Mentira

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 CAPITULO ONCE

MENTIRA

-¡¿Por qué no debería acercarme a él?!—Exclame ansiosa por una respuesta coherente, mi adrenalina estaba al cien por ciento.

-¡Porque me gustas Tonta!—Me grito frustrado mientras se alborotaba su rubio cabello mojado por la lluvia.

Abrí   mis ojos al escuchar aquella respuesta, el mundo se paró

-Pero...Pero somos primos...—murmure sin poder creer lo que estaba escuchando, mi corazón latía  millones por segundo, mi estómago giraba y sentía un nudo en la garganta.

-No…no lo somos—respondió mirándome fijamente a los ojos

¡¿Qué?! ¡¿Qué?!

-¡¿Qué?!—Fue lo único que podía exclamar— ¿De qué estás hablando?—pregunte sin entender nada, si esto era una broma, Nathan se estaba pasando.

Nathan se volteó y camino unos pasos lejos de mí, mientras jalaba su cabello, se veía frustrado, y preocupado.

-¡Maldición! ¡Sabía que esto pasaría!—exclamo mientras alzaba sus brazos frustrado.

-¿Pasar qué? ¿De qué demonios estás hablando?—pregunte arrugando mi frente, El me miro como si lamentara algo, agacho su rostro y soltó un suspiro negando con su cabeza, luego levanto su mirada clavando sus ojos azules en los míos.

-No somos primos Annabell—me dijo el seriamente, lo mire incrédula

-Si esta es tu “excusa” para librarte de lo que has hecho en el restaurante, busca una excusa más creíble, y real—le dije indignada.

-No es una “excusa” ni una “broma” te estoy diciendo la verdad

-¿Y tú esperas que te crea?—le pregunte soltando un bufido esto era ridículo, pero Nathan me mirada tan seriamente y sus ojos me miraban con lástima que comenzaba a dudar que fuera una broma.

-Te digo la verdad…Mira, sé que es muy difícil que me creas, más bien…El plan era de que nunca lo supieras…No hasta que tuvieras una edad para que lo comprendieras…Pero todo se salió de las manos…¡Esto no debería de haber pasado así!—exclamo el olvidando que estaba con él, soltando unas maldiciones por lo bajo.

-Nathan… ¿Qué es lo que estás diciendo?

-No. Somos. Primos—repitió el cada palabra lenta y tortuosamente—Nunca lo fuimos, nunca lo seremos.

-¡Mi tío es tu padre! ¿Cómo puedes decir una estupidez como esa?

-¡Él no es mi padre!

-¡¿Qué?!

-¡¿Acaso nunca te diste cuenta que él y yo no nos parecemos en nada?!—exclamo el frustrado, y no pude dejar de pensar en las enorme diferencias entre mi tío Frank y Nathan, la forma en la que me lo presentaron, su odio por los chocolates, las fotografías ocultas en su cuarto, el anuncio de periódico…

Me aleje de el por instinto,  y una parte de mí no quería creerle, pero era demasiado tarde la mayor parte de mi sentía que estaba diciendo la verdad.

-No me digas que no te has dado cuenta, la semana pasada me preguntaste sobre mi madre y yo no te respondí, me preguntaste porque recién te enterabas que tenías otro primo y esa es la  razón, yo no soy su hijo…Y él no es mi padre.

-S…Si…lo que dices es cierto, ¿Por qué finges ser el hijo de mi tío?—pregunte recelosa, me sentía mareada, confundida, me estaba enterando de algo muy fuerte, Nathan (si es que ese era su verdadero nombre , ya no me podía fiar de nada) miró el suelo como si la tierra mojada fuera lo más interesante, la lluvia caía a chorros sobre nosotros, su mirada era miserable, mi corazón se encogía ante la escena, pero no podía dejar de formular preguntas en mi mente ¿Quién era? ¿Era eso cierto? ¿Por qué no lo sabía? ¿De dónde viene?

" -¿Promesa? -Promesa"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora