parte 17 (editado El 21 De Febrero Del 2020)

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Alabado como uno de los 5 mejores restaurantes del mundo, el GoliatPark se establece como uno de los principales atractivos turísticos para la gente de la alta sociedad de la ciudad capital. Partió siendo un simple restaurante familiar donde cualquier persona con un poco más de un dólar en su bolsillo podía comer, pero desde que Grotony, el actual chef principal de la cocina tomó el mando; el lugar se especializó en servir comida de alta gama. Desde carne de Wagyu japonesa importada hasta caviar blanco de alta pureza son algunos de los platillos que solo los comensales adinerados pueden degustar. La buena comida y las excelentes bebidas no son lo único que convierte al gigante gastronómico en referente culinario. La ambientación del lugar acompañada de dulces melodías, junto con el excelente servicio que el personal te da son otros de los factores que el restaurante te puede ofrecer. En palabras del mismo Grotony, el GoliatPark no es un lugar que solo venda comida de buena calidad, sino que también entrega la experiencia de pertenecer a la realeza. Comer aquí es un lujo que no muchos se pueden dar, los precios de los platillos son elevados incluso para los estándares de un restaurante de lujo, pero, aunque la comida sea cara por raro que parezca existe una gran demanda para poder comer en este lugar; haciendo casi imposible disfrutar de una cena en el GoliatPark sin antes reservar un lugar con un año de anticipación.

Alicia y Bartolomé están sentado en uno de los mejores lugares del recinto, cerca de la ventana desde la cual se puede ver casi toda la ciudad y al lado de la banda musical, la cual los deleita con una dulce interpretación en orquestada de "claro de luna". Los ojos de la pobre adolescente no podían creer lo que estaban viendo, no sólo era la primera vez que comía en un lugar tan exclusivo; sino que también era la primera vez en su vida que entraba a un restaurante. Fue abandonada por sus padres cuando tenía 7 años, no tenía más familiares vivos que pudieran cuidarla por lo que el estado la dejo a cargo de un orfanato de mala muerte llamado "Los Ángeles de Cristo"; un nombre muy bonito para una verdadera prisión infantil. Era un recinto educacional y de adopción administrado por unas pecaminosas monjas a las cuales no les interesaban los niños. No sólo infligían varios de los mandamientos de la religión que decían profesar, sino que también malversaban los fondos que el estado les entregaba por cuidar a los pequeños. El recuerdo de como una de las hermanas del lugar bebía tranquilamente licor comprado con dicho dinero mientras que uno de los pequeños lloraba de hambre al lado de ella, todavía seguía vivo en la mente de Alicia. Al cumplir los 15 años la joven no pudo soportar continuar viviendo allí, por lo que tomó la decisión de tomar todos sus ahorros e irse a vivir sola; creía fielmente que estaría mejor por su cuenta que viviendo bajo el mismo techo que aquellas arpías ocultas bajo un hábito. Cuando tuvo su libertad intento denunciar aquellas prácticas, pero debido a su carencia de poder nunca nadie le hizo caso

— Veo que te ha gustado la vista que ofrece este lugar — indicó Bartolomé mientras veía el menú para pedir la comida

— es la primera vez que vengo a esta clase de sitios; siempre he pensado que son muy costosos y que quedaría en ruinas por el simple hecho de comer una ensalada — comentó ella mirando de reojo la carta reafirmando de este modo su teoría

— todo depende del tamaño del bolsillo de quien esté comiendo dicha ensalada. Al menos para mí no existen muchos restaurantes de lujo que puedan hacer estragos en mis Estados financieros — indicó mientras reía — aunque debo de admitir que comer aquí en el GoliatPark fue un gasto bastante exagerado- reconoció

— ya veo, incluso para ti comer aquí es muy costoso. En ese caso deberíamos irnos y comer en otro sitio, no soy muy exigente a la hora de comer, incluso un "hot-dog" es lo suficientemente lujoso para mí — dijo Alicia preocupada de que no pudieran pagar la comida

— ¿de qué hablas? El problema aquí no es el precio de la comida, sino el que tuve que pagar para entrar — contestó Bartolomé mientras pedía al camarero la comida para Alicia y para él

Un reemplazo para el diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora