9, Las Palabras De Mi Padre

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     6 meses después

La maestra que nos daba clases se jubiló, y mientras no encontraban su remplazo tuvieron que dividir mi grupo en tres partes, 10 alumnos a un grupo, 10 a otro, y los otros 10 a otro.
Así es como terminé en el grupo de la maestra Alma.
Afortunadamente Amairani estuvo conmigo en ese grupo y no nos separamos para nada.

Con forme pasaban los días fuimos conociendo mejor a nuestros compañeros y nos hicimos amigos.
Ya habían pasado 2 meses desde que estamos en este nuevo grupo y un compañero de clase llamado Carlos empezó a interesarse en mí y la verdad es que no me era para nada indiferente.

— Hola Ady, espero no te moleste que te llame así, me he dado cuenta de que así te dice tu amiga Amairani y parece gustarte -dijo con una sonrisa de lado, algo atractivo.

— Hola Carlos, no, no me molesta, así me dicen las personas más cercanas a mi.

— Quiero ser una de esas personas -dijo en un susurro que logré escuchar- que bueno que no te moleste.

Yo solo sonreí un poco por lo que logré escuchar, me pareció algo tierno que le diera vergüenza decírmelo.

—¿ Por qué no estas jugando fútbol como todos? -pregunté, ya que todos los días jugaba.

— Quería platicar contigo, bueno mas bien quería hacerte una pregunta -paso su mano por la nuca un poco nervioso- ¿tienes novio?

— Sí tengo, lo siento -dije alzando un poco los hombros.

— No hay problema pueda esperar.

Wow eso sí no lo esperaba, se veía tan tímido hace unos momentos, que me sorprendió ver la seguridad con la que lo dijo, por favor si tiene 15 años igual que yo, de donde saca esa seguridad en un momento así.

¿Que quisiste decir con eso?

—Que voy a esperar a que ese idiota haga algo mal, para estar ahí contigo cuando lo necesites.

— Acaso estas deseando que me haga algo malo? ¿Te sentirías más seguro sabiendo que estoy herida por su culpa?.

— No me mal interpretes, solo digo que, es muy probable que ese imbécil no te valore lo suficiente y te lastime, y si eso pasa yo estaré esperándote con los brazos abiertos.

¡Por la madre de la seguridad! Este chico sí que sabe como hacer que una se sienta atraída.
Sigo pensando como le hace si sólo tiene malditos 15 años.

Bueno, supongo que... ¿Gracias?

— De nada flaquita... Perdón Ady -se corrigió rápido-.

—¿ Me pasarías tu número?

— si, anótalo es 2292...

Llegando a mi casa, me quito el uniforme y estoy pensando por que le di mi número, digo somos amigos, pero sé que él no quiere solo eso y aun así no me negué.

¿Que estas haciendo Adara? -me regañé yo sola, dándome una palmada en la frente - tienes novio estúpida, enfócate, han pasado por mucho para poder estar juntos, no lo eches a perder solo porque ese chico habla bonito, y tiene unas manos grandes, y un trasero que se antoja, y un abdomen trabajado, y que le gustas y está dispuesto a todo.
¡Hey! ¡Hey! Estúpida nuestro noviazgo, idiota -me dijo mi conciencia - porque yo ya me estaba yendo otra vez.

En ese momento recordé las palabras que mi papá me había dicho meses atrás. Eso de que tenía que asegurarme de querer estar con Ale por que lo quiero de verdad y no porque sea el primero en hacer algo lindo por mí.

Un Amor Adolescente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora