¿EN DÓNDE?

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XIV

Abrí los ojos, todavía estaban un poco adormecidos y muy pesados como si hubiera dormido por mucho tiempo.

Empecé a observar y me di cuenta que estaba en una blanca y limpia  habitación de hospital... Lo que significaba que aquello no se había tratado de una pesadilla.

Se abrió la puerta, vi entrar a Dye, este me sonrió y se acercó a la cama.

—¿Cómo te sientes?

—Con sueño —respondí a pesar de sentir dolor en la garganta.

—Debe ser por los medicamentos pero no te preocupes, estarás bien.

—¿Y Ego? Quiero verlo.

—¿Acabas de despertar y ya quieres verlo? —no puso buena cara.

—¿Le podrías decir que entre?

—Me temo que no pasará, ninguno de ellos está aquí.

—¿Cuánto tiempo llevo en este hospital?

—Solo dos días.

—¿Ego no ha venido desde entonces?

—No. Ni vendrá porque él no puede estar en un lugar así.

Bajé la mirada. Escuchar que no estaba a mi lado en un momento así, me ponía triste.

—¿Él está bien?

—Supongo, no he ido a la mansión pero debe estar muy bien.

Lo último que recordaba era su cara al ver mi sangre, debió sentir asco. Y eso no solo me hacía sentir avergonzado.

—¿Cómo llegué aquí?

—Blue nos habló y por eso Rose y yo llegamos lo más rápido posible, llamé a una ambulancia, pero para no perder tiempo te llevé en mi auto y más adelante me encontré con la ambulancia. Fue así como llegaste aquí.

—Perdón por darte problemas. Estoy avergonzado por la situación en la que me vieron.

—No me diste problemas —acarició mi mejilla—, y no te preocupes que al verte así solo quise ayudarte —hizo una mueca como molesto—, y claro que también le dije unas cosas a Ego.

—... ¿Él no dijo algo?

—Ya no me quedé esperando a que dijera algo, fue Rose quien se quedó hablando con él.

De seguro solo le había causado problemas a Ego.

—Entiendo. Gracias por ayudarme.

—No es nada —acarició mi cabeza—. Aquí te seguirán atendiendo bien —se alejó, agarró su mochila y su suéter—. Iré a la Universidad, cuando salga vendré.

Afirmé con la cabeza y después lo vi salir.

Se escuchaba un silencio enorme, posiblemente estaba en un hospital privado.

Al menos quería abrir la ventana para escuchar el ruido de los pájaros o de los autos.

Intenté levantarme pero un dolor en mi estómago me lo impidió.
Era la primera vez que estaba postrado en la cama de un hospital y estar solo en ese lugar era muy deprimente.

Una enfermera entró.

—JaeBum me dijo que ya estabas despierto —se acercó a mí con algodón, medicamentos y otros artículos que desconocía—. Abre la boca —lo hice pero me dolió como si tuviera los labios muy partidos—. Va bien —me hizo cerrar la boca—, espero hayas recibido una lección —dijo mientras puso un algodón húmedo sobre mis labios; el mínimo toque me hizo brincar porque me dolía—. Eso de meterse objetos por ahí no es correcto y es muy peligroso.

Blood and love~ DaeJae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora