Regresando a casa

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CAPÍTULO 2

Cuando Lena regresó a casa se encontró sorprendida nuevamente por la escena que tenía frente a ella. La jaula estaba abierta y en el sofá más grande estaba una mujer de cabello largo y castaño, alta y de piel bronceada , en sus brazos descansaba un pequeño bebé que mamaba con entusiasmo mientras tenía los ojos cerrados, al lado derecho de la mujer había una cobija que reconoció cómo la que había dejado sobre el sillón de alado en la que otro bebé estaba acostado durmiendo plácidamente. Se paró frente a la mujer observándola con curiosidad, ¿cómo se había transformado? luego se giró dejando las bolsas de compras y con el pie empujó una bolsa de papel en la que estaba la ropa que había comprado, la mujer estaba completamente desnuda.

-Ahí hay algo de ropa, espero que te haga. - murmuró tomando nuevamente las otras bolsas de las compras y caminando hasta la cocina para guardar las compras.
- Gracias - susurró la mujer con voz suave.

Podía escuchar los movimientos de la mujer que seguramente se vestía, cientos de pensamientos venían a su mente, desde qué haría ahora que la loba se convirtió en humana, o ¿por qué simplemente no se había marchado? Sobre un pequeño mueble junto a la la puerta de entrada había un plato dorado que contenía las llaves de los otros dos autos que tenía en la casa, además que podría haberse vestido si subía a la segunda planta y buscaba en el armario, sin contar que en la mesa de noche junto a su cama en el primer cajón tenía una pistola, arma que alguna vez cuando era más joven su padre le había regalado. Sintió los pasos de la mujer indicando que se acercaba y se giró levemente esperando no encontrarla desnuda nuevamente, agradeció mentalmente que efectivamente la mujer se había vestido y que al parecer le quedaba muy bien la ropa.

-Acerté con la talla. - comentó sirviendo un vaso de agua
-Si, muchas gracias. - dijo apoyándose contra el mesón de la cocina y mirando expectante a Lena. - Soy Samantha, por cierto.
-Lena Luthor - dijo sonriéndole - Un placer, lamento que todo esto se dé en estas circunstancias.
-Estoy muy agradecida por tu ayuda, gracias por no asesinarme. - murmuró poniéndose rígida, tal vez a la espera de que la mujer que la había comprado por fin dejara de actuar de buena manera y mostrara sus verdaderas intenciones.
-No es mi plan, simplemente no podía dejar alguno de esos hombres se saliera con la suya y sabrá Dios qué planes tendría para una loba preñada. - comentó - ¿Tienes hambre? - preguntó girándose - puedo hacer algo para el almuerzo, ¿o prefieres carne cruda nuevamente?
-No, estará bien cualquier cosa que cocines. Te lo agradezco, necesito recuperar mis fuerzas.
-Claro.

Ni Lena ni Samantha habían intentado entablar algún tipo de conversación mientras Lena cocinaba una lasaña, pensó en que tal vez hubiera sido más sencillo si simplemente pedía una pizza o algo así y terminaba con todo, pero tampoco estaba segura de qué o cómo se iban a desarrollar las cosas entre ella y la loba. Era claro que ella la había comprado, pero tampoco era correcto comprar a una persona y ¿qué? ¿tenerla de esclava? No, claro que no. Eso no estaba en sus planes, de hecho nada de eso estaba en sus planes ni siquiera lo había imaginado cuando su asistente le informó de la fiesta de Jack. No había imaginado que saldría de la fiesta con una loba preñada que se quedaría en su casa sabría Dios o el universo por cuánto tiempo. De hecho no había pensando mucho cuando aceptó ir a la fiesta de Jack, solo había visto la invitación y prácticamente la decisión estaba tomada en su mente sin mayor contemplación. Cenaron en silencio, al menos los primeros diez minutos hasta que Samantha le preguntó algo muy esencial.
-¿Cuándo podré irme?
-No soy tu dueña, Sam. ¿Puedo llamarte Sam? - preguntó
-Claro que si.
-Bueno. Sam, no sé cual es tu vida, debes tener una antes de que te capturaran, ¿verdad?
-Si, tengo una esposa, una familia con la cual regresar. - comentó - Deben estar muy preocupados, y más con el tiempo qué pasó, deben creer que estoy muerta y mis hijos también. - contó con tristeza.
-Puedes regresar cuando desees, si te sientes lo suficiente fuerte o si prefieres que te lleve, no hay ningún problema Sam.
-Te lo agradezco, pero no sería prudente que te acercaras al territorio. Creerán que fuiste tú quien me capturó y te asesinaran. - Lena se quedó callada por la sorpresa y sinceridad de las palabras de la joven. - Sentirán tu olor y luego vendrán, no querrán escuchar nada lo que les diga, a veces suelen actuar como completos animales. Es mejor que vaya sola con mis hijos.
-Entiendo... correcto. - dijo pensativa. - Tú me dices cuando quieres ir, y puedes llevar uno de los autos, les dices que lo robaste o algo. Sino puedo comprar otro nuevo para que no sientan mi olor. - añadió rápidamente
-Gracias, creo que con el tuyo esta bien. Realmente espero que puedan escucharme. Apuesto que Eliza los pondrá en su lugar. - dijo sonriendo.

Hasta el último día - supercorp AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora