56, Su Vicio

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Alejandro

Quiero ir hoy a ver a Ady, aprovechando que es fin de semana y no tiene tarea que hacer, ya que siempre la hace los viernes, y yo hoy salgo a las 2 pm.

Aunque no estoy seguro de ir, porque aunque ella me dijo que no había problema con lo que le dije, siento que va a estar enojada por mucho tiempo.
De todos modos lo intentaré, no le voy a avisar que voy, solo llegaré. Si doña Lara me ve, no va a dejar que ella me corra de la casa si es que está enojada, ella siempre ha sido mi mejor aliada.

Al llegar, tocó la puerta y me abre Leo, el hermano de Ady, me dio una mirada un poco extraña, él siempre me saluda bien y hasta donde sé estamos bien, incluso hemos dormido juntos algunas ocasiones que me he quedado en su casa. Pero ya no quise tomarle importancia.

—Leo, ¿como estás?

—Bien, ahorita le aviso a la flaca que llegaste — se dio la vuelta y se fue pero no me dejó pasar. Tardó unos minutos y después me abrió Adara.

—¿Qué haces aquí? ¿Por qué no me avisaste que venías? No me ha bañado y estoy toda sucia, estoy limpiando mi cuarto.

—No te preocupes por eso, te ves bonita toda llena de polvo —sonrío ante mi comentario.

—Que bueno que te guste porque por mucho tiempo solo voy a oler a polvo y mugre, aun no termino.

—Si quieres te ayudo.

—No te preocupes, Brenda también está limpiando, pasa.

—Gracias ¿Está doña Lara?

—No, fue a comprar unas cosas ¿por qué?

—Por nada, sólo me pareció raro no verla.

—Aaa bueno, pues... Siéntate si quieres ya sabes donde está todo, lamento no poder atenderte pero no me avisaste que venias y estoy muy ocupada. Enciende la tv si quieres, en lo que yo termino.

—Sí aquí te espero.

Pasó más de 1 hora y Adara aún no termina de limpiar, vi que sacaba ropa, pedazos de papel, basura de golosinas y varias cosas, esta va para largo pensé.

Luego de otros 20 minutos, sale para avisarme que ya se metería a bañar y después vendría a platicar conmigo.

—Lista, ahora si puedes saludarme sin que huela feo.

—Hola pequeña, le di un corto beso en los labios —y note que no le dio mucho emoción.

—Hola, ¿porque estas aquí tan temprano y sin avisar.

—Quise darte una sorpresa, te traje algo.

—¿Que es? — preguntó emocionada, me encanta verla así.

—Levanta tus manos — lo hizo —aquí tienes, disfrutalas.

—¡Gracias! sabes que son mi vicio — lo sé, es adicta a las habas con chile, es la primera persona que conozco que le gustan tanto.

—Te conozco perfecto, espero que esta vez no te las acabes en 2 días y si le invites a tu papá.

—No te prometo nada —habló juguetona, así es ella—además él tiene la culpa, este es mi vicio no el de él y aun así decidió que también le gustan, así que ahora que se compre las suyas.

—¿Ah sí? ¿Con qué no me vas a invitar? — interrumpió don Julián, que iba llegando de trabajar.

—Pues no—escondió la bolsa detrás de ella—Ale las trajo para mi, usted consigase un novio que le compre — bromeó con su papá, ellos se llevan muy bien.

—Mi novio me da mas cosas ricas, así que quedate con tus habas, yo me quedaré con estos 2 kilos de camarones que un novio me regaló y no te voy a invitar — le regresó la broma y ella se dio por vencida.

Los camarones son otro de sus vicios, le fascinan, ella sola podría comerse los 2 kilos en un ratito.

—Papi no me haga eso por favor ¿que no ve que estoy desnutrida y me puedo morir si no como aunque sea un camaroncito de los que trae?

—No lo sé," yo no tengo la culpa de que decidas que también te gusta lo que me gusta a mí" — le regresó la frase que ella usó hace un momento, es muy divertido verlos "pelear".

—Me rindo, me rindo — levantó las manos alzando las habas— ¡oh señor de los camarones, acepte esta humilde ofrenda! — le ofreció la bolsa de habas, algo que nunca había hecho.

—¿Me darías todas las habas, por un camarón?

—¡Por supuesto que no! es solo una parte, tampoco le voy a rogar tanto.

—Esta bien, trato hecho, tu me das la mitad de tus habas y yo te doy camarones ¿aceptas?

—Acepto —dijo un poco derrotada ya que no quería perder la mitad de sus habas, pero tampoco se quedaría sin camarones. Y se dieron la mano para cerrar el trato.

—Mucha suerte si algún día quieres casarte con ella, no será nada fácil convencerla de algo, siempre vas a tener que dar algo a cambio si quieres tener la mitad de la razón. —me dijo don Julián burlándose de Adara.

—¡Ay! Tampoco soy tan mala ¿o sí?— hizo una cara chistosa y don Julián y yo nos reímos.

—Bueno esas risas fueron muy, demasiado sinceras, gracias —fingió enojo y me enseñó la lengua.

Don Julián se fue a la cocina riéndose de ella y solo me acerque y le susuree...

—Si me vulves a enseñar la lengua te la voy a comer aquí mismo.

—Como si lo hicieras cobarde —y me enseñó la lengua otra vez.

—Te aprovechas porque está tu papá aquí, y sabes que no puedo hacerlo.

—No fui yo la que esta de habladora y retandome.

Después de todo esta visita no está yendo tan mal, ella está sonriendo.

Me encanta cuando es así, alegre, juguetona y un poco provocativa, no se da cuenta que a veces su inocencia me excita de sobre manera, ella es sensual con solo hablar, es tan delgada que sin problemas puedo cubrirla con un solo brazo y eso me pone loco por ella.

¿Cúando será el día que por fin pueda hacerla mía?

Un Amor Adolescente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora