𝘋𝘰𝘴: 𝘉𝘪𝘦𝘯𝘷𝘦𝘯𝘪𝘥𝘢 𝘢 1995

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"El destino está escrito por ti
y tus elecciones."

En mi mente, aparecen las últimas horas donde transcurre ese trágico destino. Ver el cuerpo inerte de Astoria hizo que no pudiera visualizar una vida sin ella. Teníamos una conexión magnífica —no necesariamente por ser hermanas—, era mi mejor amiga, confidente, alguien a quien proteger...
Y fracasé.
Por si fuera poco, también lo perdí a él, a mi alma gemela. Aquel chico rubio con quien hice conexión instantánea esa vez en el expreso, al que le di mi primer beso durante la fiesta de Navidad.

Ahora, aquí, veo a las dos personas más importantes de mi vida juntas, disfrutando de su mutua compañía. Pero, ¿debo continuar aquí en esta línea donde Astoria jamás ha sufrido? o, ¿volver, resignándome a que la he perdido para siempre?

—Daphne, ¿todo bien? —pregunta, haciendo que le preste atención.

—Si, solo es que tenga muchas cosas en mente ahora.

—Podemos ir a dar un paseo o inclusive ir con Hagrid por una taza de té después de clases —sonríe—. Por ahora, despéjate porque vas a necesitarlo si no quieres tener problemas con Umbridge.

Sujeta mi brazo con delicadeza; comienza a llevarme hacia el salón donde se imparte Defensa Contra las Artes Oscuras. En todo momento, me encuentro atenta para no encontrarme con ella, no quiero joder más las cosas.

Cuando llegamos, ya varios chicos de Slytherin y Gryffindor esperan a entrar, entre ellos están Parkinson, Millicent, Tracey y Nott. Me sorprendo al no verme ahí —¿a caso me importa poco entrar a clases?—.

—¿Qué haces con la sangre sucia de Granger? Ven con nosotros. —espeta Parkinson molesta.

—Solo alguien con poco intelecto se refiere así hacia los demás —le responde Hermione—. Ve Daphne, te veré después.

Finalmente, entramos al aula en silencio; Umbridge ya se encuentra sentada en su sitio —inclusive ahora, sigue usando esa chillante ropa rosada—. Lleva la suave y esponjosa chaqueta de color rosa y un lazo de terciopelo negro en la cabeza.
Blaise me hace señas para compartir mesa con él, como es lo usual. Una vez sentados todos, esperamos expectantes a que hable.

—¡Buen día a todos! —nos saluda. Solo algunos se animan a responderle—. ¡Ay, ay, ay! ¿Así saludan a su profesora? Me gustaría oírles decir: <<Buenas tardes, profesora Umbridge.>> Volvamos a empezar, por favor. ¡Buenas tardes a todos!

—Buenas tardes, profesora Umbridge. —gritamos todos.

Por Merlín, tengo que soportarla dos veces.

—Eso está mucho mejor —nos felicita con dulzura—. ¿A qué no ha sido tan difícil? Guarden sus varitas y saquen las plumas, por favor.

Veo que algunos intercambian miradas de confusión; hasta entonces la orden de guardar las varitas nunca había sido el preámbulo de una clase que hubieran considerado interesante. Umbridge abre su bolso, saca su varita y da unos golpecitos en la pizarra con ella; de inmediato aparecen las siguientes palabras:

Defensa Contra las Artes Oscuras: regreso a los principios básicos.

—Muy bien, hasta ahora los objetivos de esta asignatura que poseen ha sido muy irregular, ¿verdad? —. Por desgracia, el constante cambio de profesores incapaces, a mi parecer, ha hecho que estén muy por debajo del nivel que nos gustaría que alcanzaran en este año del TIMO. Copien esto, por favor.

𝗣𝗮𝗽𝗲𝗿 𝗽𝗿𝗶𝗻𝗰𝗲𝘀𝘀 | 𝘋𝘳𝘢𝘤𝘰 𝘔𝘢𝘭𝘧𝘰𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora