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La semana había pasado rápidamente y éstos últimos días estuve entrenando sola, ya que todos mis compañeros tenían misiones, incluso Satoru, estuvo varios días de viaje de negocios, no tenía idea de cómo eran las pruebas de los hechiceros, pero supongo que eran difíciles por los rangos y yo apenas haría mi prueba para ser de cuarto grado. Esos días logré averiguar un poco sobre el mundo de la Hechicería, y fue gracias a Panda quien dejó un libro afuera de mi habitación, ahora ya sabía un poco sobre como aumentar y liberar la energía maldita, sólo debía esperar un día para hacerlo en el entrenamiento, decidí salir un poco hoy, quería comprar un poco de ropa ya que se había maltratado en mi entrenamiento con Fushiguro, aunque también quería comprarles algo para agradecer que se han preocupado por mi, sobre todo Inumaki-kun, a pesar de su estricto vocabulario es la persona más expresiva de los chicos de segundo año, Maki siempre está seria al igual que Fushiguro y Panda es un Jugai, me cuesta saber lo que siente.
En verdad quería darles algo, pero no sabía que les podría gustar, pensé que quizás podría cocinar, si tan sólo supiera. Luego de comprar mi ropa y un botiquín, que presentía que lo usaría mucho y para que así ya no molestará tanto a Ieri-san; decidí regresar a la escuela, vi que aún no habían regresado me quedé en el jardín escuchando música, conecté los auriculares a mi móvil y me quedé sentada en una de las escaleras, me sentía tan concentrada en la música mientras recordaba que hasta apenas hace unos días llevaba una vida "normal". Ni siquiera me percaté de la presencia de Maki-san.
- Hey boba, (N), maldición házme caso.- Maki me quitó el auricular para que la escuchara.
- ¿Eh?, Maki-san, perdón, estaba distraída.- dije apagando la música y guardando mi móvil.
- Ya me di cuenta, ¿Qué hacías aquí afuera?, ya es tarde.- preguntó Maki.
- Estaba aburrida de estar en mi habitación.- suspiré.
- Oye, ¿Quieres venir a cenar con nosotros?.- dijo ayudándome a pararme.
- Vale, tengo un poco de hambre.- dije sonriendo.
- Pero me ayudarás a cocinar, eh.- dijo dándome un golpecito en el hombro, a lado de Maki, ella es unos cuántos centímetros más alta que yo.
Caminamos hasta el comedor, llegamos ahí, Inumaki y Panda estaban dormidos en el piso, seguramente estaban cansados, ayudaría a Maki-san en lo que pudiera.
- Sabes, también estoy cansada, mejor comamos Ramen instantáneo.- dijo suspirando. (perdón no se sobre comida japonesa)
Asentí, comencé a calentar agua y sacar unos palillos, me detuve a observarlos, todos se veían algo estresados, sentí que era mi deber distraerlos de cualquier cosa que los haya puesto así.
- Déjamelo a mi, yo me encargo, siéntate Maki-san, les prepararé mi Ramen instantáneo.- dije sonriendo.
Abrí los empaques y agregué el agua a cada uno y los tapé, puse los palillos en la mesa y saqué unas sodas del refrigerador. Me acerqué a dónde estaba Inumaki y Panda para despertarlos y comieran. Ambos dormían tiernamente, el cierre de la chaqueta de Toge estaba abierto, se veía su rostro y nunca lo había visto, la vez anterior que comimos el se sentó donde no lo veía; lo observé y eran muy finas sus facciones, tenía unas marcas en sus mejillas, comencé a delinearlas con mi dedo tratando de no despertarlo, Panda empezó a roncar fuerte haciendo que Inumaki se despertara de golpe y al darse cuenta de que no tenía el rostro cubierto se tapó la cara con las manos.
