parte 9 (editado 10 enero 2020)

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Los placeres y deseos que un ser humano puede tener son tantos que podrían iluminar el cielo nocturno completo si es que fueran estrellas. Existen diferentes lugares donde estos anhelos puedes ser satisfechos, algunos de estos sitios están abiertos al público general y cualquiera que cumpla ciertos requisitos puede gozar de sus servicios, pero si no eres capaz de cumplirlos y aun así deseas disfrutar de estos placeres terrenales; siempre podrás optar por la ruta clandestinas.

En la mayoría de los países esta estrictamente prohibido el ingreso de los menores a los casinos, ya que esto podría acercarlos al vicio desde edad temprana, pero para un padre irresponsable como él de Bartolomé el que su hijo adquiera o no el vicio no podría importarle menos. Caminando lentamente por un estrecho callejón poco frecuentado, Bartolomé y su padre llegan hasta la entrada del "Between Shadow" un pintoresco casino no muy conocido; esto se debe principalmente a que se trata de un sitio ilegal del cual solo se puede conocer a través de sus miembros. Ya sea que se trate de un adulto hecho y derecho o de un simple mocoso de 17 años, en este lugar podrás apostar siempre y cuando tengas dinero para hacerlo.

— ¿Estás seguro de esto Bartolomé? Se que fui yo quien te trajo a este lugar, pero siendo sincero no es un sitio en el cual confíe mucho; he perdido mucho dinero aquí y estoy casi seguro de que la mayoría de los juegos de este lugar están arreglados— indico él hombre preocupado mientras miraba a su hijo de reojo, pese a que su visión estaba borrosa y su nariz roja producto de su estado de embriagues, todavía podía sentir miedo ante la idea de perder dinero.

— Tranquilo mi querido Buda, este lugar no es la clase de sitio que me lograría espantar. Con tu ayuda estoy seguro de que podríamos ganar cualquier juego, sin importar que tan arreglado este— respondió Bartolomé sonriente, avanzando con calma hacia la entrada, donde un hombre corpulento de bigote le impedía el paso

—Este no es un lugar donde un chico de tu edad pueda entrar, será mejor que te vayas mientras te lo pido de buena forma— indico el grandulón con tono serio

—Ey "músculos" tranquilo, el chico viene conmigo, es mi hijo— intervino el padre de Bartolomé cruzándose entre ambos con un tono de voz tembloroso, aunque lo intentaba ocultar aquel desastre de adulto tenía miedo del gigante de la entrada a quien todo el mundo llamaba "músculos". Este apodo tenía dos razones; la primera era debido a que el hombre poseía un cuerpo similar al de un físico culturista, lleno de músculos entrenados y bien desarrollados; la segunda razón de su apodo era que nadie conocía su nombre real; al igual que el reato del personal que trabajaba allí, quienes solo eran llamados a través de apodos que los mismos clientes les fueron poniendo.

— Wow..., no esperaba volver a verte por aquí. Especialmente después de que perdieras tanto dinero la última vez que viniste; pensé en aquel momento que habías abandonado el vicio del juego. Veo que traes a un niño contigo ¿acaso ahora trabajas como niñero? — pregunto el hombre riendo burlonamente
— es mi hijo..., lo he traído para que pueda ganar algo de dinero jugando; dice que tiene talento— respondió el padre de Bartolomé con la cabeza agachada

— recemos para que el chico haya heredado el talento de su madre, porque si resulta ser tan talentoso como lo eres tú, lo único que conseguirá será hacerle un agujero más grande a la billetera familiar— indico músculos tiendo entre dientes— aunque no es mi trabajo el impedir que los perdedores apuesten— respondió mirando de reojo a Bartolomé— lamento lo sucedido chico, tengo que asegurarme de que ninguna ajena al casino o sus miembros ingrese aquí. Si la policía se enterara de los verdaderos negocios de este local disfrazado como bar estaríamos en severos problemas, pero si tu vienes con Joaquín no tengo problemas en dejarte pasar— añadió apartándose de la entrada

— No te preocupes músculos, comprendo perfectamente cual es el trabajo de los monjes del templo Shaolin— respondió Bartolomé burlándose de la calva del guardia quien por curioso que parezca, dada su apariencia, se lo tomo con gracia. Seguido por su padre Bartolomé ingreso al casino. Contraria a la imagen mental que las películas han metido en la cabezas de las personas acerca de un casino, donde todo está iluminado por diversas máquinas de juego y hermosas mujeres te sirven bebidas alcohólicas; el "Between Shadow" era un lugar oscuro y lúgubre donde lo peor de la sociedad se reunía a apostar. había una mesa de Black Jack, una ruleta, máquinas tragamonedas e infaltables mesas de póker, entre muchos otros servicios para satisfacer el vicio del juego; pero aun así parecía ser un lugar deprimente que se hallaba fuera de la ley o mejor dicho fuera de la sociedad. Con mucha Naturalidad Bartolomé se acercó a la ruleta donde una canica representaba a la diosa de la fortuna

Un reemplazo para el diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora