Parte 23 Fecha

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Una campana ubicada en lo más alto del edificio sonaba con cada cambio de hora, hermosos vitrales diseñados para maravillar a los visitantes decoraban cada muro interno y una gigantesca cruz colocada en la cúspide indicaba el culto al cual servía este templo; no importaba quien mirara el lugar, no cavia duda de que esto era una iglesia.

Bartolomé estaba parado delante de la puerta de la iglesia, detrás suyo Darlia lo miraba con preocupación, el reloj marcaba las 18:30 hrs y el sol se escondía en el horizonte

— ¿qué hacemos aquí? — pregunto Bartolomé a Alicia delante suyo quien habría lentamente la puerta del lugar — hemos venido a dejar a los niños de regreso al orfanato, los 6 días al mes que has permitido tenerlo en la mansión han llegado a su fin - respondió ella

—comprendo eso, pero ¿porque estoy yo aquí? Podrías haberlos devuelto tú y Darlia solas —indico Bartolomé con un rostro incómodo — no pienso entrar en una iglesia... — añadió

***está mañana***

Eran las 9:00 hrs del 17 de mayo del año 2016. En la habitación más aislada de la mansión de las rosas un apuesto joven de 17 años dormía tranquilamente, las sábanas de seda cuidadosamente elaboradas cubrían su bien definido cuerpo. Afuera de la habitación una hermosa doncella esperaba tranquilamente a que el joven despertará con el fin de poder ingresar y darles los buenos días, tal y como había hecho los 5 días anteriores.

Desde que Alicia trajo a los niños del orfanato a la mansión de las rosas Bartolomé decidió comenzar a vivir también allí, no podía permitir que la joven siguiera trayendo huérfanos a la residencia y aumentara el número de buenas acciones en su historial; los planes del malvado demonio se verían frustrados si lo permitía. La mansión era grande y las habitaciones disponibles eran suficientes como para recibir a 50 personas más, por lo que tomar una personal para él no era ningún problema.

Lentamente los rayos de luz del sol ingresaban a la habitación e iluminaban todo

— maldición... — decía el joven cubriéndose el rostro con su mano izquierda

— ¿se encuentra bien señor? — preguntaba Darlia ingresando rápidamente a la habitación; a penas escucho a su maestro quejarse no dudo en ingresar

— ¿puedes pedirle al sol que se apague unas horas más? Verlo a primera hora del día es especialmente molesto — indico el joven demonio, como alguien que vivió tanto tiempo en un mundo iluminado por un sol negro acostumbrarse a un cambio tan radical le resultaba difícil todavía

— lo siento señor, no creo poder hacerlo — contestaba Darlia inclinando su cabeza con tristeza, no poder cumplir las peticiones de su maestro le generaban una gran frustración

— no te preocupes, no hablaba en serio — aclaro el joven acomodándose para salir de su cama — los mocosos se irán hoy día ¿verdad? — interrogó mientras se ponía sus pantuflas con forma de calavera, tenerlas puestas traía a su memoria bellos recuerdos de su hogar

— así es maestro, esta mañana he notificado al orfanato que los llevaremos de vuelta. La señorita Alicia los está preparando para realizar el viaje — contesto Darlia
— me parece genial, mientras más pronto estén fuera de la mansión, más pronto podré reanudar mi plan — indico el joven poniéndose de pie para posteriormente caminar hacia la entrada del lugar — por cierto ¿cuándo llegarán las joyas que encargue? — pregunto con intriga

— según la joyería el collar de diamantes estará listo esta tarde y será entregado mañana a primera hora — contesto la sirvienta con humildad

— es bueno saberlo — respondió el joven sonriendo maliciosamente. Desde la antigüedad nada podría corromper mejor el corazón de una mujer que las joyas, si con un simple collar de diamantes lograba alimentar la vanidad de Alicia la inversión que efectuó valdría totalmente la pena.

Un reemplazo para el diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora