CAPÍTULO 1

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Miedo a Olvidar

La tarde tan callada y mis pensamientos tan elocuentes, en tardes como ésta recuerdo lo que sucedió. Sus ojos violetas mirándome con la intensidad con la que solo él tenía, el sabor metálico de su piercing cuando nos besábamos, su risa ronca que era tan escasa y el dragón chino tatuado en su espalda.

Ereny me enseñó muchas cosas, pero lo que más me marcó fue la verdad de la frase tatuada en su clavícula 'Wild Hearts Can't Be Broken'.

(...)

Camino por la calle tratando de no pisar las rayas. Sin poderlo evitar las lágrimas comienzan a deslizarse silenciosas por mis mejillas, quedará en mi memoria cuando Ereny y yo jugábamos de la misma forma mientras me abrazaba por la espalda y platicábamos acerca de un futuro. Lo odio. Lo odio a él y a sus mentiras, ¿por qué ilusionar alguien que sabes está perdido por ti, si sabes que no vas a cumplir con tus promesas?

Diviso a lo lejos Vintage's, un bar cerca del centro, no soy fan de la bebida, pero creo que un par de mezcales no me harán daño, o por lo menos a mí, mis recuerdos bien pueden irse al carajo. Pensar que de aquellos momentos donde había tenido al amor de mi vida entre mis brazos, sus labios sellándose con los míos, ahora sólo son recuerdos.

Viví un amor tan intenso que creí estaba destinado a ser para mí. Es gracioso ver como algunas personas damos todo por hecho, cuando en realidad puede que al día siguiente ya no sea como el anterior. Ereny no era el novio empalagoso y romántico como los plasman en los libros o en la poesía, era un verdadero desastre, fumaba como si no hubiese mañana cuando sus pensamientos lo apañaban, y reía hasta cansarse cuando no podía revelarse. No, no se reformó al estar conmigo, pero puedo decir que fui de las pocas personas en su vida a quien amó con intensidad.

Era un loco sin remedio, saltaba de la poesía a la pintura y viceversa, era un chico bastante particular. Aunque, no es que se pueda decir mucho de mí, con mi cabello azul eléctrico, mis inseguridades y tatuajes, mi estilo tan desfachatado para vestir. No siempre había sido la chica ruda con la que nadie se mete y que juega con la gente como si de objetos se tratasen. No, no siempre fue así, alguna vez fui aquella chica extrovertida a la que le encantaba rodearse de amigos. Conocerlo me dio una nueva perspectiva y muchas lecciones por supuesto.

Recuerdo aquel poema que descubrí una tarde en su cuaderno de biología, pienso en cómo no entendí nada de el en aquel momento, y como Ereny me dijo que lo haría en algún momento. Maldito.

La niebla cubrió el cielo

como si se pusiera de acuerdo

con su estado de ánimo

El dragón que la cubrió bajo sus alas

regresó a la lejana tierra

de donde vino

Sus promesas

se volvieron dientes de león

soplados al aire

con la esperanza de un día

ser encontrados

Y es que ella

se volvió velero de sus mares

y cuando la tempestad cesó

MiedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora