𝘘𝘶𝘪𝘯𝘤𝘦: 𝘌𝘭 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘢𝘤𝘩𝘰 𝘥𝘦 𝘜𝘮𝘣𝘳𝘪𝘥𝘨𝘦

35 5 3
                                    

"Asumir riesgos puede ser peligroso."

Por fortuna, el examen concluye a tiempo y es ahí donde salgo corriendo en busca de Harry. Ronald y Hermione se me unen a medio camino rumbo al ala médica, siendo ella, quien grite cuando lo ve.

—¡Harry! —exclama enseguida; asustada—. ¿Qué ha pasado? ¿Te encuentras bien? ¿Estás enfermo?

—¿Es lo que supongo? —pregunto.

—Vengan conmigo —contesta Harry—. ¡Vamos, tengo que contarles una cosa!

Nos guía por el pasillo del primer piso mientras asoma la cabeza en varias aulas hasta que al final encuentra una vacía; entramos en ella y cierra la puerta, apoyándose en esta.

—Voldemort tiene a Sirius.

—¿Qué?

—¿Cómo lo...?

—Lo he visto. Ahora mismo. Cuando me he quedado dormido en el examen. —explica él.

—Pero... pero ¿dónde? ¿Cómo? —pregunta Hermione, con rostro pálido.

—No sé cómo —responde—. Pero sé exactamente dónde. En el Departamento de Misterios hay una sala con un montón de hileras de estanterías llenas de pequeñas esferas de cristal, y ellos están al final del pasillo número noventa y siete... Voldemort intenta utilizar a Sirius para conseguir eso que quiere coger de allí dentro... ¡Está torturándolo! —toma asiento en una silla desocupada—. ¿Cómo vamos a ir hasta allí?

—¿Ir has... hasta allí? —balbucea Ronald.

—¡Ir hasta el Departamento de Misterios para rescatar a Sirius! —suelta Harry en voz alta.

Hermione cuestiona sus acciones deliberadas y ellos dos se enfrascan en una discusión en donde Ronald interviene para reafirmar algunos comentarios que hace Harry. Yo solo observo con tedio, esperando a que estos dos lleguen a un punto.
De pronto, la puerta se abre, volteando a ver rápidamente. Ginny entra curiosa, seguida de Luna.

—¡Hola! —saluda Ginny, vacilante—. Hemos reconocido la voz de Harry. ¿Por qué gritabas?

—No es asunto tuyo. —contesta con aspereza.

Su contestación me parece muy indulgente, que me es inevitable no darle con un zapato en su pantorrilla izquierda. Suelta un quejido y me lanza una mirada de enfado.

—No tienes por qué emplear ese tono conmigo —repuso fría—. Solo quería saber si podía ayudar en algo.

—Pues no, no...

—Claro que puedes, Ginny —lo interrumpo—. Mejor dicho, ustedes pueden ayudar.

—Harry, tenemos que saber si es verdad que Sirius ha dejado el cuartel general —inquiere Hermione—. Déjanos comprobar si Sirius se ha marchado de su casa antes de salir hacia Londres. Si no está en Grimmuauld Place, te juro que no haré nada para impedir que te vayas. Iré contigo, haré... lo que sea para ayudarte a salvarlo.

—Y, ¿cómo haremos eso?

Hermione nos propone un plan que al menos, a Harry y a mi, nos produce terror. Lo único que ella y él debían hacer es ir hacia el despacho de Umbridge para usar su chimenea, mientras que Luna y Ginny van a vigilar y Ronald junto conmigo, vamos a distraer a Umbridge.

[...]

—¿Seguro que tu idea sobre Peeves haciendo desorden, va a funcionar? —digo mientras arremango mi suéter azul turquesa.

—Si —responde Ronald indignado—. Por lo menos, actúa como si creyeras que mi plan va a funcionar.

Sacudo mi cabeza y comienzo a caminar hacia donde Dolores se encuentra. Inspecciona a cada alumno con el propósito de buscar a una nueva víctima a quien darle un castigo. El rumbo que lleva es hacia su despacho; Ronald se apresura a llegar a ella antes de que sea demasiado tarde.

𝗣𝗮𝗽𝗲𝗿 𝗽𝗿𝗶𝗻𝗰𝗲𝘀𝘀 | 𝘋𝘳𝘢𝘤𝘰 𝘔𝘢𝘭𝘧𝘰𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora