Cuarenta y seis

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Mateo

Me desperte primero que Tati, de todas formas ya era pasado el mediodia, asi que decidi bajar con la intención de comprar algo para comer.

Agarre lo que necesitaba y en cuestión de minutos ya estaba saliendo en dirección al mini que se encontraba a escasas cuadras de su casa.

No podía creer todo lo que había, no podía entender como es que habían pasado tantas cosas en su vida sin que me diera cuenta. Me sentía demasiado mal por no haberla acompañado, por no haber estado ahí cuando me necesitaba como se lo había prometido, pero mejor tarde que nunca decía el dicho...

Compre un par de hamburguesas y sus correspondientes panes, ademas de un chocolate para que comiera de postre. Con todo en la bolsa volví a su casa y la encontré apoyada en la mesada llamando a alguien.

— boludo... pense que te las re habías tomado... — soltó preocupada cortando la llamada

— que feo que pienses asi de mi... — sonreí acercandome y dejando las bolsas — yo la cago una vez, dos ya es abuso... no me las tomo nunca más... — le susurre despacito cerca de su boca

— eso espero... — asintió ella pasando sus brazos alrededor de mi cuello para abrazarme con fuerza

— ¿te parece si me mando altas hamburguesas ? — le pregunte corriendo un mechon de su pelo para darle un beso corto

— me re parece la verdad... mientras no me quemes la casa...

— que poca fe che... activame la musica vos... — le pedí mientras empezaba a sacar las cosas y prendía el fuego

Tati puso una de esas cumbias que eran imposible no reconocer, pero ya no era la misma... ya no tenia la misma chispa de antes y eso era algo que me dolía demasiado... me jodía que la hayan roto de esa forma, porque a pesar de todos los mambos que había cargado siempre ella vivía con animo, y ahora la cosa no era ni cerca de ser así

— saquemo lo parlante a la vereda... abran un par de vinos que el sol esta que quemaaaa — canté tirandome mis pasos prohibidos para animarla

— extrañaba los pasitos turros... — sonrío ella aunque casi sin moverse

— ¿y vos? dale... desempolvame los pasos prohibidos... — solté acercandome para hacerle dar una vueltita

— no... no tengo ganas amor... perdon... — me respondío tranquila

— esta bien chiquita... no pasa nada... — le sonreí dejando un beso en su frente y controlando que no se me quemaran las hamburguesas

Tati se quedo boludeando con su celular mientras yo terminaba de preparar el almuerzo, juntos pusimos la mesa y empezamos a comer tranquilos.

— ¿que vamos a hacer? — preguntó ella despues de un rato

— ¿con que?

— con nosotros...

— estamos juntos... — solté sin entender a que se refería

— yo hoy a la noche tengo que volver ahí ¿entendes eso?

— mierda... no pense en eso...

— entiendo si no queres que volvamos ahora... no falta mucho para que term...

— no... no... para... — la interrumpi

— ¿que? — cuestionó ella confundida

— ¿cuanta plata le debes? yo ya empece con fms... tengo guita... le pagamos y listo... salis de ahí

— no Mateo... es tu plata... yo...

— me chupa un huevo amor... dale... quiero sacarte de esa pija...

— pero es que es bastante plata Mateo... no son dos pesos...

— no me importa tati... ¿mas o menos cuanto es?

— como $60.000 es mucho amor...

— hoy a la noche se la llevamos... — afirme

— ¿en serio? — preguntó ella mientras sus ojos empezaban a brillar

— si gorda... ni en pedo te dejo meterte ahí de nuevo... — sonreí levantandome de mi silla para poder abrazarla por lo hombros

— es que nose... nose que decirte... como agradecerte...

— no llores bebe dale... no es nada... — solté dejando un beso sobre su cachete

— es que no puedo creer que por fin se va a terminar todo esto... te juro que no se como aguante tanto tiempo...

— ya está chiquita... ahora a mirar para adelante y tratar de superar todo esto ¿si?

— dios... te amo muchisimo... no puedo creer que alguien me quiera tanto como para hacer esto... — dijo llorando mientras se lavantaba de la silla para poder esconderse entre mis brazos

— Tati... te mereces todo el amor del mundo hermosa... si te la re bancaste siempre... sos tremenda mujer... soy muy afortunado de tenerte — le conteste acariciando su pelo despacio

— gracias posta... gracias por todo...

— no es nada... posta no me lo tenes que agradecer... se que vos harias lo mismo y mas por mi...

Nos quedamos un buen rato abrazados, cargoseandonos. Tati estaba mas sensible que nunca asi que no se me despegaba ni medio segundo y no me quejaba para nada, yo tambien la había extrañado demasiado

— escucha... — dije mientras le hacía mimitos, ya que ella estaba recostada sobre mis piernas

— ¿quep? — preguntó Tati media adormilada

— ¿no queres volver a vivir a mi casa? la mejor con tu vieja pero...

— no si es una hija de puta ya lo se... — me interrumpio ella

— bueno nose si tan asi...

— le chupo un huevo, por mucho tiempo intente creer que las cosas no eran asi... pero al parecer no hay caso... no le importa nada...

— bueno por eso...

— pero no... tampoco te quiero joder a vos...

— no me jodes amor... por algo te lo estoy ofreciendo...

— no se lo tengo que pensar... no se que voy a hacer despues de todo esto...

— si, esta bien... vamos viendo... ¿ahora que subamos a dormir una siestita? — le propuse con una sonrisa

— por favor si... — soltó ella asintiendo




mejor tarde que nunca

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