CAPÍTULO 10

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Renacer

—Entonces, ¿planeas reincorporarte a clases Eileen?

—Así es—contesto a mi hermano mientras mastico un pedazo de sandía de mi plato.

Hacia dos semanas me habían dado el alta del hospital y en dos días regresaríamos de las vacaciones, era irónico como había empezado mis vacaciones con mamá, pero sin Kaled, y ahora era al revés. No puedo mentir, creo que es algo que dolerá como el infierno un buen tiempo, quizá sea una opresión que nunca se quite, pero estoy intentando avanzar.

Aquel viernes en donde Kaled y yo nos abrazamos y lloramos hasta quedarnos dormidos (él en la silla y yo en la camilla), desahogamos varias culpas de las que no éramos dueños ni responsables, pero que, sin embargo, veníamos cargando. Siempre consideré ridícula a la gente que era sensible, quizá más bien y era envidia por yo no poder expresarme como ellos, pero es cosa de sólo dejarse llevar y sanar.

—Bien, entonces necesitamos ir a arreglar tu uniforme.

—¿Por qué? —no es como si hubiese engordado ni nada como para que ya no me quedase, debo aclarar.
—Porque adelgazaste demasiado mocosa, por eso, y lo más probable es que vayas caminando, se te caiga la ropa y dejes a la vista de todos, tu ropa interior de los ositos cariñositos—esto último lo dice con un deje de burla que me hace rabiar un poquito— en especial a tu crush—alza las cejas, sugerente y alza nuestros platos vacíos de la mesa para lavarlos.

—¿Cuál crush wey?

Rueda sus ojos y suspira—el monigote ese que creció como la hierba y de ojos brujos.

Antes de seguir, para quién tenga duda, aclararé como es eso de crecer como la hierba, sencillo: pa' rriba y a lo pendejo.

—No es mi crush, Kaled—ok, por la cara de extrañeza de mi hermano, al parecer le grité como defendiéndome, lo que le pudo haber mandado un mensaje erróneo, como el de que me gusta Ereny.

—Ya, ¿y no nos gusta?

­—¡Cállate Kendra!

—Ya, entonces ¿quieres o no quieres enseñar tu ropa interior coqueta al público? —ríe—aunque no imaginé que fueses tan extrovertida hermanita, mira que ofrecer espectáculos no aptos para todo público... mmmm—tararea sugerente y es cuando me abalanzo ahora sí hacia él.

—¡La puta madre Kaled! —grito boqueando como pez fuera del agua, pues mi querido hermanito atacó contra mí con la manguera de la cocina, empapándome de pies a cabeza.

—¡Lenguaje! —comenta riendo y volviendo a su ataque nuevamente.

Termino contagiada por sus acciones y decido entrar en su juego, le logro arrebatar varias veces la manguera y también me encargo de bañarlo entero, así pasamos la siguiente media hora hasta cansarnos.

—Bien, ya basta, soy el adulto responsable de esta ca...—su discurso se ve interrumpido al resbalar con uno de los tantos charcos que habíamos hecho en la cocina, mi risa no se hace esperar— así que vamos a arreglar el desastre en el que convertimos esta casa—dice intentando reincorporarse y fulminándome con la mirada desde su posición en el piso.

—A la orden mi capitán.

­—Mocosa insolente—murmura rendido.

(...)

La tarde es cálida y el sol apenas comienza a ocultarse, revelando unos tonos que me recuerdan a ciertos ojos y me hacen sentir en calma, el viento me despeina mi cabello ya ligeramente desteñido y hace que se pegue a mis labios.

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⏰ Última actualización: Aug 20, 2021 ⏰

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