capitulo dos

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«Hansolololololo»

Agité suavemente la toalla sobre mi cabello secando éste luego de haber salido de la ducha larga que había tomando. Fue relajante sentir el agua en mis músculos cansado y mucho más al sentir que está estaba fría, odiaba ducharme con agua caliente porque sentía que después me daría aún más calor y como han de notar, no soy muy fan de los días calurosos.

Y aunque en Corea estaba haciendo un frío endemoniado, las costumbres que había tomado en Los Ángeles no se iban. El calor ahí resultaba ser a veces agobiante y por lo general en mi causaba un dolor de cabeza que no se iba hasta que me sentía más fresca.

Me dirigí hasta el armario, en dónde había guardado la mayoría de mi ropa antes de meterme al baño, y saqué unos pantalones de mezclilla, una camiseta blanca sencilla y una sudadera negra. Me lo coloqué todo antes de dejarme caer en la cama para cubrir mis pies con unas medias y calzar las desgastadas zapatillas Vans en mis pies fríos, tomé el teléfono de debajo de la almohada y me puse de pie para salir de la habitación mientras introducía en mi bolsillo el aparato.

Había pasado una hora desde que llegamos, me había encargado de desempacar y acomodar todo, sorpresivamente eso me había esfumado el sueño y después de la ducha había quedado más despierta que otros días, se lo atribuí a las siestas cortas que tomé en el auto. Decidí salir de la habitación para buscar un vaso de agua después de unos cuantos minutos mirando la puerta.

Bajé las escaleras alborotando mi cabello húmedo con una mano mientras la otra reposaba en los bolsillos de mi suéter. Me detuve cuando unos ojos familiarmente conocidos me dieron la bienvenida en la entrada de la cocina y me examinaron de arriba a abajo mientras en sus manos sostenía tres packs de sodas por las asas.

Mucha soda para una sola persona, definitivamente.

— Hola. —saludó dejando salir una sonrisa.

— Hey. —correspondí repasando mi mirada por toda su anatomía.

Cabello castaño cayéndole sobre la frente, ojos pequeños y rasgados, la nariz perfilada y los labios rosas y abultados que captaron mi atención por más de un segundos además de lo suave que parecía ser desde donde estaba su piel blanca. Llevaba una camiseta azul debajo de una chaqueta de jean negro y unos pantalones del mismo color haciéndole juego con su calzado gris. Volví mi mirada a sus ojos llevándome la sorpresa de encontrarlo en la misma condición que estaba yo segundos antes: examinándome.

— Estoy llegando a la conclusión que eres Park Cho Hee. —sonrió dejándome ver sus dientes blancos, me quedé mirando aquel lugar por algunos minutos— Esa voz medio ronca la reconocería donde fuera.

— Jeonghan, ¿No? Tus gritos hacía Hana los reconocería donde fuera. —expresé de forma divertida, después de todo Hana resultaba ser la copia de su hermano— Solo hemos hablado un par de veces, me sorprende que reconozcas mi voz tan rápido.

— Te van a sorprender muchas cosas sobre mi. —me guiñó el ojo de forma divertida haciéndome reír un poco— Te imaginaba diferente, Hana jamas me envió una foto tuya y no es como que nos hubiésemos conocido por vídeo antes.

Incliné mi cabeza hacia un lado con curiosidad.

— ¿Muy diferente de la realidad?

— No mucho, pero tampoco te imaginaba con un aro en la nariz y mucho menos rubia. —señaló mi cabello e instintivamente llevé mis dedos a mi nariz para jugar con el arito— En mi mente te veía castaña y un poco más baja.

𝐌𝐎𝐔𝐓𝐇. ━ Jeonghan. (𝗖𝗮𝗻𝗰𝗲𝗹𝗮𝗱𝗮)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora