𝘛𝘳𝘦𝘴: 𝘕𝘰 𝘢𝘭𝘦𝘯𝘵𝘢𝘳 𝘢 𝘭𝘰𝘴 𝘮𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘰𝘴𝘰𝘴

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"La crueldad es uno de los placeres
más antiguos de la humanidad."

Llega un nuevo día lluvioso, habiendo frío y viento. Salimos abrigados para la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas con Grubby-Plank, quien nos espera a unos cuantos metros de la cabaña de Hagrid.
Comienza la clase y nos disponemos a trabajar con los Bowtruckles; durante esta, Draco no se resiste en hacer comentarios desagradables con tal de fastidiar a Harry. Ante esto, casi todo el grupo conformado por Slytherin, se ríen y yo pongo mala cara.

Esa es su verdadera esencia.

Para cuando termina la clase, regresamos al castillo. Voy un poco apartada de los chicos por estar revisando el interior de mi mochila que termino chocándome contra alguien. Alzo la vista y me encuentro con Harry.

—Harry... perdón, no te vi. —digo apenada.

—No te preocupes, Daphne. Quería hablar contigo sobre... ello —baja su tono. Por la cara de confusión que pongo, se ve obligado a especificar—. La Orden.

—¿¡Qué!? —digo casi gritando, me cubro la boca dándome cuenta que hay miradas sobre nosotros—. ¿De qué estás hablando?

Jala de mi brazo, llevándome hacia uno de los arcos que hay en el corredor. Se asegura de que nadie esté lo suficientemente cerca para oírnos.

—Quería saber si has hecho algún comentario a alguien de que eres parte de la Orden. Por ejemplo, tu hermana —masculla—. Sirius y los Weasley, confían mucho en ti.

¿Soy parte de la Orden del fénix? ¡Por Merlín!

—Descuida Harry, no he dicho nada. —sonrío con falsedad.

Estoy meciéndome sobre mis pies del otro lado de la oficina de Umbridge

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Estoy meciéndome sobre mis pies del otro lado de la oficina de Umbridge. Harry aún no llega, entendería a la perfección si decidiera no venir —aunque, no tenemos otra opción—. Unos pasos se escuchan detrás de mi, doy la media vuelta y lo veo acercarse con lentitud. Él es quien llama a la puerta; Dolores contesta con tono meloso <<Pasa, pasa>>.

Pasamos cautelosos, mirando nuestro alrededor y me es imposible no hacer gesto de disgusto. Todas las superficies están cubiertas con fundas o tapetes de encaje. Hay varios jarrones llenos de flores secas sobre su respectivo tapete, en una pared cuelgan platos decorativos teniendo gatos de colores chillones con un lazo diferente en el cuello.

—Buenas tardes, señor Potter y señorita Greengrass.

—Buenas tardes, profesora. —respondimos neutros.

—Siéntense, por favor. —dice ella señalando una mesita cubierta con mantel de encaje a la que había acercado dos sillas, en la cual, hay dos pergaminos en blanco—. Quiero que copien unas líneas.

𝗣𝗮𝗽𝗲𝗿 𝗽𝗿𝗶𝗻𝗰𝗲𝘀𝘀 | 𝘋𝘳𝘢𝘤𝘰 𝘔𝘢𝘭𝘧𝘰𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora