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Hoy sería mi primer día de entrenamiento, tomé la ropa deportiva que luego usaba en la escuela y me la puse, desayuné ligero y me fui al patio pensé que Satoru-sensei me estaría esperando ahí, pero no fue así, luego de una hora llegó con Fushiguro, supuse que haría que entrenemos los dos.
- Buen día (N)-chan, hoy Fushiguro-kun nos ayudará a entrenar.- decía Gojo-sensei parloteando. Fushiguro me miraba indiferente.
- Está bien sensei.- dije mientras me preparaba psicológicamente para lo que vendría.
- Bien, empecemos con algo de combate cuerpo a cuerpo, Megumi-kun sé gentil.- sonrió Gojo. Mierda, pensé; espero que pueda sobrevivir a éste entrenamiento.
Fushiguro se lanzó hacia mí tirando un puñetazo que afortunadamente logré esquivar, pero por verlo me distraje y me golpeó el brazo, mierda me dolió, reaccioné y comenzó a atacarme más, ahora no sólo eran golpes sino que también patadas, con dificultad lograba esquivarlas, hasta que lanzó un golpe hacia mi estómago y no pude esquivarlo, logró tirarme y dejarme sin aire unos segundos pero, antes de eso le di un golpe en su boca dejando un pequeño rastro de sangre escurriendo por sus labios. Ambos nos detuvimos para limpiarnos un poco el sudor y en el caso de él la sangre.
- Bien, descansen unos minutos.- dijo Gojo mientras se acercaba.
- Nada mal.- con una ligera sonrisa dijo Fushiguro ayudando a pararme.
- Al menos logré darte.- dije aceptando su mano.
- Así se hace Takami-chan.- gritó Maki a lo lejos, estaba con Inumaki y Panda.
- Chicos, seguimos, debemos descubrir cuál es el ritual de (N)-chan.- Gojo se acercó para hablarnos.
- ¿Qué haremos ahora?.- preguntó Fushiguro.
- Utiliza alguno de tus Shikigamis y atácala, (N)-chan deberás defenderte o contraatacar.- sonrió Satoru.
Demonios, ésto será mucho peor, vi que Fushiguro invocó a algo llamado Shikigami, era un lobo blanco, que supuse que me atacará, me puse dispuse para correr y mantener una cierta distancia, ya que no tenía ni idea de cómo defenderme o que se debe hacer en éstos jodidos casos. Pensé que con eso pasaría la prueba.
En mi mente la idea sonaba mejor, pero en realidad parecía una niña asustadiza huyendo de un perro grande, por ver dónde estaba Fushiguro se me dobló mi tobillo haciendo que perdiera el equilibrio y cayera, el lobo venía hacia mí, cerré los ojos y me cubrí con los brazos pude sentir que algo recorrió mi cuerpo, unas chispas en mis manos, vi que el perro se desvaneció, Satoru-sensei y Fushiguro se acercaron a mí, me miraban con algo de asombro.
- Concentrar energía maldita en las manos y liberarla como pequeñas descargas eléctricas, vaya eso no me lo esperaba.- dijo Gojo aplaudiendo.
- Ja, pensé que serías una debilucha, pero me has sorprendido.- dijo Fushiguro con una pequeña sonrisa.
