimiento y girada con soltura, todo para que mi espalda quedara apoyada sobre la puerta de forma delicada pero fuerte. Me tomó por sorpresa aquel gesto, más cuándo el cuerpo de Jeonghan se pegó a mi y sus labios estuvieron rozando los míos.

Sus ojos firmes, pero con una nota de confusion miraron los míos de forma cuestionante.

— ¿Qué quieres decirme, eh? —preguntó alzando su ceja y apretando sus dedos a mi cintura— ¿Me besas, no una, sino varias veces y no somos nada?

Sonreí divertida por su forma de preguntar las cosas, con aquel tono irónico.

— La cuestión es que las cosas son muy distintas en Corea y en America, Hannie. —me mofé de su nombre pasando mis brazos por su cuello— Unos besos no significan mucho en el sitio en donde me crié, mientras que acá pueden ser interpretados de otra forma. Corea sigue siendo muy conservadora.

— Quieres decir que no son nada para ti... —entendió, girando un poco su cuello con un sentimiento parecido a la decepción en sus ojos.

— No realmente, no fue esa mi opinión. —me sinceré sonriendo de medio lado— Besas delicioso, pero no por algunos de esos besos vamos a ser una pareja y mucho menos voy a caer rendida a tus pies ¿Entiendes?

— Por ahí voy. —sonrió de medio lado— ¿Qué hago para que cambies de opinión?

— ¿Respecto a qué? —inquirí alzando mi ceja.

— A caer a mis pies. —me sonrió con coquetería.

— Shh... —sonreí mofándome por segunda vez— Eres tú quien debería saber eso.

Me miró a los ojos por última vez antes de lanzarse a mis labios.

Su boca se acopló a la mía nuevamente haciéndome degustar el sabor tan dulce que tenían sus labios e invitándome a seguir el lento vaivén que me hipnotizada cada vez más. Sonreí con sus labios pegados a los míos, tomando su cuello con la derecha y con la izquierda hundida en su cabello mientras enrollaba mechones de este con lentitud; sus manos descendieron por mi cintura hasta mis caderas, envolviendo sus dedos alrededor de la tela del jean y pasando las yemas por la piel expuesta entre el suéter y el pantalón.

Su cuerpo se juntó al mío empujando hasta que mi espalda tocó la puerta de la habitación en un duro movimiento y sus manos bajaron a mis muslos rápidamente poniéndome ansiosa. Les dio un leve apretón que me hizo entender lo que estaba buscando y sonreí con diversión dando un pequeño salto para atrapar su cadera entre mis piernas cubiertas, sus manos se ajustaron por debajo de mi trasero manteniendo mi espalda firme contra la madera y su lengua no perdió tiempo en introducirse en mi boca, tanteando el espacio e incitándome a comenzar un juego húmedo. Tiré de su cabello con una de mis manos mientras la otra jugaba con el cuello de su camiseta, acariciando la piel expuesta con lentos toques.

𝐌𝐎𝐔𝐓𝐇. ━ Jeonghan. (𝗖𝗮𝗻𝗰𝗲𝗹𝗮𝗱𝗮)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora