Parte 25

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—¿¡Cómo te atreves a criticar nuestro estilo de vida..!? Yo he sido un fiel creyente de nuestro señor desde que tenía tan solo 6 años, si hay alguien aquí que merezca ir al cielo soy yo — cuestionó molesto un hombre gordo vestido con un traje ostentoso y cubierto de joyas

— ¡estoy de acuerdo, eres un chico ignorante e irrespetuoso! — añadió una bella chica 20 años menor que el hombre gordo que estaba pegada al brazo de este, por la forma en la cuál se le insinuaba uno podría asumir fácilmente que se trataba de su pareja

— ja, que un ateo se atreva a criticarnos es ridículo. Personalmente yo donó el 5% de mis ingresos a instituciones caritativa todos los años ¿Cómo te atreves a decir que no me preocupo por mi prójimo? — cuestionaba otro individuo de apariencia ostentosa

— Es cierto...

No importaba quien hablara, todos intentaban decir algo que desacreditara lo dicho por Bartolome acerca de como ganar un lugar en el cielo. Durante toda su vida ellos habían seguido la doctrina de su religión, llegando incluso a sacrificar deseos personales para cumplir con aquello que creian era lo que Dios quería. ¿Como iban a permitir que un mocoso sin credenciales les enseñará algo? Sus roles de adulto y orgulloso como religiosos no se los permitía.

— Por lo que veo no eres muy querido —se burlo de cierto modo Alicia al ver el espectáculo que tenia delante de sus ojos

—¿Querido? ¿Odiado? ¿Popular o no popular? Si me preocupara por esas trivialidades propias de la vanidad humana no podría desempeñar tranquilo mi trabajo —se burlo Bartolome con una gran sonrisa despreocupada mientras hacia oído sordo acerca de los insultos que recibía

— ya veo... — respondió Alicia sin mucho interés, ella había vivido toda su vida siendo juzgada por la gente de su alrededor, por lo que podía entender el porqué a Bartolome no le interesa lo que el resto pudiera pensar del, luego de mucho tiempo siendo criticado cualquier humano se terminará acostumbrando.

—cambiando de tema. Te he dado libertad de hacer lo que has querido hoy. Es hora de que cumplas tu parte del trato y regreses a estos pequeños parásitos a la cloaca de la cual salieron —indicó Bartolome apuntando a los niños que estaban detrás de Alicia quienes claramente escucharon lo que dijo, cuidar sus palabras delante de un montón de niños humanos para no lastimarlos emocionalmente claramente no estaba dentro de sus prioridades.

—pero..., pero... — quería refutar Alicia pero no encontraba palabras convincentes con las cuales contraatacar. Por mucho que le doliera admitirlo  Bartolome tenía razón, ellos tenían un trato, romperlo ahora podría llevar a que ella lo perdiera todo y no pudiera ayudar a los niños. Siempre y cuando aceptará su derrota ahora podría intentarlo nuevamente en un futuro

—¡Eres malo...! — grita molesta a Bartolome  la pequeña Susan mientras se escondía detrás de Alicia

—¿malo? — repite de manera burlezca el joven mientras se aproxima levemente a la pequeña quien debido a la diferencia de tamaño entre ella y Bartolome lo percibe como un gigante — No es la primera vez que me dicen eso pequeña, por lo que francamente no me ofendes. Pero si te he de ser sincero comparado con los mortales de hoy en día perfectamente me podrías considerar un santo. El mejor ejemplo de esto son sus padres ¿ que clase de individuo abandona a sus hijos en un orfanato de mala muerte? Ni siquiera los animales son tan despiadados con los de su propia especie. Incluso un erizo es más humanitario — se ríe el malévolo muchacho mientras ve con desdén como del rostro de la pequeña surgen ligeras lágrimas

— Bartolome eso es demasiado — intervino Alicia en un intento de proteger a sus hermanos pequeños

—No podría estar más de acuerdo señorita Stover  — indicó una profunda voz femenina quien aprovecho las palabras de Alicia para ingresar a una conversión donde no era bienvenida — no negare que los padres que abandonan a sus hijos son unos irresponsables y en más de una ocasión se les puedes considerar malvados. Pero ¿de que manera el orfanato que yo administro y al cual he decidido dedicar mi vida para proteger a las pequeñas criaturas abandonadas del señor, se puede considerar de mala muerte? — añadió. Con una altura de 1.90, un cuerpo delgado similar al de un esqueleto y cabello blanco debido a su avanzada edad, una monja de hábito negro se aproximaba con una amplia sonrisa la cual fingía ser cálida pero no lograba transmitir dicha emoción

Un reemplazo para el diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora