Hasta el último día - supercorp AU

Rescate

CAPÍTULO 12

Despertó entre los fuertes brazos de Kara y con la cabeza apoyada en el pecho y su mano sobre el vientre de esta, los recuerdos y las imágenes de lo acontecido en la noche anterior llenaron su mente, eran muy buenos recuerdos de eso estaba segura.

Agradeció que Eve se haría cargo este día más por ella y luego tendría que volver a la oficina para seguir trabajando, aún tenía muchos documentos pendientes que revisar y Eve no podía ni tenía la autorización para hacerlo todo.

Pero a pesar de todo eso, de saber que había tenido la mejor noche de su vida en muchos años era increíble pero la asustaba, la gran pregunta era ¿y ahora qué? ¿Todo lo acontecido en qué las dejaba a las dos? ¿Qué eran? ¿Se volvería a repetir? ¿Kara quería repetirlo? Porque ella si, Lena estaba segura de eso, bueno, casi segura. No estaba realmente muy relacionada con eso de estar con una mujer lobo y menos lo que significa que sea un alfa. ¿La manada de Kara estaría de acuerdo con que mantuviera una relación con una humana?

No supo realmente cuánto tiempo estuvo divagando en sus pensamientos sobre qué debía hacer o cómo debía actuar ahora con Kara. La mano que Kara tenía sobre su cintura aflojó su agarre y Lena la escuchó suspirar, ninguna se movió como si de una mina se tratase y está fuese a explotar si alguna decidía moverse o siquiera hablar e incluso respirar, porque eso hacían ambas mujeres, contenían la respiración. Resultaba absurdo, ambas eran mujeres adultas que sabían lo que querían en la vida, sabían lo que estaban dispuestas a dar y lo que querían recibir a cambio. Entonces ¿por qué era repentinamente tan grande el abismo? 

- Buen día – dijo Kara rompiendo el tormentoso silencio.

La rubia se esforzó por hacerlo, parte de ella se negaba a ser quien diera su brazo a torcer para apaciguar las aguas que sin sentido alguno se habían agitado, no para ella ni por ella, sino por la misma Lena Luthor que llevaba como media hora despierta y sin decir absolutamente nada. Entonces el silencio que al principio era cómodo se había tornado en incómodo para ambas y Kara no estaba dispuesta a pasar por ello, no estaba dispuesta a hacerse la tonta y decir que todo solo era un error o producto de una noche alocada, o peor, que solo era para liberar el estrés y probar algo nuevo.

- Hola – respondió Lena sin moverse, negándose a encontrarse con la mirada azul de Kara, aquellos ojos color cielo que se estaban convirtiendo en su color favorito. - ¿Dormiste bien?  - preguntó sin saber qué más decir.

Normalmente cuando Lena tenía un encuentro sexual con algún hombre, acontecimientos que tienen años de no ocurrir, ella solía dejar la habitación antes de que su acompañante despertara y así evitaba el incomodo momento de hablar sobre qué les había parecido la noche o si se volvería a repetir.

Pero con Kara a pesar de que parecía estar siguiendo el mismo camino hacia la perdición, Lena estaba consciente de que se debía al caos que se disputaba en su interior, aquella lucha entre lo racional y lo emocional. Lucha entre abrirse y lanzarse de lleno al mar de emociones y sensaciones maravillosas a las que estar con Kara le producían, o preguntarse y analizar aún más a fondo el por qué Kara le daba tal confianza y tales sensaciones, sentimientos y emociones y alejarse.

- De maravilla, ¿y tú?  - Lena se lo pensó seriamente. Si le respondía de igual manera Kara supondría que la noche se podía repetir y que tal vez podrían comenzar a conocerse y salir juntas, pero también estaban todas sus dudas sobre porqué Kara la atraía de tal manera y porque se sentía así, y si de aquello podía salir algo bueno.

- De maravilla – respondió. Kara la movió para que se pudieran ver y Lena lo entendió, acababa de saltar al océano y Kara estaba ahí lista para sostenerla.