Capitulo 21

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Desembocaba en medio de un bosque una mansión de aspecto solemne, tras una gran extensión de césped se podía vislumbrar un pórtico cubierto de hiedras que ofrecían un aire encantador más que del descuido de los propietarios.

Una luz mortecina brillaba en uno de los pasillos, si seguías por ese pasillo te encontraría una puerta de roble, en el interior había una habitación con un elevado techo abovedado, su interior estaba lleno de frascos que se alineaban a lo largo de las paredes, algunos esparcidos por el suelo.

Aquí y allá aparecían pergaminos, una de las mesas ocupaba tubos de ensayo. En la habitación se podía ver la figura de un solitario muchacho, absorto en su experimento no presto atención del todo a los pasos que se escuchaban detrás de la puerta.

La puerta de roble fue abierta y de ella un hombre de largo cabello rubio y ojos violetas le vieron, el hombre en cuestión le miro un poco más antes de aclarar su garganta.

— Frederick.

El nombrado volvió la cabeza ante el llamado, sus grandes ojos recorrieron al visitante, el asintió y señalo a la mesa.

— Lo he conseguido, el hechizo esta completado señor.

La complacencia brillo en los ojos del mago — Sabia que lo lograrías, estoy orgulloso de ti.

Frederick se detuvo, un sinnúmero de emociones se volcaron en él, había orgullo por supuesto, pero también había un deje de indecisión.

— Señor ¿Estas completamente seguro de esto? Si el plan se lleva acabo y algo sale mal, no solo el mundo muggle caerá, el mundo mágico se vería comprometido.

El silencio cayo en la estancia, pero solo fue por un momento, una leve risilla se escucho.

— Lo estoy, completare la misión que fue impuesta por mi familia ya hace tantos años — El hombre misterioso no se perdió las dudas de su pequeño aprendiz — Frederick.

El nombrado parpadeo, sus grandes ojos amatista se ampliaron cuando el mago engancho su barbilla.

Una caricia siguio en su rostro.

— Por tu bien espero que no estés pensando en hacer algo estúpido —Su sonrisa era eternamente maliciosa — Sabes lo que le hice al traidor de Albus Dumblendore mi Fred odiaría hacer algo asi contra ti.

Un leve estremecimiento recorrió, apreto sus labios y dio un asentimiento.

— Lo entiendo señor.

(...)

El 1 de septiembre llego demasiado pronto para el gusto de Draco Malfoy suspirando dejo atrás a su madre que a juzgar por la manera tan rápida en la que lo despidió tenía otros asuntos que atender, inconscientemente hizo un mohín, era absurdo pero no pudo evitar pensar en que todos les estaban dejando de lado, aún peor no sabía exactamente qué hacer al respecto.

Antes de que se diera cuenta se encontraba tirando de su equipaje trazando su camino hasta su compartimiento, estaba a un paso de abrir la puerta cuando dos voces le detuvieron a abrir.

Draco casi suelta un gemido, un gemido de la pura frustración.

— ... No dejes que tus compañeros de casa te vean sin ropa. Si alguien quiere quitarte la ropa, no importa si es un maestro o un alumno, tienes que decírmelo. Incluso si alguien quiere besarte, eso no puede suceder.

Puntos Exactos (Tomarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora