Prólogo

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Los ojos verdes de Rigel Lestrange observaron aburrido el gran comedor de Hogwarts, ya hacia un tiempo que la selección de estudiantes había comenzado, tamborileo los dedos en la mesa de Ravenclaw su mirada siempre curiosa observaron a los nuevos alumnos, preguntándose cual de ellos seria el tan aclamado "niño que vivió"

Draco Malfoy

Oh... Alli estaba su tan querido y mimado primo, centro toda su atención en Draco un momento. Era mas que obvio en que casa quedaría, aunque nunca había que confiarse, él mismo era un buen ejemplo de ello, su familia había pertenecido por generaciones a Slytherin y él había cambiado la tradición quedando en Ravenclaw en la selección del año pasado. Aunque el tio Rabastan no había objetado nada, eso no quería decir que sus padres no lo harían... Claro si algún día salían de Askaban.

Slytherin

—Si, algunas cosas no cambiaban— resoplo el Lestrage divertido.

No importaba de todos modos, no se sentía avergonzado de pertenecer a la casa azul y bronce, lo humillante hubiera sido quedar en Gryffindor... Hizo una mueca de asco ante el mero pensamiento, estaba seguro que su madre conseguiría escapar de la cárcel solo para matarlo.

Ronald Weasley

Por supuesto lamentaba no ser una serpiente como sus padres, pero el hecho de haber quedado en Ravenclaw solo demostraba que su inteligencia y sed de conocimiento eran mayor a su lado Slytherin.

Gryffindor

No que este no estuviera alli Rigel Harrison Lestrange sabia cuan rastrero Slytherin podía llegar a ser y todos los magos sangre puras que conocían al Lestrange lo sabían.

Hermione Granger 

Quizás por eso ninguno de sus conocidos, tomo verdadera importancia en que el heredero Lestrange quedara en la casa de las águilas...

Gryffindor

En todo caso haber quedado en Ravenclaw ayudaría a la misión que su madre le había encomendado, sabia que seria difícil... Pero haría todo lo malditamente posible para traer de vuelta al Lord oscuro.

Neville Longbottom

El silencio callo en todo el salón todos pendientes del "salvador del mundo mágico" Rigel lo estudio con curiosidad insatisfecha ¿Ese niño de aspecto torpe y tímido fue el causante de la caída del señor oscuro? Negó para si. No importaba, lo que en verdad importaba, era que la llegada del Niño que vivió atraería la atención de su señor, habría alguna señal... y él tendría que ayudarlo en su retorno.

Gryffindor

Rigel hizo una mueca ante la selección de Longbottom. Gryffindor tenia que ser... Dejo de prestar atención cuando los gritos de los estúpidos leones resonaron en todo la instancia, por un momento se pregunto como hubiera sido si Longbottom quedara en Slytherin, observo al castaño que ahora hablaba con un chico pelirrojo. Más de uno lo hubiera odiado eso era seguro, pero en Slytherin conseguiría a sus verdaderos aliados... O una muerte segura.

No importaba ya.

Sus pensamientos regresaron al asunto de lord oscuro, necesitaba traerlo de vuelta. Sabia que lord Voldemort podría ayudar a sus padres... Su madre lo dijo.

Rigel tenia que actuar rápido la última vez que vio a sus padres fue en el solsticio pasado y la salud mental de sus padres no parecía estar mejorando.

Solo podía ver impotente como la hermosa y fuerte mujer que es Bellatrix Black se iba deteriorando, su padre tampoco parecía llevarlo mejor y odiaba verlos asi. Odiaba solo verles una vez al año desde que tenía memoria... Maldecía por no poder tenerlos con él, disfrutar de su presencia ¡ellos no debería estar en Askaban! apretó los puños en frustración, negando. Si nada en el plan de traer al señor oscuro funcionaba, él tendría que idear el siguiente plan y ser él mismo quien salvara a su familia.

¿Lestrange? —  La infantil voz lo distrajo de sus cavilaciones mentales, observó a la chica que lo interrumpió, Mayler Steward una sangrepura le miraba entre curiosa e incómoda, señalo el cabello de Rigel este suavizó su rostro al entender.

Observo un mechón de su cabello que había cambiado a un rojo intenso, era posible que sus ojos estuvieran negros, le regalo una sonrisa coqueta a la chica —Gracia Steward, eres un ángel— La chica solo apartó la mirada abochornada.

Rigel sonrió arrogante, mientras cambiaba su apariencia a una idéntica a la de su madre, cabello negro cuervo y los ojos grises, aparto un mechón de su frente y les sonrió encantadoramente a las chicas que lo observaban atentamente, consiguió que mas de una se ruborizara.

Ser un Metamorfomago le iba ayudar... Si su madre no se equivocaba y el señor oscuro volvía y tomaba el poder... Sacarlos de Askaban seria sencillo.

Pero Rigel no era tonto sabia que era posible que lord Voldemort no volviera y si se diera el caso, él tendría que idear un plan que ayudara a sus padres.

Entrar al ministerio y volverse alguien influyente, era un buen plan, Pero... Pero tomaría mucho tiempo, y algo en él le decía que si no sacaba pronto a sus padres de ese infierno, los perdería y Rigel se negaba aceptarlo.

—Joder...— Su impaciente mirada se poso en la comida que apareció en la mesa, sabia que su aspecto había vuelto a cambiar, trato de distraerse con cualquier otra cosa...

Su mirada se poso en el nuevo profesor de defensa, el profesor Quirell era tan extraño... Se había topado mas de una vez con el mago en el callejón Diagon, al principio había pensado en el hombre como una deshonra a la magia, demasiado tímido y fracasado para seguir una conversación sin tartamudear. O eso era para Rigel hasta que sintió su extraña aura... Esa aura atrayente que se mostró por unos segundos, cuando un enojo infantil había hecho que el aspecto del Lestrange cambiara, el profesor lo había mirado con mucho interés y a la vez había algo más... Algo que lo inquieto de una manera que no supo reconocer.

Volviendo al presente lo observo con descaro, el hombre no era guapo, no poseía nada llamativo en él, ni físico ni mágico, no venia de ninguna ancestral familia, solo estaba su patético tartamudeo y ¡Oh! estaba ese extraño turbante morado que encubría su cabeza... Era un perdedor y Rigel no se sentía especialmente atraído físicamente por él.

No no era eso...

Lo que le atraía sin medida era esa escondida aura de poder. Esa deliciosa magia oscura, que solo el Lestrange parecía notar.

También estaban esas mirada profunda y frías que el profesor lanzaba en su dirección cuando nadie veía... Unas mirada que le resultaban fascinantes y extrañamente halagadoras, miradas que parecían compartirle un secreto.

Era extraño, pensaba en su profesor de defensa, como si fuera dos entes diferentes, Quirell era un enigma uno muy bello... Uno peligroso, uno que lo confundía y necesitaba entender.

Algo se deleitó en el Lestrange cuando el profesor poso su mirada en él y le miro con 'esa'  mirada, tamborileo nuevamente los dedos en la mesa, mientras le sonreía arrebatadoramente al hombre.

...

Nuevo fic... La idea vino y no me dejo ojala les guste.

Puntos Exactos (Tomarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora